Ombligo Verde, Cancún Foto de Leslie Adame en Panoramio
Ombligo Verde, Cancún foto de Leslie Adame en panoramio

En esta columna hemos hablado sobre el llamado Ombligo Verde de Cancún y la pretensión de construir ahí­ el palacio municipal y una plaza de caracterí­sticas aún desconocidas pero sin duda será de tipo explanada, compartida por el propio recinto del poder civil el recinto del poder religioso: la catedral que ya se está construyendo en esa zona. Decí­amos que esa es la única gran área arbolada que queda en el centro de Cancún y más que seguir arrasándola para levantar edificios, debe aprovecharse para crear un gran parque urbano en el cual se conserve al máximo la vegetación.

Pues bien, una amiga muy apreciada, la bióloga Graciela Valdovinos, me escribe precisando que en realidad hay otras zonas arboladas de gran extensión en el centro de la ciudad, y seí±ala que ”en la Supermanzana 32, contigua, se encuentra uno de los mayores jardines centrales de Cancún», y ”en la misma zona de la ciudad, a unas cuadras de distancia, existe el Parque Urbano Kabah con mucha mayor extensión. El camellón de la Avenida Chichén Itzá entre la SM 29 y la 60 es otra extensión verde cercana que se está desarrollando aparentemente como deportivo sobre la que no se informa mucho.»

Así­ es en efecto. La vecina arboleda de la Supermanzana 32 corresponde a una de las zonas habitacionales que fueron construidas cuando aún se protegí­a y conservaba la vegetación original de Cancún, no sólo en las áreas públicas sino incluso en los lotes para vivienda, como puede verse en la fotografí­a. En cuanto al Parque Kabah, efectivamente es de grandes dimensiones, pero se trata de un parque ecológico que por su propio carácter debe mantenerse en su estado natural y no se puede construir en él museos, teatros u otros centros de esparcimiento, como se propone para el Ombligo Verde.

Por otro lado, un funcionario del Ayuntamiento intentó descalificar la oposición de los vecinos de la zona a que se construyan la plaza y el edificio municipal, diciendo que nada hicieron cuando un particular invadió esos terrenos y fue el gobierno municipal quien los recuperó, que nunca se han preocupado por el predio, y que tal parece prefieren que siga siendo un nido de malvivientes y fauna nociva.

La realidad, empero, es que correspondí­a al Ayuntamiento y no a los vecinos ejercer acciones legales para recuperarlo, puesto que es de su propiedad. No está de más recordar que cada vez que los vecinos intentan alguna acción legal en defensa del Ombligo Verde, los abogados del Ayuntamiento alegan ante las autoridades que los vecinos no tienen personalidad jurí­dica respecto al predio. En segundo lugar, es mentira que nunca se hayan preocupado por esos terrenos. Por el contrario, protestaron organizada y vigorosamente —logrando impedirlo— cuando se intentó primero establecer ahí­ una gran subestación de la Comisión Federal de Electricidad, y luego la central camionera de Cancún. También se movilizaron —aunque infructuosamente— cuando se donó ilegalmente la mitad del predio a la Iglesia Católica. Y en cuanto al tercer argumento —el del nido de ratas y malhechores—, desde luego que los vecinos no quieren que lo sea, pero es un falso dilema plantear las cosas como si la única forma de evitarlo fuera construyendo la plaza. También se dignificarí­a el lugar si se construye un gran parque recreativo.

Y, volviendo al comentario de la bióloga Valdovinos, si bien es cierto que existen otras áreas arboladas en la zona, ello no justifica que se destruya una tan importante como el Ombligo Verde. Cancún padece un grave déficit de áreas verdes, y en segundo lugar, resultarí­a absurdo usar como argumento para destruir un área verde que ya hay otra más pequeí±a en su vecindad inmediata.

Graciela Machuca

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