Persiste la marginación hacia la mujer indí­gena en Quintana Roo

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Se ignora que son las depositarias de la cultura; a partir de la relación madre-hijo se transmite la lengua y las costumbres

Las mujeres indí­genas sufren triple marginación.

La mujer indí­gena es la más desprotegida en la sociedad actual, es tres veces marginada por ser mujer, por ser indí­gena y por ser pobre. En el aspecto de procuración de justicia es donde se acentúa la diferencia, inclusive frente al hombre indí­gena, reveló la delegada en Quintana Roo de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indí­genas (CDI), Patricia Guarneros Marcue.

Está incluida en el discurso contra la violencia, se habla el poco acceso a los puestos públicos, lo limitado de los programas gubernamentales para su beneficio y la carencia de perspectiva para su desarrollo, además de otros aspectos; sin embargo, poco se dice que la mujer indí­gena es quien acumula más aspectos de marginación y segregación.

En Quintana Roo, la población indí­gena asciende a 170 mil individuos y en el paí­s suman poco más del 13 por ciento de la población.

Los rasgos de marginación son, entre otros, el analfabetismo, la carencia de servicios de salud, el poco acceso a la toma de decisiones en su comunidad y aspectos sociales, así­ como la necesidad de estar ligadas a una pareja para ser aceptada por sus iguales o la manifestación de la maternidad para reafirmar la condición de mujer.

La delegada de la CDI en Quintana Roo, aseguró que la triple marginalidad de la mujer indí­gena destaca aspectos como que hasta 1980 en los censos no se contemplaba a la mujer indí­gena en los recuentos, según las cifras prácticamente no existí­a. Después de esta fecha el conteo requirió hacer una aproximación ”matemática», para los trabajos celebrados en Beijin, la conclusión fue que en México, para esa fecha habí­a 2 millones 600 mil mujeres indí­genas.

El concepto de mujer indí­gena, a grandes rasgos, no ha evolucionado mucho, las gráficas mostradas indican que el analfabetismo en Quintana Roo es mayor en las mujeres, principalmente en la población hablante de alguna lengua, en tanto que en los hombres es menor ”es una brecha muy grande que hay entre hombres y mujeres», agregó.

Informó que en cuanto al ”ser de la indí­gena» es marginada al igual que los viejos y los menores, pese a que en ellas descansa la tradición y las costumbres, por lo tanto, son el sector más tradicional, junto con los ancianos.

Por otra parte, ellas son las depositarias de la cultura; a partir de la relación madre-hijo se transmite la lengua y las costumbres.

En cuanto a la fuerza laboral informo, forma parte de las migraciones agrí­colas, trabajo que al final forma parte del ingreso familiar. Otro aspecto es ver como asumen la responsabilidad de la toma de decisiones al interior de la familia, sólo y exclusivamente en ausencia del marido, situación que cada vez se da con más frecuencia, debido a las migraciones en donde una parte de la familia queda en el lugar de origen en tanto el hombre busca trabajos donde no es incluida ni la mujer ni los hijos como fuerza de trabajo.

Guarneros Marcue aseguró que a fin de eliminar aspectos discriminatorios organizaciones, institutos polí­ticos, y los propios grupos cada vez dedican más espacios, foros y mesas de discusión a fin de modificar estructuras hasta hace consideradas como parte de costumbres, cultura o ”comportamiento» normal entre los integrantes.

Publicado en: http://www.elquintanarroense.com/ por Carlos Castillo – Chetumal

Graciela Machuca

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