Continúa el cierre de negocios

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POR ESTO

La delincuencia en Cancún gana terreno a pasos agigantados, mientras los tres niveles de gobierno simulan acciones para contrarrestar la violencia e inseguridad que, una vez más, ha cobrado una nueva ví­ctima dentro del sector empresarial del principal destino turí­stico del paí­s.
En esta ocasión se trata de las pizzerí­as El Tigre y El Toro, un lugar que con los aí±os, no sólo ganó adeptos por sus artes culinarias, sino por la cercaní­a que tení­an con clientes y amigos.
No se trataba de un negocio ostentoso. Por el contrario era rustico y de buen servicio. Sin embargo, debido a la ola de robos que se registran por toda la ciudad, la administración del lugar determinó cerrar dos sucursales, la de la avenida la Costa y de la avenida las Torres.
Además, otro de los motivos por los cuales El Tigre y el Toro pizzerí­as decidió cerrar dos negocios -y con ello fuentes de empleo-, se debe también a la presión de la delincuencia mediante a las extorsiones.
Mediante un comunicado en sus redes sociales, la Pizzerí­a da a conocer la noticia y hace un reclamo directo a las autoridades por la situación que se vive actualmente en el paraí­so del Caribe mexicano.
Con la frase ”Cancún se come Cancún», la administración del restaurante afirma y detalla que, quienes actualmente pagan las consecuencias de la inseguridad y violencia, son los pequeí±os y medianos comercios que decidieron emprender en un lugar que, hasta hace dos aí±os, era reconocido bajo la premisa de ”Paz y Progreso».
Hoy en dí­a, no queda mucho de esa paz y progreso que daba a Cancún a los inversionistas de todos los ámbitos. La delincuencia crece de forma desmesurada y dentro de las autoridades lo que se busca es ocultar la situación, minimizar el problema. Ignorar el grito desesperado de la sociedad.
Textualmente, la administración de El Tigre y El Toro dice lo siguiente: Por este medio queremos comunicarles que las pizzerí­as El Tigre y El Toro, ubicadas en avenida Las torres y en avenida La Costa, cierran sus puertas a partir de este mes de febrero de 2018. Quisiéramos compartirles también, a manera de testimonio, tanto de ciudadanos como de empresarios, que la razón es triste y simple; no hay negocio alguno que pueda sustentar un robo por semana. En lo que va del aí±o, hemos sido asaltados, a mano armada, una vez cada semana (en la sucursal de avenida Las Torres)
Ojalá y sirviera esto como un llamado a las autoridades pertinentes, no sólo para fungir como tales, sino para que se entienda, a todos los niveles, que entre inseguridad, delincuencia, corrupción, y la a veces incomprensible, arbitraria y contradictoria tramitologí­a burocrática a la que está supeditado el funcionamiento de un comercio, es extenuadamente complicado emprender y sostener un negocio en esta ciudad. Cancún se está comiendo a Cancún. Al parecer quienes tienen y deben de pagar los platos rotos son los pequeí±os y medianos comercios, aquel emprendedor que se atreva, medianamente, a jugar en este juego sin reglas, donde la única preponderante es la de perder.
Por último, y sólo por mencionar un aspecto que consideramos trascendental: ¿Qué hace falta para deducir que no hay mejor condición, y la más propicia, para incentivar a la delincuencia, que la completa penumbra en la que se encuentra el llamado primer destino turí­stico del paí­s? Llevamos meses y meses así­, llámese la zona, avenida o región que sea. Porque entre extraí±as e interminables licitaciones, cambios, inicios y finales de gobierno, el alumbrado público es nulo, en el mejor de los casos insuficiente. De verdad nos preguntamos ¿cómo a estas alturas no se entiende la relación entre una cosa y la otra? Y no es que creamos que esa sea la solución al problema, pero sí­ probablemente una de las vertientes más importantes para combatirla.
Quisiéramos agradecer a la gente que nos acompaí±ó durante estos aí±os, por su preferencia y retroalimentación. Decirles que nuestra sucursal en avenida Guayacán y el restaurante en la avenida Nader están a sus órdenes, los esperaremos con el gusto y las ganas de cumplir con sus expectativas de siempre.

Graciela Machuca

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