En 1978, fue hallada por casualidad, una pieza arqueológica, de las culturas prehispánicas mejor logradas. Esta, reliquia es clave para comprensión del contexto mitológico-religioso en que fue erguida Te- nochtitlán, la gran capital azteca, ubicada en lo que hoy es la ciudad de México D.F. La escultura consiste en la figura de una mujer deca- pitada y descuartizada, tallada en bloque de piedra circular que mide 3.26 mtrs de dí­ametro máximo por 2.98 mt de dí­ametro mí­nimo, con peso aproximadamente de 8 toneladas. Fué hallada al pie de lo que fue el templo mayor de Tenochtitlán, la gran urbe mexica. Con éste descubrimiento se revivió y cobró aún más importancia el mito ya conocido de la lucha entre Huitzilopochtli, héroe del Sol y Coyolxau- qui, la diosa Lunar. Esta narración ha sido tomado de la traducción de documentos mexicas oirginales.

El mito del nacimiento de Huitzilopochtli.- Mucho honraban los mexicas a huitzilopochtli, sabí­an que su origen, su principio fue de esta menera: En Coatepec, por el rumbo de Tula, habí­a estado viviendo, una mujer de nombre Coatlicue. Era madre de los cuatrocientos surianos( del Sur) y de una hermana de estos de nombre Coyolxauqui. Y ésta Coatli- que allí­ hacia penitencia, barrí­a, tenia a su cargo el barrer en Coatepec, la Montaí±a de la Serpiente. Y una vez cuando barrí­a, sobre ella bajó un plumaje, como una bola de plumas finas. Enseguida lo recogí­o Coatli- que, lo colocó en su seno. Cuando termino de barrer buscó la pluma, que habí­a colocado en su seno, pero nada vió allí­. En ese momento Coatlique quedo en cinta. Al ver los cuatrocientos Surianos que su madre estaba en cinta, mucho se enojaron, dijeron: ¿ quién la dejó en cinta?. Nos afren- ta, nos deshonra. Y su hermana Coyolxauhqui les dijo: ”hermanos, ella nos ha deshonrado, hemos de matar a nuestra madre, la perversa que se encuentra en cinta. ¿quién le hizo lo que lleva en el seno?

Cuando supo ésto Coatlique, mucho se espantó, mucho se entristeció. Pero su hijo Huitzilopochtli, que estaba en su seno, le confortaba, le decí­a» no temas, yo sé lo que tengo que hacer» Y cuando finalmente estuvieron de acuer- do, estuvieron resueltos los 400 surianos a matar, a acabar con su madre, luego se pusieron en movimiento, los guiaba Coyolxauhqui. Iban bién robustecidos, ataviado, guarnecidos para la guerra. Iban en orden en fila, en ordenado escuadrón, los guiaba Coyolxahqui. Y cuando por fin el ejército asciende a la cumbre del monte sagrado ocurre el milagro. En ese momento nace Huitzilopochtli. Se vistió sus ataví­os, su escudo de plumas de águila, sus dardos, su lanzadardos azul, el llamado lanzadardos de turquesa. Se pintó su rostro.

Y uno de sus pies, el izquierdo era enjuto ( delgado, seco) llebava una sandalia cubierta de plumas. Y el llamado Tochancalqui, puso fuego a la serpiente hecha de teas llamada Xiuhcóatl, que obedecia a Huitzilopochtli. Luego con ella hirió a Coyolxauhqui, le cortó la cabeza, la cuál vino a quedar abandonada en la ladera de Coa- tepec, montaí±a de la serpiente. El cuerpo de Coyolxauhqui fue rodando hacia abajo , cayó hecho pedazos por diversas partes cayeron sus manos, sus piernas,su cuerpo. Entonces Huitzilopochtli se irguió,persiguió a los 400 surianos,los fue acosando,los hizo dispersarse desde la cumbre de Coatépec,,la montaí±a de la culebra. En vano trataban de hacer algo con- tra él, al son de los cascabeles y hací­an golpear sus escudos, pero ellos mucho le rogaban, le decí­an: ¡ basta Ya! Pero Huitzilopochtli, no se con- tentó con esto, con fuerza se ensaí±aba contra ellos, los perseguí­a. Solo unos cuantos pudieron escapar de su presencia pudieron librarse de sus manos. Se dirigieron hacia el Sur, porque se llaman 400 surianos.

Y cuando Huitzilopochtli le hubo dado muerte, cuando hubo dado salida a su ira, les quito sus ataví­os, sus adornos, su anuecúyotl, se los puso, se los apropio, los incorpòró a su destino. Hizo de ellos sus propias insignias. A él lo veneraban los mexicas, le hacian sacrificios, lo honraban y serví­an. Y huitzilopochtli recompensaba a quién así­ obraba.Y su culto fue tomado de allí­, de Coatépec,la montaí±a de la serpiente,como se practicaba desde tiempos Antiguos. El templo Mayor de Tenochtitlán estaba formado por dos pirámides gemelas; a la izquierda la de Tláloc, dios del agua ,y de la agricultura, y a la derecha la de Huitzilopochtli, sí­mbolo del Sol y dios de la guerra. Elementos agua y fuego respectivamente. La piedra con la figura de Coyolxauhqui desmenbrada estaba colocada precisamente al pie del Templo Mayor Es la recreación del mito: el templo es la misma Coatepec, la montaí±a de la serpiente, incluso se encontraba decorado con Xiuhcoatls» sepientes de fuego» de los que no han quedado sino algunas cabezas en el Museo Nacional.

Graciela Machuca

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