POR ESTO

Sancionó la Procuradurí­a Federal de Protección al Ambiente (Profepa) a la naviera del polémico empresario Germán Orozco Sarro por meter una draga, sin ningún tipo de permiso y extraer arena del espacio ubicado entre los dos muelles de concreto de la Terminal Marí­tima de Apiqroo en Punta Sam, como parte de las ”adecuaciones» para que pudiese operar el ferry ”Ultracarga III», que a hasta la fecha permanece atracado en Isla Mujeres sin haber podido incorporarse a la ruta.
Al amparo de la directora general de Apiqroo, Alicia Ricalde Magaí±a, siempre dispuesta a ponerle la mesa a Orozco Sarro, en el mes de febrero arribó una draga a la Terminal de Punta Sam que aparentemente sólo permanecí­a atracada, inmóvil, en el muelle de concreto que no utiliza la naviera Marí­tima Isla Mujeres para su operación.
Era en las noches, cuando la Terminal cerraba sus puertas, cuando se llevaban a cabo los trabajos de dragado, para lo cual se instaló un tubo que absorbí­a la arena para luego depositarla en un área de pasto marino, que quedó ahogado por el cúmulo de arena.
Fue una denuncia ciudadana la que alertó a la Profepa sobre los trabajos que se llevaban a cabo de manera clandestina en horas nocturnas, con total conocimiento de Alicia Ricalde, pues el mismo personal de Apiqroo le informó desde un primer momento de lo que estaba sucediendo, sin que moviese un dedo para evitarlo ni mucho menos tomase cartas en el asunto.
Según informaciones recabadas, la dependencia federal aplicó una sanción de dos millones de pesos al empresario y aunque se desconoce si ya fue cubierta la suma, todo parece indicar que no, ya que después de construirse una enorme rampa de concreto entre los dos muelles de la Terminal y rellenarse con sascab el área que supuestamente serí­a la salida de los vehí­culos que transportarí­a el ”Ultracarga», no se ha realizado ningún otro tipo de trabajo.
De ahí­ que Germán Orozco esté haciendo todo lo posible para impedir que los ferrys de Marí­tima Isla Mujeres puedan trasladar pasajeros, pese a que la empresa cumplió con la adquisición de chalecos salvavidas nuevos para sus dos transbordadores, tal como especificaba la Secretarí­a de Marina, instancia que, junto a la Capitaní­a de Puerto, negó autorización para llevar pasaje.
Tampoco se observa un interés real por parte de Apiqroo en el edificio de la nueva Terminal Marí­tima que, según Alicia Ricalde, aún no ha sido entregado por la empresa constructora y por consiguiente no puede ocuparse, pese a lo cual rentó prácticamente toda la planta baja a un particular que ofrece tours de avistamiento del tiburón ballena, sin importarle que los usuarios tengan que esperar a la intemperie, sin más protección que una lona sobre sus cabezas.
La primera etapa del edificio fue realizada por la Secretarí­a de Comunicaciones y Transportes (SCT) a través de la Dirección General de Puertos, con una inversión de casi 15 millones de pesos.
Las obras, que arrancaron en septiembre del 2014, demoraron más de dos aí±os y de hecho, en abril del 2016 quedaron frenadas cuando la construcción presentaba aproximadamente un 30% de avance, ”supuestamente» debido a los recortes presupuestales del Gobierno Federal.
Fue la Administración Portuaria Integral de Quintana Roo quien entregó a la federación el terreno en el que se ubica la construcción de la nueva terminal; a su vez el Gobierno Federal realizó las convocatorias y concursos y entregó la obra a la empresa ganadora del proyecto, Planet Construction, que ante la falta de pago de los responsables, optó por abandonar la construcción y dejar tirado dicho proyecto, que se retomó con la entrada de la nueva administración, a la que tampoco parece apurar mucho que pueda ser utilizada por todo el mundo, no sólo por un particular.

Graciela Machuca

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