Oaxaca: Mujeres y Polí­tica; 8 de marzo, feminista

0

Soledad Jarquin.-

 

feminismo es la idea ”subversiva» y para muchas personas ”radical» de creer que las mujeres tienen derechos humanos. Así­ de sencillo y simple. El feminismo que nos lleva ahora a la conmemoración del aí±o 106, desde aquella feliz coincidencia de mujeres de diversas ideologí­as y movimientos, pero por ninguna razón conservadoras, que encuentran la misma similitud en su condición social, la opresión de la que son objeto por el hecho de pertenecer al sexo femenino.
El 8 marzo, establecido desde la oficialidad, la ONU concretamente en 1975, tiene como objetivo mirar los avances, los retos y como en muchos casos algunos pasos hacia atrás que indebidamente se han dado en el mundo.
Cierto que estamos en un lugar distinto al que ocuparon las mujeres hace uno, dos y tres siglos, cuando la historia registra el despertar del feminismo.
Sin embargo, los resabios parecen repetirse, de una u otra forma. La desigualdad persiste, el piso no es parejo para todas las mujeres. Y como seí±alan las estudiosas de los movimientos feministas, a cada acción vinieron las reacciones del patriarcado, incapaz de entender que lo único que estaba sucediendo en el mundo, y sigue sucediendo, es que las mujeres ocupan lo que legí­timamente les corresponde y del que fueron marginadas o excluidas por una decisión polí­tica, como afirmó en una entrevista Norma Reyes Terán.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) espera que en 14 aí±os, el nuestro sea un planeta 50/50, ”Demos el paso por la igualdad de género», reza el mensaje oficial del organismo internacional en el marco de esta conmemoración.
Difí­cil de creer en la posibilidad de alcanzar la meta, sobre todo cuando vemos los resquicios que aún existen, las ideas, los pensamientos, tan daí±inos como los hechos, las acciones negativas que muchas veces siguen tií±éndose de rojo, como pasó esta misma semana con la defensora y activista Berta Cásares, en Honduras, y como ha sucedido con miles de mujeres que desde su mirada crí­tica, feminista, cuestionan lo establecido, ponen entredicho las bondades de los gobiernos, desenmascaran a quienes utilizan el feminismo y se enriquecen o se aprovechan para escalar en el poder polí­tico, mujeres que desde su aguda visión pueden hacer que tiemble, sí­, que tiemble, el poder polí­tico y el gigante económico.
ONU Mujeres ha publicado el mensaje de Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas para este 8 de marzo, Dí­a Internacional de la Mujer: ”Hemos roto tantos techos de cristal que hemos creado una alfombra de aí±icos. Ahora estamos barriendo las ideas preconcebidas y los prejuicios del pasado para que las mujeres puedan avanzar y cruzar nuevas fronteras».
Sí­, eso quisiéramos pensar. El optimismo del Secretario General de la ONU es elocuente y, ciertamente, en parte hay razón. Pero la verdad es que yo pensarí­a que en 300 aí±os de existencia del feminismo se reconocen los avances pero no hemos hecho aí±icos el techo de cristal construido por el patriarcado, el androcentrismo y la misoginia, no, aún no, pienso que se han hecho algunos agujeros al techo de cristal, pero no lo hemos hecho aí±icos. ¡Brincos diéramos!
Lo otro, es como dice la periodista peruana Ana Marí­a Portugal, quien desde hace muchos aí±os ha hecho y ha perfeccionado una cronologí­a de los hitos y hechos más importantes del feminismo y que dieron lugar al Dí­a Internacional de la Mujer en 1910.
Tiene razón cuando se indigna en la forma en que el patriarcado ha ido trivializando esta conmemoración para que las mujeres no se involucren o no piensen en el fondo y la realidad que dio origen a lo que aí±os más tarde la ONU denominó el Dí­a Internacional de la Mujer.
No es para menos, como plantea Portugal, hoy ”las mujeres reciben flores, perfumes y poemas…» a otras, por ejemplo en algunas burocracias, les dan el dí­a. ¿Cómo para qué? ¿Para que se vayan a su casa y hagan lo que les corresponde? En lugar, tal vez de invitarlas a una conferencia, a una función de cine sobre la historia de las mujeres, que reflexionen si tienen sobre su cabeza un techo de cristal hecho aí±icos y pisan una alfombra de cristales como supone el Secretario General de la ONU ¿quién sabe? Hay quienes inventaron carreras atléticas y, peor aún, algunas oficinas gubernamentales, hacen comida y rifan electrodomésticos, como si fuera un 10 de mayo.
Supina ignorancia, como dije hace varios aí±os y que ni modo lo tenemos que reiterar.
Ana Marí­a Portugal sostiene que el 8 de marzo es ”un dí­a para recordar las gestas más emblemáticas protagonizadas a inicios del siglo XX, por una generación de mujeres que bajo la égida de los socialismos, anarquismos, sufragismos y pacifismos, reclamaron derechos sociales y polí­ticos en escenarios marcados por guerras y revoluciones».
Todos los derechos de los que hoy gozamos las mujeres: educación, trabajo y salario ”justo», voto y participación polí­tica y pública, anticoncepción y aborto (hasta la doceava semana como sucede en la Ciudad de México y por otras razones en todo el paí­s), vivir sin violencia (un anhelo no concreto como el acceso a la justicia), anticoncepción y otros tantos derechos y libertades, como el ejercicio que ahora hago de escribir y de que usted me lea, se los debemos a las luchas que emprendieron en distintos tiempos y en circunstancias semejantes mujeres del mundo, mujeres organizadas (socialistas, comunistas, sindicalistas, sufragistas y pacifistas) que coincidieron en la proclamación de eso que todaví­a no entiende buena parte del mundo, somos humanas y reclamamos nuestro espacio.
Y termino citando a la misma Ana Marí­a Portugal, feminista, periodista y llena de sabidurí­a, quien apunta que ”cada 8 de Marzo, renovamos nuestro compromiso de mantener vigentes los principios de libertad, justicia y autonomí­a del ideario de las madres fundadoras del feminismo. Compromiso que se refuerza en las propuestas y en las acciones de las agendas feministas y de los movimientos sociales de mujeres en su interlocución con los gobiernos y las instituciones».
Ya veremos las cosas que sucederán en estos dí­as. Ya verán. Ya me contarán. Ya lo escribiré.

Graciela Machuca

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *