POR ESTO

Empresarios de Cancún se sienten agobiados por los cobros por derecho de piso exigidos por los grupos de la delincuencia organizada que operan en el destino, supuestamente para ofrecerles una protección que no es más que respetar la vida de sus familias y no afectar sus propiedades si pagan religiosamente determinadas cantidades mensuales que oscilan dependiendo del giro y recursos económicos de sus dueí±os.
Uno de los giros que, como tantos, se enfrenta a las extorsiones es el de la industria de la masa y la tortilla; los propietarios de este tipo de negocios ya no saben a quién recurrir y ante la falta de respuesta de las autoridades, muchos optaron por tomar medidas drásticas, como bajar las cortinas, de tal modo que aparentemente las máquinas dejaron de trabajar, cuando en realidad se continúa con la elaboración de tortillas ”bajo el agua», que se reparten en las tiendas de abarrotes y a bordo de motocicletas por las calles de regiones y colonias populares.
Es un hecho que los gastos operativos de una tortillerí­a son con creces, superiores a los ejercidos en otros giros, además de los impuestos al municipio, sus propietarios invierten grandes cantidades en la compra del gas LP, cuyo costo incrementa de manera continua, sin contar con la luz y el agua, todo ello bajo el régimen de uso comercial, lo que encarece los servicios aún más.
Para colmo, las tortillerí­as del destino no se salvan de las extorsiones de los grupos delictivos, lo que deja a los empresarios del ramo entre la espada y la pared; tal como expresaba el propietario de un expendio ”nos joden de la A a la Z, por un lado los impuestos del ayuntamiento y por el otro, los sicarios nos traen fritos con los cobros».
La situación ha llegado a un punto que son muchas las tortillerí­as que bajaron las cortinas definitivamente, tal como se pudo constatar durante un recorrido por regiones y colonias populares, aunque no todos los negocios que aparentemente quebraron han dejado de trabajar.
Según comentó la fuente, ”tenemos que ser más listos que el municipio y los criminales y en este sentido hay empresarios de la masa y la tortilla que aparentemente no trabajan, pero continúan con la elaboración de las tortillas a puerta cerrada, evaden los pagos de impuestos, porque incluso, se dan de baja ante Hacienda y en lugar de vender en mostrador, reparten en abarrotes y tienen empleados que las comercializan en moto, por la calle, es la única manera de que el negocio sea redituable, está cabrón que con trabajo alcance para comer por el hecho de que hay que darle una cantidad mensual a los extorsionadores».
Desde hace varios aí±os, el crimen organizado ha acorralado al sector empresarial, no solamente de Cancún sino de todo Quintana Roo, mediante chantajes, extorsiones, amenazas y secuestros, sin que los afectados sepan a ciencia cierta a quién recurrir, debido a que la mayorí­a no tiene la menor confianza en los cuerpos policiales.
La delincuencia ha sembrado el miedo en todos los sectores de la sociedad y hoy en dí­a prácticamente nadie se salva de pagar los temidos derechos de piso, causa de la quiebra de decenas de negocios de diversos giros a lo largo y ancho de todo Cancún.

Graciela Machuca

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