Recordando al Benemérito de las Americas, Benito Juárez

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Durante el aí±o 2010 los mexicanos celebramos el Bicentenario de la independencia de nuestro paí­s, con motivo de tal acontecimiento y aunado a la  tan desprestigiada práctica de la Polí­tica sobre todo, de parte de los que tienen tal actividad como modo de vida, en el marco del mes de marzo nos viene  a la mente, la imagen de uno de los héroes de nuestro paí­s, que más presencia tiene en la vida de los mexicanos. Solo preguntémonos cuántas calles, escuelas, edificios, ciudades, municipios, nombres, etc. hacen referencia a Benito Juárez. Encontramos en la biografí­a del Benemérito de las Américas una de las razones más importantes de análisis y que cobran vigencia en la vida moderna de los mexicanos, particularmente por las ideas que aportó durante su servicio a la nación cuando fue presidente.
Benito Juárez Garcí­a nació el 21 de Marzo de 1806 en San Pablo Guelatao, poblado ubicado en la sierra del estado de Oaxaca, como podemos apreciar, nació cuando México estaba por iniciar la lucha por su independencia. Siendo de origen humilde, de raí­ces indí­genas, sin hablar espaí±ol, y quedando huérfano a los pocos aí±os de haber nacido, tuvo que luchar contra la adversidad para prepararse hasta llegar a ser Gobernador de su estado, Ministro de la Suprema Corte de la Nación y Presidente de México. Nos preguntamos cuántos nií±os y jóvenes actualmente son capaces de enfrentar este tipo de infortunios, con seguridad que en algún rincón de nuestra patria hay alguien que sale adelante bajo estos rasgos, pero también vemos con gran pesar, que muchos, tienen grandes dificultades al atravesar por este tipo de desigualdades sociales y se quedan en el camino.
Ahora que en este mes de marzo inicia la efervescencia polí­tica de los candidatos por alcanzar el poder, ojalá y los que ganen tuvieran el suficiente ”valor civil» como Juárez lo tuvo, al sacrificar serenamente su vida y su fortuna para cumplir con el deber que la sociedad le encomendó cuando fue gobernante y que su firmeza de carácter e inquebrantable rectitud sean las caracterí­sticas tomadas como ejemplo, los  que acompaí±en a los futuros tomadores de decisiones para beneficiar a la sociedad Carrilloportense, y Quintanarroense ya que después de tantas alzas de precios de productos y servicios que nos afectan, mucha falta nos hace, gobernantes con sensibilidad social. Que sin problemas de conciencia, tomen decisiones prácticas que resuelvan los problemas más urgentes; como el de la inseguridad, el desempleo, la educación etc, Benito Juárez fue un hombre de acción fuerte, tenaz y decidido, de origen rural. Atributos que le sirvieron para emprender una tarea modernizadora para México después de la desgastante lucha por la Independencia. Ahora habí­a que transformar a México justamente como actualmente lo necesitamos. Consideraba que la educación era el arma más poderosa para lograrlo, por lo que habí­a que enseí±ar todo lo que contribuya al bienestar y a ilustrar el entendimiento. Una sociedad más educada es una sociedad que más puede exigir sus derechos para tener  una mejor calidad de vida.
Cuando uno de sus colaboradores le informó que tomaba la decisión de pasarse a las filas del partido opositor; es decir, el conservador él le contesto sin titubear ”toma el partido que te parezca porque yo ya he tomado el mí­o» el liberal por supuesto, pero más allá de esa frase llena de congruencia con sus ideales, el partido que tomaba era el de la Patria, el de la transformación de México, que las cosas no podí­an seguir igual, habí­a que cambiar y para ello, pensaba que la ley, el derecho y la justicia eran armas supremas de las naciones para lograr la anhelada transformación. En el México del siglo XXI precisamente esas armas se ven muy lejanas en su aplicación para más de 40 millones de mexicanos que viven en la pobreza.
A manera de anécdotas: se afirma que el 21 de Marzo de 1865 con motivo de su cumpleaí±os, sus colaboradores y el gobernador de Chihuahua, le organizaron una fiesta; Juárez al enterarse seí±aló que no querí­a que se gastara ni un centavo del erario público en ninguna fiesta y así­ le obedecieron. Cuántas veces hemos escuchado que funcionarios de diferentes niveles de gobierno, se adjudican enormes sueldos totalmente fuera del contexto real de lo que debe ganar un funcionario público, realizan suntuosas fiestas tanto privadas como públicas con diferentes motivos utilizando presupuestos que bien podrí­an ser utilizados para bienes comunes de la sociedad, sin embargo, pareciera que este tipo de prácticas se hacen cada vez más evidentes sin importar el padecimiento económico de muchos sectores de la población sumergida en la pobreza.
Recordemos que Benito Juárez sufrió junto con otros nií±os indí­genas y pobres, de discriminación, históricamente este hecho aún perdura. Dijo en una ocasión; créanme, no sé si por ser indio o porqué, pero no los entiendo, a quienes se quieren enriquecer de la miseria de las masas, del dolor y del sufrimiento de los otros. ¿Porqué siempre es el pobre el que lo tiene que dar todo? Estimado lector. ¿No son los pobres los que hasta en la actualidad lo dan todo? Con su trabajo en las pocas tierras que les queda, con su hambre que aumenta cada vez que los precios de los alimentos y servicios suben, con la falta de educación de muchos hombres y mujeres que no terminaron la educación básica, con el trabajo excesivo y mal pagado de muchos trabajadores particularmente en la industria turí­stica en Quintana Roo, etc. Ese dolor y sufrimiento del que Juárez hablaba sigue vigente, ahora llega el Bicentenario de la independencia y el Centenario de la Revolución. ¿Esas realidades serán motivo de celebración?
Juárez siempre estuvo a favor de la libertad de pensamiento pues la consideraba un derecho sagrado, como hijo del pueblo que se sentí­a, pensaba que era su deber procurarle la mayor prosperidad posible, entonces abrió escuelas, caminos, medios de comunicación y favoreció la vida plena del presente y un futuro para México mas no un pasado. Ordenó retirar de su oficina, los adornos y objetos de alto valor económico para dar un toque republicano, de austeridad a su vida de gobernante. Por eso, cuánta falta hace un Juárez en  nuestro México que le cuesta trabajo salir adelante.
La célebre frase que desde la escuela primaria aprendemos ”Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz» debe ser la idea que nos conduzca diariamente en nuestras relaciones entre personas, autoridades, pueblo y gobierno; y no la de la represión, la del enjuiciamiento sin razón, la calumnia, la fabricación de pruebas, o la falsedad.
Finalmente, el ilustre mexicano, el ejemplo de hombre polí­tico de mayor valor para el pueblo de México, muere el 18 de Julio de 1872 en la Ciudad de México.

Graciela Machuca

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