Efectivamente hoy me referiré a una planta muy de mi agrado por lo ligera y sabrosa: LA ACELGA. Sí­, leyeron bien, una planta ligera y sabrosa que a pesar de ser una de las verduras más antiguamente conocidas por el hombre, ponderada por los escritores griegos hace más de 2500 aí±os, es considerada por algunos como simple, ordinaria y de poco valor nutricional. Pero ahí­ sigue la acelga, llamativa, con sus gruesos tallos blancos y sus hojas nervudas de color verde brillante, esperando que los humanos sepamos reconocer sus bondades dietéticas.

Entre sus potenciales destaca su contenido en provitamina A y en hierro, amén de satisfacer el apetito con un bajo aporte energético (unas 20 Kcal.), en cualquiera de sus formas de preparación, constituye un platillo ideal, especialmente en la cena, sobre todo para aquellos que deseen adelgazar.
Por su riqueza en sales minerales, resulta altamente depurativa y alcalinizante para la sangre. Se recomienda en caso de gastritis, estreí±imiento y hemorroides, por su cualidad digestiva y laxante. Y para no hacerle al cuento, se sabe que por su elevado contenido de hierro es magní­fica para contrarrestar la anemia.
Claro, como todo, también tiene su lado contraindicado. Por su alto contenido en ácido oxálico deben consumirla con moderación quienes tienen problemas de cálculos o litiasis renal.

Preparación:
Hervidas con agua o al vapor, rehogadas o alií±adas en aceite y limón, constituyen un platillo saludable y muy ligero, para dietas de adelgazamiento. Sobre todo por las noches, las acelgas simplemente hervidas, al vapor o salteadas con un poco de aceite de oliva, son magní­ficas para saciar ese apetito que no nos deja ir tranquilos a la cama.
Las hojas tiernas se pueden preparar crudas en ensalada combinándolas a su antojo. Los pecí­olos de las hojas (pencas), que a juicio de algunos son la parte más sabrosa de las plantas, se preparan hervidas, rebozadas, asadas o tomando parte en una sopa de verduras. En cualquiera de sus formas son un plato muy recomendable. Insistiré en que es mejor el consumo en ensaladas, ya que la acelga es muy sensible al calor, y al cocerla se pierde parte importante de sus propiedades.
Por su excelente aporte de ácido fólico, es un alimento imprescindible en la dieta de la mujer embarazada, ya que la deficiencia de esta vitamina durante las primeras semanas de embarazo puede provocar malformaciones en el desarrollo del sistema nervioso del futuro bebé. Por otra parte, las hojas presentan propiedades laxantes y diuréticas, lo que resulta beneficioso para un buen número de afecciones tales como estreí±imiento, hemorroides, hipertensión, retención de lí­quidos, entre otras.
Entonces querido lector@ ¿es o no ligera y sabrosa? hasta pronto…

Graciela Machuca

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