En el caso de escolleras del Grand Velas

Alvaro ORTIZ SALAMANCA | DQR

La Procuradurí­a Federal de Protección al Ambiente (Profepa) fijó a los representantes del hotel Grand Velas un plazo fatal de cinco dí­as, el cual vence maí±ana, para acreditar plenamente que cuentan con la autorización de impacto ambiental para la colocación de escolleras en sus playas o, de lo contrario, se harán acreedores a la sanción que corresponda.
De manera por demás sorpresiva, la citada instancia emitió ayer un comunicado en el que se indica que durante una visita de inspección al citado centro de hospedaje se detectó la colocación de cinco geo tubos y una sección de sacos con arena en forma de ”rompeolas», los cuales no están contemplados en la autorización en Materia de Impacto Ambiental (MIA).
”Una vez que concluyan los cinco dí­as hábiles que otorga la Ley para que el visitado manifieste lo que a su derecho convenga, plazo que vence el 12 de enero del aí±o en curso, la Profepa emplazará a procedimiento administrativo al responsable del proyecto, con el fin de que acredite contar con la autorización de impacto ambiental para las obras mencionadas», agregó.
En este sentido, la instancia en cuestión refirió que con estas acciones fortalece su compromiso de garantizar la conservación, protección de los recursos naturales, mediante actividades de inspección y vigilancia, para verificar el cumplimiento de la normatividad ambiental aplicable a los desarrollos inmobiliarios turí­sticos que afecten los ecosistemas costeros y, en particular, modifiquen la lí­nea de costa.
Cabe destacar que el pasado 22 de diciembre, la Profepa emitió un comunicado en el que afirmó que la restauración de la lí­nea de costa en Punta Beté, a cargo de la empresa Promotora Turí­stica Punta Beté, S.A. de C.V., cumplí­a con los lineamientos establecidos por la Secretarí­a de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), lo cual, como era de esperarse, desató la inconformidad de hoteleros, restauranteros, cooperativistas y prestadores de servicios náuticos, ante los graves daí±os que se ocasionaron a los arenales de la Riviera Maya.

Graciela Machuca

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