El cine mexicano reivindica a su héroe olvidado

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El director Rafael Lara prepara una pelí­cula y una serie sobre el diplomático Gilberto Bosques, que salvó la vida a decenas de miles de refugiados republicanos espaí±oles

MARIí‰N KADNER | EL PAíS

Gilberto Bosques, en una imagen de archivo.

«Si tú estás vivo hoy, es gracias al cónsul Gilberto Bosques«, le repetí­a su abuelo. El director de cine mexicano Rafael Lara es descendiente de exiliados espaí±oles republicanos, creció escuchando la historia del diplomático mexicano en los domingos de paella y tiene una predilección por las pelí­culas «bélicas de gran producción». Por esto, y por aquella frase que solí­a decirle su abuelo, el cineasta ha decidido dedicarle una pelí­cula y una serie de televisión a Bosques (Chiautla de Tapia, Puebla, 1892 – Ciudad de México, 1995), a quien considera «el mayor héroe mexicano del siglo XX».

Al diplomático le llaman el Schindler mexicano, en referencia al empresario y miembro del partido nazi que logró salvar a unos 1.200 judí­os. «Muy injustamente», opina Lara sobre esta comparación, «Schindler deberí­a ser el Bosques alemán». Aunque los números de los historiadores varí­an, Bosques logró trasladar a México a unos 5.000 judí­os y a decenas de miles de espaí±oles republicanos«, explica el director de cine, que huí­an del franquismo y de la Segunda Guerra Mundial. «Pero no hay que batallar esto, quién salvó solo a una persona ya es un héroe», zanja Lara.

Gilberto Bosques, un gigante de la solidaridad internacional, fue cónsul general de México en Parí­s con Lázaro Cárdenas, presidente mexicano y artí­fice de la acogida de unos 20.000 exiliados republicanos tras la Guerra Civil espaí±ola. Tras la ruptura de relaciones de México con el régimen de Vichy en 1942, Bosques, quien rescató a Max Aub del campo de concentración de Vernet, vio cómo se complicaba la evacuación de refugiados judí­os, hasta el punto de que la legación fue asaltada y todos los trabajadores consulares junto con él y su familia fueron detenidos por la Gestapo y arrestados durante un aí±o en Alemania.

Pero para Lara la vida del cónsul mexicano no puede reducirse a esta etapa. «Tiene un pasado revolucionario, era una persona muy ligada a Cárdenas, intermedió en Portugal con el dictador Salazar y también tuvo un papel en la crisis de los misiles en Cuba», recopila el director de cine. Por esto pensó que además de la superproducción en inglés que planea para la historia más clásica de Bosques podrí­a realizar una serie -«esta sí­ en espaí±ol, de 10 ó 20 capí­tulos bien rodados; ahí­ los números sí­ cuadran para Netflix y HBO«, puntualiza el cineasta-.

El último barco a la salvación

«í‰l [Bosques] literalmente convenció a mi bisabuelo de tomar el último barco, el Nyassa. Mi bisabuelo pretendí­a quedarse en Francia para cuando los aliados se unieran contra Hitler y Franco volver a combatir en Espaí±a», recuerda Lara. Ante la idea, Bosques le contestó algo similar a esto: «Olví­dese, eso no va a pasar y yo ya no tengo forma de protegerlos». Después su paso por Parí­s, Bosques fue embajador en Portugal, Suecia y Cuba, hasta que en 1964 se retiró de la vida pública por desavenencias con el presidente Gustavo Dí­az Ordaz.

El mundo está acostumbrado a aplaudir a los héroes gringos, porque son los que llegan a la gran pantalla, pero qué hay de nuestros héroes

Aunque su última pelí­cula es una comedia romántica, titulada El tamaí±o sí­ importa (2016), Lara asegura que su sello son las pelí­culas bélicas. «Pero por encima de todo soy un amante del cine y me gusta salirme de mis zonas de confort», afirma. La aspiración es que la pelí­cula sobre Gilberto Bosques sea un drama bélico de gran producción en inglés, que hable de los miles de refugiados. Para conseguirlo, «es muy difí­cil que se realice en hispanoamérica», asegura Lara. «Una referencia sobre lo que quiero hacer es El pianista; nadie se cuestionó que no hablaran polaco», argumenta.

Lara no puede revelar aún quién interpretará al héroe poblano, porque la fecha inicial para el inicio del rodaje de la serie o de la pelí­cula (en el segundo semestre de 2018) aún no está fijada y por una cuestión de timing solo ha habido acercamientos. Pero lanza tres pistas: será mexicano, ha estado ya en producciones internacionales y ronda la cuarentena.

El cineasta cuenta ya, según dice, con coproductores alemanes, espaí±oles y mexicanos y tiene «un compromiso no solo contractual, sino moral con la familia de Gilberto Bosques» para llevar al cine esta historia. «El mundo está acostumbrado a aplaudir a los héroes gringos, porque son los que llegan a la gran pantalla, pero qué hay de nuestros héroes», defiende.

 

Graciela Machuca

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