Carlos Canaval Ruiz: La verdad y su esquizofrenia
Javier Chavez
Periodistasquintanaroo
Las náuseas me invadieron cuando leí en la portada del Diario La Verdad Quintana Roo un ataque nacido de una inclinación impune a la esquizofrenia y el estiércol. La puí±alada fue dirigida contra mi amigo Sergio Caballero, quien ha mantenido una trayectoria vertical e indomable, siempre comprometido con sus convicciones.
A Sergio Caballero lo conocí al poco tiempo de llegar a Chetumal, allá por 1989, cuando ambos incursionamos en un oficio periodístico tan distinto al que hoy abunda, ya que se ha avanzado excesivamente en lo cuantitativo, renunciando a la obligada calidad y destreza.
Pues bien, me consta que desde entonces Sergio Caballero ha defendido entre molinos de viento su propuesta periodística, iniciando la carrera más sólida y congruente en nuestro estado y asimilando estilos en el Diario de Quintana Roo —cuando tenía sus destellos de calidad —, el Diario de Yucatán, la Crónica de Cancún y el prestigiado diario Reforma, donde permaneció mucho tiempo en la línea de fuego.
Concluida su estadía en ese diario que está al tú por tú con El Universal, mi amigo Sergio decidió descender a los infiernos porque no le quedaba de otra, y aceptó trabajar en Diario La Verdad Quintana Roo, un periódico con una circulación irrisoria —si acaso unos 200 ejemplares se distribuyen en todo el estado— fundado por una fichita llamada Carlos Canabal Ruiz, ex alcalde interino de Cancún que entre sus logros incluye el haber traicionado a Juan Ignacio ”Chacho» García Zalvidea.
Quiero precisar el contraste entre Reforma y La Verdad: equivale a terminar un romance con la Miss Universo para iniciar un idilio con Irma Serrano. Y con el perdón de mi amigo, es como saltar del Barcelona de Lionel Messi al Atlante. Y lo tuvo que aceptar Sergio Caballero porque vive de su trabajo.
No diré que Carlos Canabal es Judas, corriente, mercenario, abominable e infame, ya que queda definido a la perfección con su nombre y apellidos. Pero lo cierto es que
ese tipo de propuestas periodísticas son una aberración, ya que se calumnia y se lanza estiércol a discreción desde el chiquero.
La reacción de Sergio Caballero es la correcta, ya que dejó las cosas por la paz, consciente de que sale perdiendo al responder a esa provocación, producto de un periodismo tabasqueí±o que ha parasitado a Quintana Roo, llenándolo de pústulas insoportables.
Lo peor es que una alimaí±a como Carlos Canabal militó en el PRD y eludió la cárcel porque saqueó al Ayuntamiento de Cancún en tiempo récord, teniendo el cinismo de fundar un periódico que si acaso sirve de papel higiénico, pero a falta de un plan A.