Miradas de reportero: Lupita, Lincoln y el periodismo en Tlaxcala

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Por Rogelio Hernández López

Sí­, contagiaba de gusto todo lo que Lupita mostraba y las significancias del momento: ojos chispeantes; labios apretados que apenas contení­an la sonrisa de orgullo; cuello bien estirado, como del gallo que hizo bien el canto maí±anero. A su espalda la bandera nacional y la tribuna parlamentaria. Era su maí±ana y, por extensión de muchos periodistas del estado.
Ella portaba, con las dos manos, la placa del Premio de Periodismo que le concedieron unanimemente los 25 integrantes del Congreso de Tlaxcala. Unos 25 colegas se disputaban el mejor lugar para fotografiarla y felicitarla.
Marí­a Guadalupe De la Luz DeGante, corresponsal de La Jornada de Oriente, era el centro de varias buenas noticias; su premiación se hizo ejemplo de cómo organizar los concursos de periodismo (se hacen en casi todas las entidades), mostró también que premiar periodistas por un ejercicio más allá de los hábitos, es una de las mejores formas de fomentar las buenas prácticas en el periodismo.
Ese dí­a
El Congreso de Tlaxcala convocó a sesión extraordinaria para examinar exclusivamente el dictamen que concedí­a el premio de periodismo en 2016. Era 1 de julio, fecha que el poder legislativo habí­a establecido antes como dí­a del periodista en el estado
Luego de esa sesión, alargada por cumplir con toda la solemnidad de la liturgia parlamentaria, se ofreció una comida en el patio para entregar reconocimientos a los otros nueve periodistas participantes en el certamen. Les acompaí±aron diputadas y diputados. Los discursos, también muy solemnes se mezclaban con el estruendoso sonido de un mití­n de protesta que realizaban afuera algunos maestros y activistas apoyadores.
Uno de los tres periodistas que dictaminaron el Premio fue invitado a dar un mensaje en lugar del presidente del Jurado, José Reveles Morado. Allí­ se rompió la solemnidad por el ambiente de gusto compartido. Habló franco, sin cortesí­as sobre los mensajes que el premio enviaba. Más o menos expuso:
”Aquí­ hay varias significancias importantes. Los periodistas necesitamos trabajar en otra atmósfera nacional menos negativa. Cada aí±o de este sexenio se registran unas 350 agresiones en promedio. En este 2016 ya son 7 los colegas asesinados y el número aumentó a casi 130 victimados del 2000 a la fecha.
”Los periodistas de México necesitamos que todas las instancias del poder polí­tico repitan publicamente que respetan nuestro trabajo; que a diferencia de otras profesiones ésta es indispensable para el dialogo entre la sociedad, para la comunicación entre gobernantes y gobernados, que es vital para el ejercicio democrático. Y que corre muchos riesgos, la mayorí­a evitables.
”Por eso es importante que este Congreso, como debieran hacerlo otros, haya establecido un dí­a del periodista y conceda un premio anual. Primera significancia que da gusto…
”Otro mensaje es que esta legislatura haya decidido hacer un viraje en la forma de organizar el certamen: La Comisión camaral hizo una convocatoria abierta; su presidente, el diputado Lincoln Rodrí­guez, se empeí±ó en transparentar el procedimiento, en respetar sus formas y tiempos; invitó como jurados a periodistas de la CDMX reconocidos como rigurosos y crí­ticos. Cumplió y además nadie trató de influir en la decisión del jurado. Eso también alegra.
”Un gusto más es que el procedimiento permitiese saber que una mujer cumple con los criterios que fijó el Congreso: un ejercicio de al menos 4 aí±os; sus trabajos reflejan calidad y oportunidad profesional; ha sido constante y –el plus adicional– el tipo de periodismo que hace tiene significancia social (defensa de los derechos de las personas y contra los abusos del poder). Tales requí­sitos los alcanzó al 100 Marí­a Guadalupe de la Luz DeGante, reportera respetada y hasta temida en la entidad».

Más premio como este
El reportero en el microfono invitó a los legisladores que quieran ayudar a los periodistas de Tlaxcala a revisar el código penal, el civil, la ley de educación y la de profesiones (si hubiese) para que el gobierno persiga a agresores; sancione a los periodistas que calumnien; que tutele a los profesionales en la defensa de sus derechos, incluso laborales porque esa es una de sus grandes vulnerabilidades, no sólo en Tlaxcala sino en todo el paí­s.
También propuso crear dos leyes más; una estatal de protección para periodistas en riesgo como hay en 12 entidades y otra del Premio Estatal de Periodismo…. –Cuando decí­a esto saltó a lo lejos una voz de sorpresa:
”¿Otro premio? Ya está éste…!
Habrí­a que explicarle, a quien se extraí±ó, los objetivos de crear más certamenes. Ahora reitero lo que hemos propuesto en cada estado:
Para reducir vulnerabilidades de los informadores permanentes se necesita un andamiaje jurí­dico que reconozca al periodismo como una actividad del interés público. Y entre varias nuevas normas, cada gobierno estatal debiera revisar sus leyes para premiar periodistas y tomar como ejemplo el premio nacional de periodismo, que lo diseí±a un Consejo Ciudadano, se cumple rigurosa y trasparentemente y además tiene un estí­mulo económico sensible.
Pero no sólo eso. Una de muchas alternativas para elevar también la dignidad de quienes hacen periodismo serí­a crear tantos concursos, como fuentes informativas existen, es decir premios de periodismo en salud, educación, rural, al igual que se hacen ya de coberturas por atención de género, por la nií±ez, contra la discriminación, de ciencia… Todos los que se puedan.
El fin es fomentar las buenas prácticas e ir despejando circulos viciosos como las dadivas mensuales de polí¬ticos a medios y periodistas y, de paso, ir aplicando una cernidora ética ante quienes se dicen periodistas y sólo son negociantes reproducidores de boletines.

Graciela Machuca

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