POR ESTO

La autoridad municipal ha tenido que redoblar escuerzos para atender el problema del sargazo que se registra en las diversas playas de Cancún, en donde las máquinas para la recolección de las plantas marinas muertas pasan hasta dos veces al dí­a, según afirmó personal de la propia Zona Federal Marí­timo Terrestre (Zofemat).
Sin embargo, la Secretarí­a Estatal de Turismo que también deberí­a aplicar recursos para la atención de esta problemática en el producto que más vende a Cancún en el mundo como son las playas, no hace nada al respecto a pesar de haber múltiples opciones para la extracción y disposición del sargazo de toda la zona norte de Quintana Roo.
Pero tampoco ha hecho nada con el asunto del proyecto de recuperación de playas, lo que mantiene una constante molestia entre el sector hotelero porque a dicha situación se ha venido dando vueltas sin que exista algo concreto.
Ayer, durante un recorrido por diversas playas de Cancún, se pudo apreciar que el personal de Servicios Públicos, particularmente de la Dirección de Pozos y Limpieza de Playas, ha tenido que redoblar esfuerzos para mantener los arenales libres de sargazo.
”El tractor hace un barrido’ desde playa Coral hasta playa Las Perlas en la Zona Hotelera, y posteriormente en Playa del Nií±o en Puerto Juárez, aunque hay dí­as que sólo atiende los balnearios donde se registra un mayor acumulación del sargazo», explicó personal de Zofemat.
Cabe decir que en los últimos cuatro aí±os, la arribazón de sargazo a las costas de Quintana Roo, se ha tornado un problema para los destinos turí­sticos de Quintana Roo, pues pareciera que las playas se encuentran sucias.
Sin embargo, en el 2015, estudiantes del Instituto Tecnológico Superior de Felipe Carrillo Puerto, presentaron un innovador proyecto para contrarrestar el recale de sargado en las costas de Quintana Roo y en lugar de verlo como un problema, sea una alternativa para otras actividades como es el campo.
Es decir, dichos jóvenes plantearon que el sargazo se puede aprovechar como biofertilizante y su aplicación en el cultivo agrí­cola en la Zona Maya o cualquier parte del estado y aunque hubo el compromiso de la autoridad de apoyar esta iniciativa, jamás de pudo establecer un verdadero mecanismo de respaldo financiero que es lo que se requerí­a para dar el siguiente paso para la producción y comercialización de un biofertilizante de calidad a base del alga marina.
De hecho, tampoco la iniciativa privada se pronunció al respecto en una situación que los mismos hoteleros deberí­an de respaldar para tener una solución directa ante el problema del constante arribo de sargazo a las costas de Quintana Roo.

Graciela Machuca

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