Más de 220 muertos por un fuerte terremoto en México

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El seí­smo, de magnitud 7,1, sacudió con fuerza la capital del paí­s y otros cuatro Estados

JAVIER LAFUENTE | EL PAíS

México volvió a temblar con fuerza por segunda vez en dos semanas. Un sismo de magnitud 7,1 sacudió este martes el centro del paí­s. Al menos 225 personas han fallecido en diferentes zonas —que se sepa: 94 de ellas en la capital, 71 en Morelos, 43 en Puebla, 12 en el Estado de México, cuatro en Guerrero y uno en Oaxaca—, según la Agencia de Protección Civil, aunque la cifra incrementa con el paso de las horas. El seí­smo se ha producido el dí­a en que se cumplí­an 32 aí±os de la peor tragedia que ha vivido el paí­s: el terremoto que causó cerca de 10.000 muertos en 1985.

A las 13.14 hora local (20.14 hora peninsular espaí±ola) el suelo volvió a retumbar en México, apenas 10 dí­as después del terremoto de mayor magnitud (8,2) en 85 aí±os. El de este martes, con epicentro en los lí­mites de Morelos y Puebla, fue menor, de 7,1, pero su proximidad a la capital ha provocado que los daí±os sean mucho mayores. El caos y el pánico se apoderaron de la ciudad. Más de 40 edificios se vinieron abajo, entre ellos dos escuelas. En una de ellas, Rebsamen, el presidente del paí­s, Enrique Peí±a Nieto, confirmó pasadas las diez de la noche que habí­an muerto al menos 21 nií±os y otros 30 seguí­an desaparecidos. A última hora de la noche del martes, la ciudad seguí­a herida, pero no cesaban los trabajos de rescate para tratar de sacar supervivientes de los escombros. La solidaridad de los ciudadanos, que se echaron a las calles para colaborar con los damnificados, fue imparable.

”Es el terremoto que más he sentido», era un de los comentarios más repetidos entre los vecinos de la capital, acostumbrados como están a sentir los temblores, aunque nunca tan violentos. En los barrios de Roma y Condesa, la zona más cenagosa de la ciudad y que sufrió como pocas la tragedia de 1985, el temblor golpeó con dureza. La Avenida ímsterdam, una calle circular de Condesa, era, a última hora de la tarde, una cadena humana continua que trataba de colaborar con los afectados por el colapso de varios edificios. En la esquina con la calle Laredo, la gente se afanaba por retirar los escombros como podí­a. Viviana Ortiz, vecina de la calle de Monterrey, vio venirse abajo su vivienda. «El bloque se desplomó de forma horrible, por completo. Se levantó una enorme nube de humo y se escuchó un trueno escalofriante».

La capital amaneció con el recuerdo del terremoto de hace más de tres décadas. Y como suele ser habitual cada 19 de septiembre, se realizó un simulacro de evacuación en Ciudad de México. Dos horas después del ensayo, las alarmas sí­smicas no saltaron, a diferencia de lo que ocurrió hace dos semanas. La mayor parte de los sensores están situados en zonas costeras, no en el interior del paí­s. Y el epicentro del temblor ha estado en Morelos, en pleno centro de México y a solo 100 kilómetros de distancia de la capital mexicana. No hubo fallo técnico, según fuentes oficiales: el temblor no se pudo detectar a tiempo para que la población abandonase el lugar en el que se encontraba para ponerse a salvo.

Tras el seí­smo, se produjeron cortes en el servicio de luz —3,8 millones de personas resultaron afectadas— y en el de telefoní­a, lo que aumentó la tensión ante la imposibilidad de localizar a la gente. Con el paso de las horas, Telmex, la mayor empresa de telefoní­a del paí­s, abrí­a su WiFi en la capital. Las operaciones en el aeropuerto estuvieron suspendidas durante unas horas, después de que una de las terminales se viese afectada por el temblor.

«¡No fumen! ¡Hay fugas de gas!», gritaban los miembros de Protección Civil socorristas mientras corrí­an por la calle poco después del terremoto: casi un minuto que resultó una eternidad.

El epicentro del seí­smo se ha localizado a 12 kilómetros al sureste de Axochiapan, situada en el central Estado de Morelos, a una profundidad 57 kilómetros, según el Servicio Sismológico Nacional. El organismo ha informado a través de Twitter de un movimiento telúrico de magnitud 7,1, al hacer una actualización de un primer reporte en el que habí­a fijado la magnitud en 6,8.

En el central Estado de Puebla se ha informado de la caí­da de las torres de la Iglesia de Cholula. En el Estado de Morelos también se han reportado daí±os, y el gobernador, Graco Ramí­rez, ha anunciado la activación de los servicios de emergencia. Decenas de edificios han caí­do en la Ciudad de México, con algunos derrumbes grabados en ví­deo y difundidos por las redes sociales.

Peí±a Nieto, que se encontraba camino de Oaxaca en el momento del temblor, convocó o al Comité Nacional de Emergencias para evaluar la situación y coordinar las acciones. El presidente ha anunciado el despliegue de 3.000 militares en la capital.

La magnitud del seí­smo ha derivado en mensajes de apoyo por parte de lí­deres internacionales como el colombiano, Juan Manuel Santos, que ha expresado su «solidaridad» con el Gobierno y el pueblo mexicano. También se ha pronunciado el presidente de Estados Unidos, Donald Trump: «Dios bendiga al pueblo de Ciudad de México. Estamos con vosotros».

El presidente del Gobierno espaí±ol, Mariano Rajoy, ha trasladado su apoyo y su solidaridad a México y ha dicho seguir «con atención» la información sobre los daí±os materiales y humanos que el potente terremoto ha causado, según ha escrito en un mensaje en su cuenta personal de Twitter.

Graciela Machuca

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