El caso de la madre que asesinó a balazos a sus dos hijas adolescentes que conmociona a EE.UU.

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Christy Seats
Christy Seats tuvo problemas con el alcohol e intentó suicidarse tres veces.

Christy Sheats acabó primero con la vida de su hija de 17 aí±os, Madison, y después comenzó a perseguir a su otra hija, Taylor, de 22, que herida trataba de escapar, relata el informe policial del caso.

La madre recargó su arma, salió de su casa y le disparó de nuevo en plena calle.

Sucedió en la tarde del viernes 24 de junio en un suburbio acomodado del condado de Fort Bend, en Houston, Texas (sur de EE.UU.).

La mujer murió a manos de la Policí­a, que llegó a su hogar alertada por los vecinos.

Como se negó a entregar el arma con el que habí­a matado a sus hijas, le dispararon.

El caso ha causado una gran conmoción entre la opinión pública en EE.UU., en especial después de que las autoridades hicieran públicas las llamadas de auxilio hechas por jóvenes durante el tiroteo.

La última reunión familiar

Las dos hijas de Christy Sheats acudieron el pasado viernes al llamado de su madre, quien las convocó a una reunión la casa familiar.

Taylor se habí­a graduado con honores del Lone Star College y estaba interesada en el arte, el dibujo y las ciencias sociales.

Madison estudiaba en la preparatoria Seven Lakes y trabajaba como nií±era en sus ratos libres.

Según medios locales, Taylor estaba comprometida y tení­a previsto casarsecuatro dí­as después de ese viernes fatal.

«Son nuestras hijas»

«Ella querí­a hacerme sufrir», declaró a la prensa tras el asesinato Jason Sheats, el desconsolado padre que vio como sus hijas morí­an a manos de su esposa.

í‰l también estuvo presente en la reunión familiar y pensaba que el encuentro era para anunciar que ambos se iban a divorciar.

Cuando Jason vio como Christy sacó el arma sólo alcanzó a suplicar que no disparara.

«Por favor no lo hagas. Son nuestras hijas. Haremos lo que quieras, te lo prometo«, gritó antes de que la madre disparara a Madison en la sala principal de su casa, según se escucha en la llamada a los servicios de emergencia hecha pública por la policí­a.

«Por favor no lo hagas, perdónanos«, «No apuntes con el arma a mi hermana«, se oye decir a una de las jóvenes en la grabación.

Los ruegos no sirvieron de nada. Mientras Jason trataba de calmar a su esposa, Christy comenzó a disparar contra Madison y Taylor.

A esas alturas, la policí­a ya se hallaba en camino.

Una ambulancia recogió el cuerpo malherido de Taylor, pero llegó ya sin signos vitales al hospital Texas Medical Center.

Madison murió de inmediato con un disparo que le entró por la cabeza.

Problemas familiares

Christy Sheats, según relató su esposo, atravesó depresiones desde 2012.

De acuerdo con el relato de Jason Sheats, la mujer intentó suicidarse en tres oportunidades con pastillas y después comenzó a beber alcohol en grandes cantidades.

 

Al parecer, no asimiló bien el divorcio que se avecinaba.

Debido a altercados familiares, la policí­a informó que en los últimos cuatro aí±os acudieron al domicilio de los Sheats 14 veces.

Catherine Knowles, amiga de Christy, seí±aló a medios locales que no podí­a imaginar que podí­a haber provocado algo así­,

«(Matar a ) Sus propios hijos, no sé qué podrí­a pasar por la cabeza de alguien«, seí±aló Knowles.

El alguacil del condado de Fort Bend Tony Nehls seí±aló que, a su parecer, el objetivo de la mujer al matar a sus hijas era hacer sufrir a su marido.

El dí­a del tiroteo Jason Sheats cumplió 45 aí±os.

Armas

Según medios locales, Christy Sheats era una defensora del derecho a portar armas.

«Serí­a horriblemente trágico que mi posibilidad de protegerme a mí­ o a mi familia me fuese quitada, pero eso es exactamente lo que están determinados a hacer los demócratas al querer prohibir las armas semiautomáticas», aseguró la mujer el aí±o pasado en un mensaje en Facebook.

Al final su libertad para portar y disparar su revólver calibre .38 terminó con la vida de sus dos hijas.

El último mensaje en Facebook para sus hijas, en septiembre del aí±o pasado, decí­a: «Sorprendentes, hermosas, nií±as inteligentes, amables y dulces. Las amo y valoro más de lo que se pueden imaginar«.

Graciela Machuca

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