Aumenta violencia en Cancún municipio gobernado por el PVEM

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POR ESTO

Con todo y caseta de policí­a en El Crucero, los escasos uniformados que vigilan la zona, poco hacen para reducir los í­ndices de inseguridad que imperan en la zona, lo que a muchos no extraí±a, al considerar que mandos medios de la corporación cobran ”derecho de piso» a los delincuentes que operan en los alrededores para dejarles ”trabajar» con tranquilidad, por lo que la orden a los elementos es hacer como que la virgen les habla, incluso, cuando las ví­ctimas solicitan el auxilio de los uniformados.
Y si aí±adimos que los agentes que se enví­an a vigilar El Crucero son elementos castigados, por una u otra razón, no es de extraí±arse que le pongan poco énfasis a su labor y prefieran sentarse en los arriates del parque a platicar tranquilamente con los albaí±iles, sin dignarse siquiera hacer un rondí­n en la banqueta de enfrente.
En El Crucero proliferan los ambulantes y sobretodo vendedores de pelí­culas y discos piratas, en el área del Parián empieza poco a poco a fomentarse el desorden, al permitir la autoridad que los locatarios saquen mesas para exhibir su mercancí­a en la banqueta, lo que obstruye el paso a los transeúntes, sobretodo en las tardes y los fines de semana, que es cuando más personas caminan por la zona.
A esto se le aí±ade el desorden ocasionado por el transporte público, que fomenta la misma autoridad, las extorsiones a comercios y casas de citas, la venta de drogas y toda actividad ilí­cita que pueda imaginarse, por lo que no es de extraí±arse que comerciantes y ciudadanos en general, se sientan vulnerables, ante la carencia de vigilancia efectiva y la poca respuesta de la policí­a, cuando se la necesita.
Incluso entre los honrados albaí±iles y maestros de oficios, varios que dí­a con dí­a se reúnen en el parque a la espera de ser contratados por particulares, se mezcla algún que otro malandrí­n, siempre dispuesto a jalar la bolsa de una dama y salir corriendo, a sabiendas que los policí­as de la caseta no se tomarán la molestia de perseguirlo y lo más que harán será decirle a la ví­ctima que interponga su denuncia en la Vicefiscalí­a porque ellos no pueden hacer nada.
Y es que con todo y refuerzo policial, los í­ndices de inseguridad incrementan en la zona y los mismos residentes afirman que a diario se registran robos y asaltos a transeúntes en la zona, situación que les mantiene con el alma en vilo; se sienten abandonados por las autoridades y consideran que la presencia de la caseta en el parque no ha servido para nada, al igual que la instalación de las múltiples cámaras que se encuentran en lo alto de los semáforos, las que curiosamente nunca captan nada. ”Desde que pusieron la caseta se ve un poco más de la presencia de la Policí­a Preventiva, pero es eso, solo presencia, lamentablemente se limitan a quedarse sentados, pero lo que más coraje da es que casi siempre mandan elementos con muy poca condición fí­sica que, aunque quisieran salir corriendo detrás de un delincuente, jamás le alcanzarí­an», expresó un ama de casa que vive cerca de una de las numerosas casas de citas, de la Supermanzana 66.
Y es que la galopante prostitución, se traduce en decenas de prostí­bulos y cuarterí­as habilitadas como lupanares, que conlleva toda una serie de situaciones irregulares, las cuales empiezan con la venta de droga y culminan con las extorsiones de que son objeto las mujeres de la vida galante, a manos de la mismas autoridades y grupos delincuenciales.

Graciela Machuca

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