Miradas de reportero

Por Rogelio Hernández López

Todos los indicios que salen de la comisión de Gobernación de la Cámara de diputados indican temor cada que se toca allí­ el tema de la nueva ley que debe regular y transparentar el gasto de gobierno en publicidad.

Es que –parafraseo a los antiguos marxistas–, el fantasma que ronda todo el poder polí­tico en México, es el fantasma de la hiperconcentración de los medios de comunicación social. Y les da mucho miedo, más en tiempos electorales.

Este martes 3 de abril tal comisión de diputados iniciará el proceso de dictaminación de 6 iniciativas en torno al tema,  para poder presentar una propuesta de ley al pleno el dí­a 16.

Pero, son demasiados legisladores de todos los partidos los que se muerden las uí±as del nerviosí­simo que les causa provocar el enojo de los mandones de las grandes empresas mediáticas cuando deba normarse algo más del actual mercado de la comunicación y las noticias. Aún se topan con reacciones enojosas por haber limitado la venta de espacios para la propaganda polí­tica.

El peso del fantasma

El 22 de marzo, un buen número de medios digitales mexicanos, entre los que destacaron al portal de la agencia Apro-proceso y Sin embargo, repercutieron el informe de Reporteros sin fronteras y Cencos sobre los grupos más poderosos de los medios mexicanos. Se dieron datos que, en nuestro medio, son harto conocidos pero que faltaba actualizar.

 ¿Quién Mueve los Hilos de los medios¿ se llama el reporte que Mathieu Tourliere , de Apro sintetizó así­:

«Once familias poseen la mayorí­a de los medios de comunicación más influyentes de este paí­s: son éstos los que acaparan el mayor porcentaje de audiencia y los que se llevan las mejores tajadas de publicidad oficial… Pero también los que ofrecen una cobertura homogénea de la vida polí­tica del paí­s, generalmente en lí­nea con el gobierno…

«Sus apellidos suenan familiares para los mexicanos, pues están intrí­nsecamente vinculados con el poder y sus intereses se mueven más allá de la esfera de la información: Azcárraga (Grupo Televisa), Vázquez Raí±a (Grupo Empresarial íngeles), Salinas Pliego (Grupo Salinas), Slim Helú (Grupo América Móvil), Ealy (Grupo El Universal), Vargas Gómez (MVS)…

”El documento, al que Apro/proceso.com.mx tuvo acceso, se basa en el estudio de los 42 medios mexicanos con mayores audiencias: ocho televisivos, 11 radiofónicos, 10 impresos y 13 digitales.»

Concentración irrefrenable

El periodista especializado en economí­a y finanzas, Roberto Fuentes Vivar, en otro artí­culo, analizó las tendencias más recientes de las empresas en esta industria y reconfirmó que el proceso concentrador de propiedad en corporativos ha ido aparejado al crecimiento de las ganancias, el aumento de precarización de sus trabajadores y, por supuesto, del incremento de ese poder que atemoriza a la mayorí­a de polí­ticos:

Con datos del Instituto Nacional de Estadí­stica y Geografí­a, INEGI, Fuentes Vivar dice: que en 2016 los ingresos de las empresas en el rubro ”Información en medios masivos», crecieron 9.3 por ciento en diciembre contra el mismo mes de 2015. En ese lapso su personal ocupado se redujo 0.1 por ciento.

«En lo que se refiere al segmento de producción de programas de televisión, los ingresos crecieron 35.1 por ciento, pero el personal ocupado disminuyó 10.82 por ciento y las remuneraciones se redujeron nada menos que ¡71.0 por ciento!

«Si se toman en cuenta los últimos ocho aí±os, con base en los datos de 2008, la edición de periódicos ha tenido un aumento de más de 100 por ciento en sus ingresos, pero el personal ocupado se ha reducido en alrededor de 15 por ciento y las remuneraciones han bajado casi 20 por ciento.

«En el mismo esquema, en que 2008 es igual a 100, la producción de programas de televisión ha tenido un aumento de ingresos que llega a un nivel de 225. 8 puntos es decir más de 120 por ciento de incremento, pero el personal ocupado se ha disminuido a la mitad y las percepciones han bajado un tercio de lo que fueron hace ocho aí±os».

Vencerá el miedo

En la primera quincena de abril aumentará el miedo entre los diputados y en la segunda se extenderá a los senadores. Las campaí±as de sus candidatos, en tres coaliciones, necesitan a los medios de comunicación y al periodismo masivo. Los pocos y grandes grupos son los tigres de a de veras y no querrán enojarlo.

Tal atemorizamiento de los legisladores no disminuirá con la presión civil de organizaciones sociales, varias empresas de prensa, medianas y pequeí±as, así­ como algunos periodistas semimarginados del mercado que quieren cambiar lo negativo del gasto. Su peso polí­tico no es comparable con el que han acumulado los corporativos.

La iniciativa que presentaron, el PRI y sus aliados, de última hora y en una comisión donde tienen mayorí­a de votos, es indicativa de los miedos. Su contenido, sin dosis alguna de cambio, legitimará las malas prácticas y un ejercicio opaco de los recursos públicos que han favorecido a los pocos concentradores de propiedad, del gasto publicitario, de utilidades muy por arriba de la media y, claro está,  de poder polí­tico.

Así­, con ese gran fantasma de miedo lo mejor serí­a que, por ahora, no hubiera nueva ley hasta que nuevos equilibrios polí­ticos permitan un gasto público en publicidad para más medios, más transparente y sobre todo que garantice que la información fluya con más amplitud y diversidad.

Graciela Machuca

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *