Protección a Periodistas: Duarte a la Picota

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Palabra de Antí­gona

Protección a Periodistas: Duarte a la Picota

Por Sara Lovera

Acabamos de conocer que en Veracruz sentenciaron a 38 aí±os de cárcel a José Antonio Hernández, alias El Silva, uno de los supuestos asesinos de  la periodista Regina Martí­nez. Presentado, además,  como un delincuente común. Eso a pesar de todas las dudas y la exclusión en las investigaciones de la casa editora donde trabajaba esta incuestionable y comprometida  periodista quien durante más de dos décadas documentó la injusticia y el cacicazgo  en esa entidad.

Javier Duarte, quien cí­nicamente fue reconocido por su ”defensa a periodistas», preside uno de los más turbios y opacos gobiernos de Veracruz, en su administración han sido asesinados nueve periodistas, tres mujeres y seis hombres; el mismo lugar en que hace unos dí­as despidieron a Verónica Danell, conductora de Mega Noticias, sólo por haber hecho mención de la pifia en que el presidente Enrique Peí±a Nieto se equivocó al seí±alar al bello puerto de Veracruz como capital de ese estado bullanguero y tropical, donde las olas del mar producen un sentido a la vida.

Veracruz  magní­fico, donde la historiadora de la Universidad de Guadalajara, Celia del Palacio Montiel, documentó al analizar la prensa femenina del siglo XIX, la existencia entonces de 577 publicaciones periodí­sticas y medios de comunicación. En 1993 habí­a más de 350 y esa entidad puede enorgullecerse de haber sido, en momentos clave de nuestra historia, un lugar de libertades, creatividad y progreso, donde  sólo el general Francisco Jara es un ejemplo en la época del Cardenismo.

Esta maravilla histórica territorial  ha sido precipitada a una de las entidades del paí­s de mayor machismo, control, conservadurismo, pobreza y criminalidad como una no hubiera supuesto hace 30 aí±os.

Veracruz, adoptado por el del músico poeta Agustí­n Lara como su patria chica por esas caracterí­sticas supremas donde el ser humano podí­a explayarse y ser féliz. Algún dí­a pensé que era la única entidad que podrí­a desprenderse de la República Mexicana por su potencia industrial, por sus recursos naturales e historia.

Como olvidar que ahí­ nacieron el sindicalismo, las ligas campesinas y las industrias textil y cervecera; el lugar del mayor número de ingenios azucareros; productor del mejor café de altura y de exportación,  y donde se fundó la primera ciudad novohispana: Antigua.

En Veracruz se respiró durante siglos un halo de libertades y grandes emprendimientos. Su puerto frente a La Habana, fue el primero capaz de establecer el comercio internacional y traer las bellezas europeas, los abanicos y los vinos; en sus faldas se fundaron las primera navieras del paí­s,  y llegaron durante decenios, los mensajes y productos europeos. Los encajes y las vajillas de Flandes y Francia. Lugar de seguridad para México, según recuerda en la propaganda oficial, el puerto que echó del paí­s a los marines norteamericanos en 1914.

Pero hoy, por obra y gracia de Javier Duarte, es uno de los sitios de mayor peligrosidad para las y los periodistas. Regina Martí­nez documentó cómo se construyó el atraso, cómo fueron expulsadas de sus tierras las totonacas; cómo se instaló la desgracia en sus zonas serranas y se fue evaporando lentamente la cosecha del tabaco y se convirtió en historia su éxito textil.

A Luis Velázquez, otro gran periodista, le tocó documentar cómo en los noventa aparecieron los primeros bandoleros convertidos en contrabandistas y narcotraficantes. Los gobiernos sucesivos no pudieron parar  este proceso hasta que Veracruz, lleno de oportunidades y riquezas, se convirtió en  una de las siete entidades que reportan pobreza extrema, en la que nií±os y nií±as se quedan varados en la miseria, mientras sus progenitores emigran a  Estados Unidos.

A falta de todo, ahora esta desgracia está anudada al feminicidio con una etiqueta que lo define. Se pasea sin miramientos  la impunidad y la injusticia sumadas a todas las otras desventuras. Duarte, empleado de su antecesor Fidel Herrera, está convertido en el mimo de este acumulado en que han contribuido los gobernantes priistas que fueron calando, lentamente, sobre territorios, alegrí­as, buen café e historia, hasta obligar a muchos periodistas a huir para salvar su vida y su  integridad. Y todaví­a, este seí±or Duarte, recibió sonriente un premio por su defensa a periodistas. Una burla.

¿Pero qué ofrece? La crónica cotidiana de mi colega Luis Velázquez, Premio Nacional de Periodismo, quien hace algunos aí±os nos mostró cómo la bamba era violenta y cómo a pesar de que en Veracruz existe una de las mejores universidades del paí­s, un lugar de arte, escritores y música, se entronizó  la indiferencia y el cinismo, colocando a esta belleza en una situación inexplicable.

Hoy se profundiza el mal por Duarte, que queriendo quedar bien con Peí±a Nieto permitió amenazar a la compaí±era Verónica Denell y nos quiere convencer de que la excelsa periodista Regina Martí­nez fue ví­ctima de un asalto común y de otras cosas que no vale la pena repetir, porque son indignas.

El seí±or Duarte que se tapa los ojos y los oí­dos para dar cabida al cacicazgo regional; donde no se puede informar que volvió a la Sierra de Zongolica la esterilización de mujeres, ahí­ donde anida el machismo y la violencia de pareja, como signo de esa lí­nea continua de la impunidad, quiere que le creamos. Pues no, no se le puede creer. Es claro que Fidel Herrera, su alter ego, incluso se espantarí­a.

Que es lo que Duarte nos quiere decir, si sabe bien que hay una o varias columnas que chantajean a los pequeí±os comerciantes; si con el mote de zetas hay que pagar seguridad en bares y espacios de diversión en ese otrora privilegiado puerto donde las palmeras estaban borrachas de sol; si nos quiere convencer de que en esa entidad otrora liberal, es un atajo el hecho de que se haya entronizado  polí­ticamente el partido declarado de derecha y dónde la gente se muere de hambre, de tristeza y no existe libertad de expresión. De qué habla el gobernador Duarte, cí­nico y pasado de moda.

Pienso que estos son los verdaderos obstáculos para pensar que México puede salir de este estado de ingobernabilidad y corrupción. Cómo se puede premiar lo impremiable, lo absurdo. Si las magní­ficas mujeres que emprendieron una lucha cultural en pleno siglo XIX en que edificaron revistas, diarios y decenarios, donde se hablaba de la igualdad; si en los aí±os setenta el mismí­simo PRI mostró cómo las mujeres se adhirieron a la idea de las libertades sexuales y la legalización del aborto, de que habla Duarte. Heredero de todo lo que sus compaí±eros de partido han enterrado y olvidado en tierra veracruzana.

¿Qué dirí­a hoy de esta entidad Don íšrsulo Galván y las huestes republicanas y revolucionarias? Incluso esa ala difusa, pero precisa de avanzados polí­ticos del sistema, ¿Qué dirí­an de éste tí­tere ridí­culo que guarda en sus sobre polvos la estulticia y mentira? Ahí­ están la vida y el hacer de compaí±eras y compaí±eros periodistas asesinados y perseguidos.

Pero no nos engaí±emos. En este tiempo de prisa del viejo partido de Estado, por afianzarse y correr, los poderosos  lo perdonarán porque  Veracruz fue por mucho tiempo un lugar seguro para las elecciones. Y este aí±o habrá elecciones. En mis tiempos de reportera —hace demasiados aí±os-, se decí­a que Veracruz aseguraba cada elección presidencial un millón de votos; en Veracruz la disciplina partidaria era un hecho. Tal vez quiere revivir esos tiempos el seí±or Duarte, dando o permitiendo que se dé duro a quienes se salen del esquema de subordinación y obediencia.

í‰l ya ha decidido que ahí­, donde él domina y reina, las y los periodistas deben callar y obedecer, si no ¿se acuerdan? ”Comes y te vas» o, como me dijera un dí­a, a propósito de una periodista despedida de Notimex, el ex gobernador de Chiapas, Patrocinio González, ”en esta entidad no se mueve una hoja de un árbol que yo no controle». Eso quisiera Duarte, no lo dudo. Ojalá me equivoque y la federación y ese halo de aquí­ primero la ley, hagan algo de modo que paré esta situación. A ver.

Graciela Machuca

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