Así­ lo creen muchos. Que el gobierno le ha metido ya tres goles al Sindicato Mexicano de Electricistas: primero la negativa rabiosa de la toma de nota; luego el sabadazo nocturno con todo y el despliegue de nuestros ”rambos» tlahuicas, mientras festejábamos el pase a Sudáfrica; y ahora, la extinción del sindicato maldito a puros billetazos.

El problema es que estamos en el intermedio. Y falta la segunda parte.

Lo cierto es que hasta ahora han sido apabullantes las campaí±as oficial y oficialista con mensajes repetidos hasta la náusea: Luz y Fuerza del Centro opera desde otro planeta y en su debacle nada han tenido que ver los gobiernos panistas; los culpables de todos sus males, y de paso de la crisis económica, son sus demoniacos trabajadores y más particularmente ese satanás llamado Martí­n Esparza. De seguir así­ las cosas, México se hundirí­a, la FIFA revisarí­a el resultado contra El Salvador —especialmente el sospechosí­simo incidente de las abejas—, anulando el partido, y hasta Obama —que dirí­a ”y yo porqu黝— perderí­a el Nobel de la Paz.

Afortunadamente la patria se ha salvado y todos seremos muy felices gracias a esta decisión histórica valiente y oportuna, dirí­a el í­nclito César Nava.

La cosa no es tan sencilla. Primero el gobierno tendrí­a que explicar las maledicencias que seí±alan que en estas administraciones panistas hubo toda una estrategia para propiciar el desastre financiero de Luz y Fuerza: gracias a exenciones de pagos de grandes empresas amigas; al subsidio a la CFE mediante la compra de energí­a muy cara y a la nula inversión en infraestructura que provocó que el equipo y las instalaciones viejí­simas se estén cayendo a pedazos. Pero sobre todo tendrá que contestarnos claramente si es verdad que sus secretarios Canales Clariond (Economí­a-Energí­a) y Martens (Energí­a) se agandallaron la bonita concesión de más de mil kilómetros de fibra óptica a partir de la red eléctrica, para ahora ofrecerla al mejor postor en una subasta de muchos miles de millones de dólares. Y que para lograrlo tení­an que quitarse de encima a un sindicato incómodo ligado a la izquierda y a López Obrador.

También serí­a bueno que los seí±ores Gómez Mont y Carstens nos aclaren por qué si la hecatombe de Luz y Fuerza se debe a los flojos, irresponsables y abusivos trabajadores del SME, ahora los van a premiar con 4 mil millones de pesos adicionales e ilegales —”más allá de lo que marca la ley»— de indemnización con tal de que firmen ahorita y se vayan ya saben dónde.

Aguas. Que el segundo tiempo comienza el jueves.

Graciela Machuca

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