Más datos del piso disparejo de las mujeres, causa de sus enojos

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Miradas de reportero

Por Rogelio Hernández López

Claro que crece la inconformidad generalizada de las mujeres de México porque el suelo que pisan no mejora sustantivamente y sigue abajo varios escalones; hace falta muy poco para que en cualquier momento el malestar suba de tono, como ocurrió con algunos abusos masculinos que juntó coléricamente el movimiento #metoo y que sacudió más por el suicidio del músico Armando Vega.

Así­ como algunos periodistas hemos enlistado la tipologí­a de agravios y agresores contra nuestro ejercicio profesional, las feministas originarias en México fueron haciendo visibles cada una de las disparidades, que siguen siendo demasiadas contra ellas.

La mayorí­a de los datos conocidos, de esta sociedad injusta con sus mujeres, han sido actualizados cientí­ficamente y se aportan nuevos en la encuesta que presentaron el 25 de marzo el INEGI, el Conapred y la CNDH durante un acto formal en la Secretarí­a de Gobernación.

Más analfabetas y marginadas en educación superior

La Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) 2017 fue puesta en lí­nea y, según se explica, es el primer proyecto estadí­stico diseí±ado para conocer actitudes, prejuicios, percepciones y experiencias entre la población. Refleja aspectos de las estructuras, la organización social y la cultura.

En el escenario que perfila la encuesta se explican mejor las inconformidades de muchos sectores maltratados y especialmente de las mujeres que superan en casi 5 millones a los hombres del total de mexicanos (Hombres: 53.5 millones: Mujeres: 58.13 5 millones).

De acuerdo a su anexo estadí­stico la disparidad persiste en lo educativo.

Entre quienes no saben leer ni escribir ellas son tres de cada cinco (Hombres: 1 millón 977 502. Mujeres: 2 millones 993 033)

Igual, son demasiadas las que no llegan o abandonan la educación superior por su condición de género. Dice la ENADIS: ”En México hay 14.1 millones de adolescentes y 23.4 millones de jóvenes.

De los 17.6 millones de jóvenes entre 12 y 30 aí±os el 75.4 por ciento no asisten a la escuela media y superior. ”Entre las principales razones para no estudiar, se observan importantes diferencias de género: para las mujeres jóvenes el principal motivo de deserción escolar fue ”no poder solventar los gastos escolares» (21.9%) y, en segundo lugar, ”la unión en pareja o embarazo (18.5%)…»

14 millones en casa y sin paga

En actividades consideradas productivas una cantidad sustantiva de mujeres no se ha podido incorporar, también por causas de la estructura social y la cultura dominante que las margina por su género:

Del total de la población económicamente activa (PEA) los hombres son 29.3 millones y las mujeres 19.8 millones, pero de ellas trabajan sin contrato laboral 9 millones 195 mil 222.

En el desglose de quienes se dedican a las actividades del hogar los hombres son apenas 80 mil 639 mientras que tienen casi toda la responsabilidad de atender los hogares son ellas: 14 millones 445 mil 590.

Entre 12 tipos de ocupación asalariada ellas son mayorí­a en 3, consideradas culturalmente como propias de su sexo, aparte de ser destinadas al hogar:

”Empleados administrativos y ventas»: hombres 3 millones 014 mil 244 / Mujeres 3 millones 453 274.

”Comerciantes, hombres 960 mil 375 / Mujeres: 1 millón 045 252.

”Tareas artesanales, hombres 4 millones 52 mil 302 / Mujeres 1 millón 552 mil 765.

La disparidad mayor se percibe en el alto contraste de quienes laboran como ”Funcionarios, directores y jefes» porque las mujeres apenas ocupan el 34.8 por ciento de esas posiciones (hombres 1 millón 281 mil 811 / Mujeres: 802 mil 401).

Y así­ continúan pisos abajo en el resto de los tipos de empleos. Véase:

”Profesionistas y técnicos»: hombres 4 millones 900 mil 360 / Mujeres: 3 millones 453 mil 274.

”T. industriales y de transporte, hombres 3 millones 870 mil 263 / Mujeres: 890 mil 192.

”T. servicios personales, actividades de apoyo y agropecuarias 10 millones 382 mil 386 / Mujeres: 6 millones 828 mil 518.

Y contra ellas los prejuicios, estigmas y estereotipos

Algunos de los datos nuevos que aporta esta encuesta reflejan la permanencia y vigor del medioambiente de la cultura machista, ésa que tanto combaten las feministas.

”En los últimos doce meses, ¿han sido discriminado(a)s o menospreciado(a)s?» se cuestionó y la percepción general mostró que esto ocurre con cada seis de ellas por ser mujeres.

A ellas se les maltrata más que a los hombres en los casos siguientes:

”Por ser mujer (u hombre): (hombres 1.0%, mujeres 5.9%).

”Por su peso o estatura (hombres 5.8%, mujeres 5.9%).

”Por su forma de vestir, arreglo personal y tatuajes (hombres 6.1%, mujeres 6.3%).

”Por sus creencias religiosas (hombres 5.0%, mujeres 6.5%)

”Por su preferencia sexual (hombres 0.6%, mujeres 0.8%) .

Varios aspectos de esa cultura machista, muchas mujeres no solo comparten aspectos sino que incluso la reproducen. Por ejemplo a la pregunta ¿Algunas mujeres son violadas porque provocan a los hombres? Respondieron que SI, 14.9 por ciento de los hombres (lo creen unos 7 millones 089 mil 910) Pero también lo piensan igual el 12.3 por ciento de mujeres (unas 5 millones 451 mil 174).

Para los hombres, la discriminación o menosprecio es un poco mayor en casos relativos con su nivel socioeconómico y vivienda, origen étnico, su formación académica y edad. Los datos son: por su tono de piel (hombres 3.0 % y 2.3 % de mujeres); por su manera de hablar (Hombres 5.6% y mujeres 3.4%); por su clase social (hombres 4.0%, mujeres 3.2%); por el lugar donde vive (hombres 4.4%, mujeres 3.6%); por su edad (hombres 5.4%, mujeres 5.2%).

Las estructuras económica y social de México no cambian esencialmente y se refuerzan culturalmente. La disparidad social persiste. Es demasiada la población marginada y les afecta más a ellas.

En resumen, las mujeres de la mayorí­a de los estamentos sociales tienen demasiados motivos para su inconformidad. Eso explica en buena medida que aparezca la ira arrecia la violencia de parte de algunos hombres. En ese contexto, habrá que esperar más estruendos como el de #metoo y ojalá sean con hombres aliados y con menos miopí­a de que las causas son estructurales y culturales.

Graciela Machuca

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