Elvia Carrillo Puerto ”La Monja Roja»

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Graciela Machuca con información de Gina Villagómez

Elvia Carrillo Puerto nació en Motul Yucatán el 6 de diciembre de 1878. Tuvo

doce hermanos y por su trayectoria en favor de las causas del pueblo recibió el apelativo de «La Monja Roja». Desde temprana edad conoció las miserables condiciones de los peones acasillados de las haciendas henequeneras, por lo que junto con su hermano Felipe inició uno de los movimientos sociales más trascendentes de la historia contemporánea de Yucatán. De acuerdo con los datos proporcionados por diversos investigadores y particularmente Monique Lemí¢itre, Elvia tuvo como proyecto angular en su trayectoria impulsar el desarrollo de las mujeres.

Para ello serí­a fundamental promover la educación para nií±as por lo que durante aí±os puso en marcha proyectos educativos que tomaban como base la educación racionalista y la construcción de escuelas rurales en todo el estado7.Los hermanos Felipe y Elvia Carrillo Puerto asistieron a una escuela secular donde aprendieron la lengua maya, que posteriormente les proporcionó una relación estrecha con la gente de todo el estado.

Felipe fue carretero en la juventud, por lo que recorrió todas las haciendas henequeneras de la región, enterándose de los abusos a los peones. Ambos parecen haber sido influenciados desde temprana edad por un sacerdote y una maestra de primaria. El sacerdote era un catalán anarquista, Serafí­n Garcí­a, quien les proporcionaba literatura sobra obras de Jean-Jacques Rousseau, los enciclopedistas y varios utopistas franceses como Saint Simon y Proudhon8. La maestra fue una seguidora de Rita Cetina Gutiérrez, maestra que en 1870 estuvo a cargo de la organización feminista «La Siempreviva».

A partir de 1912 Elvia Carrillo Puerto retomó algunos temas trabajados por Rita Cetina, tomando su nombre como blasón de la liga feminista que promovió importantes cambios para la mujer, especialmente en el ámbito polí­tico. En 1891, cuando apenas contaba con 13 aí±os de edad, Elvia Carrillo Puerto contrajo nupcias con un hombre bastante mayor que ella, Vicente Pérez Mendiburo, con quien tuvo su único hijo, Marcial Pérez Carrillo. Enviudó diez aí±os más tarde. En aquella época la edad de la emancipación de las mujeres solteras no se alcanzaba hasta los 31 aí±os, aun cuando a los hombres se les declaraba legalmente adultos a los 21. Se casó en segundas nupcias con Francisco Barroso va- rios aí±os después, aunque una vez legalizado el divorcio en Yucatán, en

1923, apela a la nueva ley y obtiene el divorcio de su segundo marido.

En 1915 Elvia Carrillo le es presentada al general Alvarado por Rosa Torre, quien habí­a sido enfermera en las fuerzas de Alvarado durante las batallas de Blanca Flor, Pocboc y Hala- chó. De acuerdo con las apreciaciones de Lemí¢itre, Elvia causó una buena impresión al general Alvarado, pues poco después de la visita del general a Motul, no solamente Felipe Carrillo fue liberado, sino que es nombrado presidente del Comité Ejecutivo Agra rio de Motul. Este nombramiento seí±aló el comienzo de la carrera polí­tica de Felipe Carrillo Puerto como lí­der socialista. Poco después Alvarado anunció la organización del Primer Congreso Feminista de México.

El otro congreso feminista en América Latina hasta esa fecha habí­a tenido lugar en Buenos Aires en 1915.

Elvia Carrillo Puerto colaboró en la fundación de las Ligas de Resistencia Feministas, campaí±as de alfabetización y de higiene femenina, así­ como de control rudimentario de la natalidad, escribiendo sus propios discursos en maya y en castellano. En 1919 Elvia fue al Distrito Federal y con su compaí±era socialista y feminista Elena Torre fundó la Liga Feminista Rita Cetina Gutiérrez de la ciudad de México, que reuní­a sobre todo a obreras, maestras y empleadas de gobierno. También organizó la visita de Anne Kennedy, secretaria ejecutiva

de la Liga Americana de Control de la Natalidad de Margaret Sanger con el propósito de realizar en Yucatán una serie de clí­nicas para el control de la natalidad.

Elvia apoyó a las mujeres jefas de familia para quienes pedí­a los mismos derechos que a los hombres en la distribución de tierras. Promovió además la organización de cooperativas de mujeres para la venta de hamacas, artesaní­a y productos agrí­colas. Tra bajó por las mujeres urbanas, por la eliminación de la prostitución y la fundación de guarderí­as infantiles para las obreras.

La prioridad del proyecto feminista de Elvia Carrillo Puerto era otorgar educación a la población fe- menina como elemento fundamental para su desarrollo. La mujer obrera y la campesina se integran al proyecto social de las Ligas de Resistencia en todo el estado y especialmente en la Liga Rita Cetina Gutiérrez. El sufragio se convirtió en la meta de su proyecto por lo que inició intensas campaí±as de desalfabetización como estrategia básica de fortalecimiento femenino. Mujer sin preparación, no tendrí­a posibilidades de participación polí­tica como ciudadana.

De 1925 hasta los aí±os cincuenta Elvia Carrillo fundó un sinnúmero de ligas feministas, recopiló cientos de miles de firmas en favor de la legalización del voto femenino y tuvo entrevistas al respecto con todos los presidentes de la república hasta que en 1953 se le otorgó a la mujer el derecho de votar en elecciones presidenciales. Mientras tanto, Elvia ocu- pó diversos cargos en instituciones gubernamentales, como trabajadora social, investigadora, oficinista.

El 3 de enero de 1924 son asesina- dos en Yucatán Felipe Carrillo Puerto, gobernador constitucional del estado y tres de sus hermanos. Elvia trató, por un tiempo, de permanecer en su puesto de diputada estatal junto con las otras dos mujeres que habí­an sido democráticamente elegidas a puestos dentro de la legislatura socialista, pero muy pronto los antiguos amigos de Felipe se unieron a la oligarquí­a y obligaron a Elvia a trasladarse al Distrito Federal temiendo por su vida, donde continuó su lucha por la obtención del voto femenino, tarea que continuarí­a por décadas. Los presidentes Cárdenas y Ruiz Cortí­nez la condecoraron como veterana de la Revolución Mexicana, con la medalla de la Legión de Honor Mexicana.

NOTA: Gina Villagómez Valdés. Doctora en antropologí­a social. Investigadora titular de la Unidad de Ciencias Sociales del Centro de Investigaciones Regionales Dr. Hideyo Noguchi de la Universidad Autónoma de Yucatán.

Graciela Machuca

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