CLADEM: CEDAW: pobreza y falta de servicios de salud determinan muerte materna en AL

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  • ”Todos los paí­ses de la región saben qué es lo que tienen que hacer», dice alta funcionaria de la ONU; ”lo que se necesita es priorizar los problemas para que las respuestas sean efectivas»

La muerte de mujeres y nií±os relacionadas con el embarazo y el parto en América Latina y el Caribe se debe a la pobreza y a la inequidad en el acceso a los servicios de salud, expuso este miércoles en la ciudad de México la abogada brasileí±a Silvia Pimentel, presidenta del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW por sus siglas en inglés) de la Organización de las Naciones Unidas.

”Todos los paí­ses de la región saben dónde está concentrado el problema, todos saben por qué se están muriendo las mujeres y los nií±os y todos saben qué es lo que tienen que hacer técnicamente. Lo que se necesita es priorizar los problemas para que las respuestas sean efectivas», explicó Pimentel, encargada de vigilar la aplicación de la Convención para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer.

”Estas muertes no son aceptables porque la gran mayorí­a de ellas se pueden evitar», expuso en el seminario internacional ”Incidencia en red: el desafí­o que los Estados cumplan con los derechos humanos de las mujeres» que se desarrolla en el Palacio de Minerí­a de esta ciudad, convocado por el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (CLADEM).

CLADEM llevó el asunto de la altí­sima tasa de muertes maternas en Brasil ante las Naciones Unidas y logró una resolución sobre la responsabilidad del Estado por muerte materna previsible, que conlleva el abandono y la orfandad de miles de nií±os y nií±as.

La intervención de CLADEM en el caso brasileí±o ante Naciones Unidas consiguió que se imputada responsabilidad al gobierno de ese paí­s. Se ha sentando un precedente, dijeron las representantes de Brasil; no obstante, la persistencia del fenómeno habla de pendientes de largo plazo.

En 2011, Silvia Pimentel presentó la Iniciativa Regional por las Madres y los Hijos, que tiene el objetivo de acelerar en la región el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) 4 y 5 de las Naciones Unidas, que comprometen a los gobiernos a reducir entre 1990 y 2015 en dos tercios la mortalidad de nií±os menores de cinco aí±os, y disminuir en tres cuartos la mortalidad materna en el mismo plazo.

Durante la sesión de este miércoles, respecto a las muertes previsibles se expuso que en América Latina y el Caribe mueren cada dí­a al menos 70 mujeres, un poco más de 22 mil mujeres cada aí±o por embarazo o parto; aunque la cifra ha disminuido aí±o con aí±o, esta situación está relacionada con la pobreza y con la falta de servicios sanitarios que los gobiernos están obligados a atender y resolver.

La representación brasileí±a de CLADEM destacó que cada aí±o mueren al menos cuatro mil 100 mujeres en ese paí­s por causas relacionadas con el embarazo o el parto; mil 200 en Colombia, mil 300 en Guatemala, mil 500 en Perú y más de mil en México. En 2011, sólo en el Distrito Federal perdieron la vida 138 mujeres.

Atrás de este fenómeno subsiste la irresponsabilidad de los Estados, el modelo económico y las brechas entre hombres y mujeres, que sólo son mencionados superficialmente, en una sola meta, por los Objetivos de Desarrollo del Milenio. El aborto inseguro sigue siendo la cuarta causa de muerte materna en la región, que acompaí±ada por la educación sexista cierra un cí­rculo vicioso y lacerante.

En América Latina y El Caribe, el paí­s en peor condición es Haití­, con 523 muertes maternas por cada 100 mil nacidos vivos. El que registra mejores estadí­sticas es Chile, con 23 por cada 100 mil nacidos vivos. En Bolivia fallecen 390 madres por cada 100 mil nacidos vivos.

La situación mundial no es diferente: más de 10 millones de madres y nií±os fallecen por causas prevenibles cada aí±o en el mundo. Se estima que cada minuto muere una mujer embarazada o en el parto y que cada tres segundos fallece un nií±o o nií±a menor de cinco aí±os.

Elba Núí±ez Ibáí±ez, coordinadora regional del CLADEM, seí±aló por su parte que los Objetivos de Desarrollo del Milenio y sus metas para 2015 son un piso mí­nimo de compromiso gubernamental, incompleto e insuficiente, y de todas formas los gobiernos no cumplen. Esos objetivos no plantean cambios económicos y culturales necesarios ni a los aparatos de justicia, donde se halla el principal obstáculo para lograr avances en la condición social de las mujeres del mundo, expuso.

Al hacer un balance de la intervención de CLADEM para acompaí±ar procesos respecto de la violencia contra las mujeres, en una primera ronda informativa las participantes de diversos paí­ses coincidieron en que otro obstáculo sustantivo es la debilidad polí­tica de los Estados frente a poderes fácticos que impiden el cumplimiento de sus obligaciones con la población.

Adicionalmente, la falta de difusión de los derechos humanos de las mujeres impide la participación organizada de la sociedad civil en los reclamos para que cumplan los gobiernos. Ello requiere, reconocieron las participantes, un análisis más detallado de qué hacer con el funcionamiento de los medios de comunicación y los sistemas educativos nacionales, con carencias fenomenales.

Se dijo además que la abogací­a de CLADEM, ”que sólo acompaí±a procesos», documentó ocho casos para la Comisión Interamericana de Derechos Humanos; tres para el sistema de derechos humanos de Naciones Unidas y uno ante la Comisión de la Condición Jurí­dica y Social de ONU Mujeres, para sentar precedentes y destacar informativamente asuntos particulares que puedan ser ejemplo.

También este primer balance indica que un sector alejado del conocimiento de los derechos humanos es el de los abogados en el conocimiento de los derechos de las mujeres y la perspectiva de género. CLADEM, en ese sentido, ha realizado talleres regionales de entrenamiento, tomando al derecho como una herramienta pedagógica capaz de incidir en la defensa de las mujeres.

No obstante, esas acciones no obligan a los gobiernos a realizar reformas de fondo a sus sistemas judiciales, por lo que el acceso a la justicia para las mujeres se ha convertido en uno de los principales obstáculos para el desarrollo de la mitad de la población. No habrá avance, se dijo, mientras la pobreza, el trabajo precario y el desconocimiento de las mujeres sobre sus derechos sea el gran dique.

Durante la primera sesión de experiencias de las integrantes de CLADEM en esa campaí±a triple de intervención jurí­dica, educación no sexista y colaboración en alianza de redes y agrupamientos de mujeres, así­ como el litigio por los casos especí­ficos de violaciones a los derechos humanos de las mujeres, las promotoras en más de 15 paí­ses seí±alaron que si bien les ha dejado satisfacciones importantes, no es posible negar que ”nos ha dejado lágrimas y desesperación», por la pérdida de vidas, derechos y oportunidades a las mujeres.

Durante los próximos dos dí­as las participantes en el seminario, donde asisten seis redes regionales y 54 organizaciones, se discutirá una nueva estrategia de intervención, considerando que la agenda de demandas, realidades y problemas exige continuar por un largo tiempo en esta acción.

Graciela Machuca

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