La rama

Esta muy cerca el fin de aí±o, época de fiesta y desenfreno, un maratón que comienza el doce de diciembre y termina el seis de enero (El Guadalupe-Reyes), aguinaldos, ”los estrenos» para los nií±os y sobre todo grandes esperanzas de cambio y mejora.
Diciembre ha representado y representa, un mes en el que los sueí±os se mezclan con la realidad existente, en el que las tradiciones ancestrales se amalgaman con las modernas dando paso a un sin número de nuevas formas de festejar, en el que las creencias para atraer la buena suerte, al novio o el dinero se basan en una ropa interior o un borreguito que consigues hasta en las tiendas departamentales; y no se logra distinguir entre lo que la mercadotecnia nos ofrece y lo que nuestra alma necesita.
Diciembre debe significar momentos de reflexión; la religión (que juega un papel muy importante en nuestra vida diaria) nos ha enseí±ado que en diciembre deben aflorar nuestros sentimientos de hermandad y convertirlos en acciones que ayuden a nuestro prójimo. Diciembre debe ser momento para reflexionar en lo que hemos hecho y lo que queremos hacer, debe servirnos para realizar un examen introspectivo y conocer cuál es el verdadero color y esencia de nuestra alma, tener una idea de lo que tenemos y cómo lo hemos conseguido. Diciembre, deber representar la verdadera oportunidad de comenzar un nuevo proyecto de vida.
Que quede claro que no estoy en contra de las fiestas decembrinas y sobre todo en lo que representa dentro de nuestra cultura… simplemente, creo que muy a parte de los aguinaldos (que tan útiles son en estos dí­as), debemos tomar en cuenta que hay que ser agradecidos por contar con un trabajo que nos permite tener un sueldo fijo mientras muchos mexicanos no tienen ni para poder solventar las necesidades alimenticias del dí­a a dí­a. Creo que debemos ser agradecidos por estar vivos, por tener que comer, que vestir y un lugar donde dormir, debemos enseí±ar a nuestros hijos, hermanos, sobrinos, amigos, vecinos y demás personas que nos rodean, que la vida es para vivirla, que diciembre es un mes más, que no hay mucha diferencia entre actuar de una mejor manera en diciembre o en enero o en marzo o en octubre. Que nosotros hacemos la diferencia si así­ lo queremos.

El fin de aí±o llegó, estamos por comenzar el 2010 y solo nos queda encontrar dentro de nosotros las respuestas de cambio que tanto necesitamos; el aí±o que comenzará en unos dí­as nos ofrecerá una oportunidad que no  debemos dejar pasar, es momento de convertir nuestra vida en un ejemplo de acciones. Doce uvas, ropa interior de colores, velas o lo que sea, solo serán los medios de mejorar las situaciones si comenzamos a actuar, y olvidar esa idea ancestral de que las cosas son por suerte y del cielo nos caerá la suerte, nosotros la construimos con nuestra vida diaria.

Eduardo Ariel Herrera Avila

Graciela Machuca

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