Para las personas, que actualmente estamos en la llamada tercera edad, hemos tenido la oportunidad de vivir, desde a mediados y finales de siglo pasado y principios del actual. Hemos sentido, observado, vivenciado, cambios en nuestro ámbito familiar, social, religioso. El ser humano es el actor, protagonista de los cambios que hemos tenido. En los estudios antropomórficos, sociologicos, médicos, etc. Y desde el punto de vista histórico se ha hecho una especie de división en lo que sucedió antes y después de Cristo, es decir de la prescencia de Jesucristo en lo que eran las tierras de Palestina( si históricamente no estoy equivocado) A.C. o D.C,.Sin embargo si de verdad queremos conocer y saber sobre la aparición del ser humano en nuestro planeta, tendriamos que ir directamente a esos conocimientos, que incluye la formación de nuestro planeta, sistema solar, el cosmos, etc. ya que las teorias emitidas, solo indican que podrí­a ser o no ser cierto un concep- to de algo.
Existen los archivos akasicos de la Naturaleza, en donde están plasmados la historia de la creación desde su inicio hasta nuestros dí­as, incluyendo los electrones, atomos, energias, cuerpos celestes, el Universo, la tierra su formación, los primeros seres humanos que poblaron la tierra, su conformación morfológica y fisiológica, las leyes que las rigen etc. Los escépticos, no lo aceptaran, seguirán con sus teorí­as a pesar de que no pueden explicar muchos fenómenos que estamos viviendo, y lo que la Naturaleza nos muestra incluyendo el cuerpo humano. Dejando a un lado este preámbulo, lo que interesa es recordar que desde el principio de la existencia del ser humano, éste ha pasado por varias, fases, etapas, edades, civilizaciones, oro. plata .bronce, y actualmente la de hierro(llamada en la India el Kali-yuga) Esta edad de hierro se incio hace muchos miles de aí±os. Donde hicie- ron su aparición las energias negativas, inhumanas en la mente de las personas, plasmándose en su cuerpo fí­sico y manifestándose a través de su conducta social: envidias, codicia, lujuria, guerras, traiciones, conocimientos cientí­ficos y religiosos, tergiversados adulterados, las leyes que rigen en la Naturaleza han sido olvidadas y violadas, por las acciones de los seres humanos actuales que en muchos casos elabo- ran leyes francamente violatorias de las leyes Naturales o solo para disimular que están trabajando para un bien social, cuando muchas veces son por intereses de partidos o agrupaciones en busca de poder polí­tico o economico.
Los valores morales, incluyendo los religiosos, que en la actualidad, conocemos, vivimos, son producto de la mezcla de dos culturas, a par- tir de la prescencia de los europeos en nuestro continente en 1492. No fue una mezcla social pacifica sino agresiva es varios aspectos. Estas dos culturas estaban en franca involución. Si bién se seguí­an tradi- ciones religiosas sociales en las diferentes estnias de Mexico, éstas ya habian perdido su escencia religiosas solo quedaban las costumbres y tradiciones como hasta ahora. En caso similar estaban las naciones Europeas con sus guerras entre ellos y la competencia de conquistar nuevas tierras para su provecho ( explotar sus riquezas naturales, y mano de obra de los indí­genas, sojuzgamiento social para sus bene- ficios a como diera lugar.) Obviamente el resultado de ésta mezcla de culturas darí­a como resultado aspectos positivos y negativos, sobretodo en el perí­odo postrevolucionario a 1910 .Entre lo positivo que vale la pena recordar, están, el respèto a la familia como base de una sociedad, a los padres, a los mayores de edad, la responsabilidad de los padres para mantener su hogar, madre, hijos, además inculcando en su hogar la educación sobretodo a sus hijos: respeto a los mayores, la diciplina en las normas de cada familia, la higiene personal, enseí±ar a alimemntarse, la limpieza del hogar, convivencia en el hogar, su preferencia religiosa etc.
Esto en los primeros aí±os de la vida. Ya cuando asistí­an en las escuelas, se reafirma las enseí±anazas aprendidas en el hogar y se ampliaban a nuevos conocimientos, sobre todo el concepto de patria, sociedad, polí­tica, derechso y abligaciones ciudadnas, vocación pro- fesional etc, …Empezar a saber que tenemos privilegios pero también obligaciones. El aprendizaje eran apoyados por la mayorí­a de los padres. Hijos que no les agradase el estudio, les esperaban las arduas trabajo del campo, de otra í­ndole o de los oficios de los padres. Era raro ver los que ahora llamamos ”ninis». En la actualidad con los nuevos conceptos de la educación, con el llamado derechos de los nií±os,(que no van en equilibrio o de acorde entre sus obligaciones hacia sus padres, familia, escuela, sociedad) da lugar a la formación de nií±os con problemas de adaptación y desconcierto en su familia y sociedad, sobretodo en su personalidad. Todos los seres humanos necesitan, tiempo para seguir el proceso de la madurez fí­sico-psiquico y no existe un patrón general para todos. Ignoro en que se basan los nuevos con- ceptos sobre la protección del nií±o y nií±as, si no se apoya , enseí±an, dirigen, obligan de sus deberes a los padres que son los responsables directos de sus hijos, en los primeros aí±os de la vida y posteriormente a los maestros, en las escuelas.
Con mucha tristeza un maestro recién jubilado, me comentó ”que bueno que ya me jubilé, porque me es inaceptable, tener un alumno y no porder diciplinarlo, ni llamarle la atención, porque los padres me vie- ne a reclamar por supuestos malos tratos, a sus hijos». Las situaciones que vivimos en la actualidad: corrupción, violaciones de las leyes que se deciden en los congresos, cobrar lo que no han trabajado o dejen de trabajar( sobretodo para mantener partidos politicos, privilegios de unos cuantos( algunos sindicatos) a costa del trabajo de los demás, tiene su basamento en una educación distorisonada de la realidad, ¿Qué dirección educativa hay en la familia, en las escuelas? ¿ donde acabaron las buenas costumbres, el respeto a los padres, maestros la obeciencia a los principios de autoridad, o es que no existen? Es difí­cil para las futuras generaciones tener una sociedad que satisfaga sus necesidades, si solo se imitan culturas de otros paí­ses, o por lo menos sacar provecho de los cambios y adelantos mundiales de acorde a nuestra indentidad y a nuestras necesidades en general. Los cambios profunfos, de nuestra sociedad, no llegará con los bonitos discursos, ni con promesas ilusorias politiqueros, ni con contenidos de telenovelas, ni reality show. La llamada» democracia» va siendo destruida por los lla- mados representantes del pueblo, que deben velar para el mejoramiento de la sociedad en diferentes aspectos.
Ya es letra muerta. La compra de conciencia por migajas, ya es un negocio, la voluntad del ser humano acá y en diferentes partes del mundo, es chantajeada, amenazada, asesinada. Las vivencias de todos los dí­as es lo que la sociedad nos ofrece( la sociedad es el conjunto de todas las personas)Repasemos nuestra historia social y juzguen como nos está yendo ahora. No olvidemos que lo que el ser humano no quiere cambiar por las buenas, la Naturaleza lo hará sin contemplaciones. Re- cordar que solo cuando el ser humano reflexione sobre si mismo, y trate corregir sus defectos, errores, dándose cuenta de que los responsables de los que la sociedad nos dá, somos nosotros mismos. Nos hemos fallado a nosotros mismos. Un gran Maestro nos decí­a que mientras en el ser humano exista el embrión, semilla de la guerra, habrá  Ìguerras. Lo mismo podrí­amo decir de la corrupción, venganzas, resentimientos, codicias, lujurias, destrucción de la Naturaleza, etc.
Reflexionemos, quizá tengamos todaví­a, tiempo, esperanza para renovar, cambiar nuestra estructura psicológica, buscando nuestra in- dentidad o por lo menos imitar lo bueno de las culturas que nos rodean. Si nosotros cambiamos, nuestra sociedad cambiará, los valores morales renacerán. Mis buenos deseos para todos y aprovecho el momento para agradecerles su atención a los artí­culos que plasmamos en ésta su revista durante los 6 aí±os de su existencia y con éste, me despido con un hasta luego, felicidades.

Graciela Machuca

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