San Andrés: el peligro real de una de las fallas más temidas del mundo

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La tierra ruge y los rascacielos del distrito financiero de Los íngeles se desmoronan, atrapando a miles de personas bajo sus escombros.

Un tsunami de proporciones bí­blicas se adentra en la bahí­a de San Francisco, engullendo a su paso el icónico puente Golden Gate, antes de arrasar la ciudad californiana.

Estos son dos de los terrorí­ficos escenarios que presentaba «San Andrés», pelí­cula protagonizada por Dwayne «la roca» Johnson que se estrenó en 2015 en los cines de todo el mundo.

Su argumento gira en torno a las devastadoras consecuencias de un potente terremoto en la famosa falla que da nombre al filme y que lleva el caos y la destrucción de la costa oeste estadounidense.

Se trata de una premisa pensada para el disfrute de los amantes del cine de catástrofes, aunque cuando se habla de terremotos, la lí­nea que separa realidad de ficción es demasiado delgada. En declaraciones recogidas por el diario Los Angeles Times, cientí­ficos advirtieron desde la Conferencia Nacional de Terremotos que se celebra en la localidad californiana de Long Beach que la sección sur de la falla de San Andrés está «cargada y lista» para provocar un gran temblor.

Ahora, un nuevo estudio realizado por la Universidad de Hawái seí±ala que la Falla de San Andrés se está moviendo verticalmente.

Según la investigación, publicada en la revista Nature Geoscience, se trata de un movimiento constante y a gran escala, aunque muy sutil, de tan solo unos 2 milí­metros al aí±o.

Lo interesante del nuevo informe es que es la primera vez que se han podido detectar movimientos verticales.

La sección sur

La falla de San Andrés, que recorre California de norte a sur a lo largo de 1.300 kilómetros y que delimita la placa norteamericana de la placa del Pací­fico, es una de las más estudiadas del planeta, ya que en su práctica totalidad se encuentra sobre la superficie terrestre.

Fue la causante del devastador terremoto de 7,8 grados que destruyó gran parte de San Francisco en 1906, provocando la muerte de más de 3.000 personas.

Aunque la extrema premisa de «San Andrés» tiene más de ciencia ficción que de escenario real, lo cierto es que esta superproducción de Hollywood fue un recordatorio de que, tarde o pronto, la falla volverá a quebrarse y los más de 38 millones de personas que viven en sus inmediaciones tienen que estar preparadas.

La que más preocupa a los cientí­ficos es la sección sur de la falla, en la que no se ha producido un sismo en cerca de 300 aí±os, pese a que los registros geológicos indican que es la causante de un gran terremoto con una periodicidad de unos 150 aí±os.

Los cálculos más conservadores apuntan a que, de producirse un temblor de magnitud 7,8 en la escala de Richter en esa sección -que tendrí­a un impacto directo en Los íngeles, la segunda ciudad más poblada de EE.UU.- cerca de 2.000 personas morirí­an y habrí­a más de 50.000 heridos. Los daí±os materiales superarí­an los US$200.000 millones.

«La información con la que trabajamos los cientí­ficos indica que el extremo sur de la falla de San Andrés es en la que es más probable que se produzca un gran terremoto en los próximo 30 aí±os», seí±ala en conversación con BBC Mundo Jennifer Andrews, sismóloga del Instituto de Tecnologí­a de California (Caltech).

Según explica Andrews, «la parte media de la falla se rompió hace unos 160 aí±os y la parte norte en 1906, provocando el terremotos de San Francisco».

«La parte sur de la falla no se ha quebrado en cerca de tres siglos y sabemos que durante este tiempo la tensión se ha ido acumulando».

Un gran impacto

La experta del Caltech seí±ala que «en el pasado los terremotos en California tuvieron un impacto limitado porque la densidad de población de ese territorio era muy baja».

«Hoy en dí­a las cosas serí­an muy diferentes ya que en zonas como el sur de California viven millones de personas».

«El impacto de un gran terremotos serí­a importante. Destruirí­a muchos edificios y provocarí­a la pérdida de servicios básicos como el agua, la electricidad o el transporte«.

«En las últimas décadas se ha trabajado para hacer que una ciudad como Los íngeles sea más segura para enfrentar un gran terremoto, pero hay muchas construcciones que se levantaron antes de los aí±os 70, cuando se introdujeron nuevas regulaciones sí­smicas».

Andrews seí±ala además que en el sur de California hay más de 300 fallas y existe el temor de que un gran terremoto en la falla San Andrés haga que estas también se quiebren, provocando un daí±o todaví­a mayor.

La experta de Caltech cree que pelí­culas como «San Andrés» sirven para recordarle a los habitantes de la costa oeste de EE.UU. que se trata de un área de alta actividad sí­smica, «por lo que deben prepararse para la inevitabilidad de un terremoto».

Los últimos grandes sismos que sacudieron California fueron el de Northridge (6,7 grados), en 1994, que dejó 57 muertos en el área de Los íngeles, y el de Loma Prieta (6,9 grados), que se cobró la vida de 67 personas en San Francisco en 1989.

Este último hizo que en el norte de California se introdujeran nuevas regulaciones, obligando a que se reforzaran estructuras construidas con concreto, muchas de las cuales albergan escuelas y hospitales.

No fue hasta fines de 2014 que la alcaldí­a de Los íngeles propuso una normativa similar, que conllevará la inversión de centenares de millones de dólares.

Sistema de alerta

Para los expertos ahora es fundamental que las autoridades se tomen en serio la puesta en marcha de un sistema de alerta temprana de terremotos.

Andrews seí±ala además que en el sur de California hay más de 300 fallas y existe el temor de que un gran terremoto en la falla San Andrés haga que estas también se quiebren, provocando un daí±o todaví­a mayor.

La experta de Caltech cree que pelí­culas como «San Andrés» sirven para recordarle a los habitantes de la costa oeste de EE.UU. que se trata de un área de alta actividad sí­smica, «por lo que deben prepararse para la inevitabilidad de un terremoto».

Los últimos grandes sismos que sacudieron California fueron el de Northridge (6,7 grados), en 1994, que dejó 57 muertos en el área de Los íngeles, y el de Loma Prieta (6,9 grados), que se cobró la vida de 67 personas en San Francisco en 1989.

Este último hizo que en el norte de California se introdujeran nuevas regulaciones, obligando a que se reforzaran estructuras construidas con concreto, muchas de las cuales albergan escuelas y hospitales.

No fue hasta fines de 2014 que la alcaldí­a de Los íngeles propuso una normativa similar, que conllevará la inversión de centenares de millones de dólares.

Sistema de alerta

Para los expertos ahora es fundamental que las autoridades se tomen en serio la puesta en marcha de un sistema de alerta temprana de terremotos.

El sistema -que hace aí±os ya se instaló con éxito en paí­ses como Japón y México y que en California se enfrenta a la falta de inversión pública- consiste en una red de sensores que permitirá detectar el inicio de un temblor hasta con 40 segundos de antelación, lo que ayudará a alertar a las autoridades y a la población.

«Desafortunadamente en este paí­s muchas veces la voluntad de mejorar las cosas sólo llega después de que ocurra un desastre», le dijo a BBC Mundo Peggy Hellweg, responsable de operaciones del Laboratorio Sismológico de Berkeley, en el norte de California.

«Un sistema de alerta temprana serí­a muy útil. Se podrí­an detener los trenes para que no descarrilen y el tráfico de automóviles en los puentes. Se podrí­a alertar a los hospitales. También ayudarí­a a que la gente se pudiera proteger, metiéndose debajo de un escritorio o, si hubiera tiempo suficiente, abandonando los edificios», seí±ala la experta.

Según Hellweg, los sismólogos en California llevan a cabo sus investigaciones con pocos recursos y para que pudieran hacer bien su trabajo «se tendrí­a que invertir mucho más dinero».

«Nuestros sistemas de alerta de terremotos deberí­an ser mejores. No tenemos sensores en todos los sitios en los que son necesarios. No tenemos una infraestructura robusta».

Hellweg cree que en California hay partes del sistema de prevención de sismos que están funcionando moderadamente bien y otras que no tanto.

«Los servicios de emergencia -la gente que responde a los desastres naturales como los bomberos o la policí­a- están relativamente bien preparados«.

«Los que no están preparados son los ciudadanos y los negocios privados», seí±ala la experta, quien atribuye este hecho a que hace tiempo que no ocurre un terremoto de importancia en California, «lo que ha vuelto a la gente complaciente».

Este artí­culo se publico originalmente en BBC Mundo en mayo de 2015 y ha sido actualizado.

Graciela Machuca

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