El caso de Alberto Velázquez evoluciona al revés

En Tulum noveno municipio de Quintana roo, hoy 22 de dic, con una ofrenda floral y una marcha de una veintena de reporteros y fotógrafos se celebro el primer aniversario del asesinato artero y cobarde del periodista Alberto Velázquez López, que dejara en la orfandad a 4 menores de edad y una viuda dedicada al hogar.
Hoy un aí±o después del artero asesinato del periodista Tulumense José Alberto Velázquez López, el avance en las investigaciones funciona a la inversa: con el tiempo, en lugar de avanzar retrocede.
Al menos es lo que quedó al descubierto este dí­a , cuando el Procurador de Justicia del estado Lic. Francisco Alor Quezada, ví­a telefónica le pidió los pormenores a su representante en Tulum José Silvio Pisté Tuyí­n, quien aceptó que el caso apenas tiene un avance del 10%, contradiciendo con ello, al exprodurador de Justicia Bello Melchor Rodrí­guez Carrillo, quien el ocho de enero del 2009, afirmó que el avance era del 85%.
En tal suerte, la procuración de justicia en la entidad va como los cangrejos: para atrás.

COMO FUE EL COBARDE CRIMEN DE ALBERTO VELAZQUEZ
José Alberto Velázquez López era un valiente reportero y editor en turno del diario ”Expresiones de Tulum».
Durante toda su vida, habí­a fundado revistas y periódicos de denuncia, haciéndose con el paso de los aí±os, en un especialista del ramo policí­aco.
El miércoles 22 de diciembre del 2009, mientras se encontraba en una posada con los colaboradores del diario, una mujer lo sacó de la fiesta y a bordo de un auto compacto tipo Corsa color rojo, se estacionaron junto al cárcamo de agua potable de la Avenida Kukulkán de Tulum.
Mientras platicaban, dos sujetos a bordo de una motocicleta color rojo, provistos de cascos de motociclista, llegaron por la parte trasera del vehí­culo. Uno de ellos descendió de la moto, avanzó decidido hacia el lado del conductor, sacó un revólver calibre 38 y le disparó a quemarropa, hiriéndolo en el tórax, a la altura de la tetilla derecha.
Acto seguido,del criminal quien  abandonó a toda prisa el lugar de los hechos. Se subió de un brinco a la moto que ya lo esperaba, y se perdieron ambos en las inmediaciones de la colonia ejidal, mientras el reloj marcaba las 17 horas con 49 minutos.
Malherido, el comunicador pidió a la dama identificada como Silvia Rubí­, que se fuera del lugar, arrancó su vehí­culo y avanzó 10 cuadras, hasta llegar a la casa del presidente municipal Marciano Dzul Caamal dónde esperó la llegada de los paramédicos de la Dirección de Protección Civil.
Luego de darle los primeros auxilios, los paramédicos trasladaron al periodista hasta la clí­nica de salud en Playa del Carmen, donde ya lo esperaban reporteros que cubren la fuente policí­aca, entre ellos Ví­ctor Rodrí­guez del diario Por Esto y Patricia Martí­nez, del diario ”Que Quintana Roo se entere».
Mientras lo bajaban de la camilla, Alberto les declaró que fue baleado en Tulum por gente cercana al alcalde Marciano Dzul, y seí±aló especí­ficamente a un agente de seguridad del muní­cipe, identificado como ”el biónico», mismo que desapareció de Tulum por esas fechas hasta hoy y nunca fue llamado a declarar.
Cabe recalcar que la reportera Patricia Martí­nez, fue la única que logró grabar las últimas palabras del comunicador, grabación que acabó en poder del gobernador del estado Félix González Canto, luego que éste, le solicitó al director general del diario ”Que Quintana Roo Se Entere» José Gómez Alvarez, la cinta que compromete ampliamente al alcalde Tulumense.
Sin embargo, la grabación no sirvió de mucho, pues a las 19: 30 horas, mientras era trasladado a la ciudad de Cancún, Alberto Velázquez López dejó de existir, dejando en la horfandad a una esposa y cuatro menores de edad.
LAS PESQUISAS, LENTAS Y TORPES
Según se desprende de la Averiguación previa APT: 919/2009, a la que esta reportera tuvo acceso, la autoridad ministerial ha convertido la pesquisa en un monumento a la incompetencia.
No llamaron a declarar a la ex esposa del alcalde, quien fue la primera persona con quien el ahora occiso tuvo conversación y a la cual se presume que el comunicador le escribió apuntes en una libreta, con datos de sus familiares.
Tampoco han comparecido los paramédicos de Protección Civil, los primeros que atendieron al herido, luego de la llamada de la ex esposa del alcalde. Mucho menos han comparecido ante la autoridad ministerial los policí­as municipales que escoltaron a la ambulancia de la Cruz Roja hasta Playa del Carmen.
Luego de citarlo, el Ministerio Público logró una declaración por escrito del alcalde Marciano Dzul Caamal, el principal sospecho de ser el autor intelectual del crimen, quien dijo no conocer por su nombre al comunicador caí­do, sino ”solo de vista».
Agregó en una declaración firmada de una sola cuartilla, que ”nunca leyó el periódico de Velázquez», razón por la cual no tení­a ningún motivo para mandarlo matar.
Finalmente, se dice desconcertado por las acusaciones públicas de la prensa, que lo ubican como el principal sospechoso del crimen y niega que durante su mandato haya tenido discordancias con el periodista.
OBSTRUCCION DE LA JUSTICIA
De acuerdo con datos de la indagatoria, los objetos personales del comunicador están ”extraviados».
Según certificó el actual coordinador del Ministerio Público, Lic. José Silvio Pisté Tuyin, la cámara fotográfica, la grabadora y los documentos particulares del occiso, en lugar de formar parte de la pesquisa, están en manos del abogado César Morales Guevara, en aquella fecha responsable de la agencia del Ministerio Público, quien misteriosamente ocultó evidencias, se quedó con las pertenencias del occiso, se negó a citar a declarar a los principales testigos y dejó que el tiempo hiciera su parte, con la finalidad de que el crimen no se resuelva.
Tan negligente fue la autoridad investigadora, que en lugar del 85 por ciento de avance, que reportó el ocho de enero, el entonces procurador, ahora solo existe un 10 por ciento, lo que denota la ineficacia de la procuración de justicia en Quintana Roo.

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Graciela Machuca

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