José Marí­a Morelos, laboratorio para reprimir inconformidad social en la Pení­nsula de Yucatán

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Necesariamente Incómoda

Graciela Machuca Martí­nez

José Marí­a Morelos, uno de los 11 municipios del estado de Quintana Roo, se convirtió el lunes 20 de junio en uno de los laboratorios sociales de la Pení­nsula de Yucatán para experimentar acciones gubernamentales de represión en contra de toda inconformidad social porque a gobiernos como el de Sofí­a Alcocer Alcocer, (La misma que cuando fue presidenta del DIF de ese municipio en una actitud servil promovió que el teatro de la ciudad llevara por nombre Narcedalia Martí­n entonces primera dama del estado y ahora como presidenta municipal por otros partidos le quita el nombre) presidenta municipal de esta municipalidad, así­ como a sus aliados, les preocupa enormemente que las comunidades exijan sus derechos fundamentales y en este caso, el derecho a la movilidad, pero con calidad.

POBREZA MARGINACION Y ABANDONO DE COMUNIDADES INDIGENAS MAYAS

Los megaproyectos en el sector del transporte, turismo, agropecuario, piscí­cola, entre otros que se desarrollan en la región, como toda acción neoliberal, requieren de poblaciones sumisas, desinformadas y ví­ctimas del autoritarismo para que sigan aceptando sin protestar la pobreza, la marginación y abandono en que las han mantenido por décadas los diferentes niveles de gobierno.
En la medida que los referidos proyectos se desarrollen, el impacto entre las poblaciones locales se incrementará y desafortunadamente, en la mayorí­a de las veces, de manera negativa, lo que generará inconformidad social, para controlar este tipo de manifestaciones los gobiernos autoritarios diseí±an estrategias para desarticularlas, que van desde el soborno a lí­deres visibles, la violencia selectiva a quienes se nieguen a colaborar, para terminar con la represión de todo aquel movimiento social que salga a las calles y emprenda acciones que demuestren su hartazgo a la demagogia.

LA ESPERANZA UN MENSAJE AMENAZANTE AL RESTO DE LOS INDIGENAS

Las protestas sociales que se han registrado durante los últimos dí­as en la localidad de La Esperanza, perteneciente al municipio de José Marí­a Morelos, en el estado de Quintana Roo, debido a la negativa gubernamental a darle mantenimiento a un tramo carretero de 21 kilómetros, fueron el escenario perfecto para experimentar represión de la alcaldesa.
Se trató más que de un operativo policial para rescatar a dos servidores públicos retenidos por pobladores que exigen cumplimiento a múltiples promesas institucionales, de una práctica para reprimir a comunidades marginadas, aquellas que no tienen asesorí­a de organizaciones civiles y polí­ticas, tampoco son tomadas en cuenta por medios de comunicación como fuentes informativas rentables.
Otra prueba de que se trató de una acción diseí±ada para reprimir y desarticular el movimiento fue que casi un centenar de elementos de las policí­as estatales y municipales llegaron a La Esperanza durante la madrugada del 20 de octubre, golpeando a mujeres y hombres que estaban de guardia en el plantón instalado en la localidad. Al no tener la certeza en qué lugar estaban privadas de su libertad las dos personas servidoras públicas de la Secretarí­a de Desarrollo Social, la policí­a entró y destruyó lo que encontró a su paso en al menos dos viviendas, más los destrozos cometidos en la escuela donde las mantení­an, así­ lo seí±alan los videos que circulan los lugareí±os.

PERO QUE NECESIDAD…..

Sin embargo, los resultados de las acciones policiales llegaron con lujo de detalles a la redacción en Quintana Roo de la agencia nacional de noticias Quadratí­n, lo que permitió que a nivel nacional se conocieran los hechos, lo que motivó el enojo de instancias gubernamentales, por lo que un funcionario de Comunicación Social del gobierno del estado, le exigió con palabras altisonantes, al representante de Quadratí­n en la entidad que ”bajara» la información de La Esperanza.
Esta conducta desesperada, en lugar de silenciar los hechos, como se pretendí­a, resultó contraproducente, porque Quadratí­n reprodujo la información en todos sus portales en el paí­s, así­ como con sus aliados y suscriptores del servicio informativo y así­ fue como la información llegó a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), a la Oficina en México de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, así­ como de una amplia red de organizaciones civiles nacionales.
La difusión a nivel nacional de la detención por parte de las policí­as Estatal de Quintana Roo y Municipal de José Marí­a Morelos, permitió que se conociera la detención de los jóvenes Noé Arnulfo Noh Simá y Luis Osvaldo Medina Balam, quienes fueron privados de su libertad la madrugada del 20 de octubre y esto obligó a las autoridades a informar que ya habí­an sido puestos a disposición de un agente del Ministerio Público.

LA ESPERANZA Y CAPA FELIPE CARRILLO PUERTO

Movimientos polí­ticos electoreros cí­clicos son muy conocidos, donde miden fuerzas utilizando las necesidades de los indí­genas, donde los que menos ganan son los afectados, del conflicto de CAPA en Felipe Carrillo Puerto vimos desfilar AC nacionales e internacionales que apuntalaron un proyecto electoral de la derecha, dejando de lado el origen legitimo del movimiento que era el suministro de agua a la población, ojalá no suceda lo mismo en La Esperanza donde sean otros los que ganan menos las demandas legitimas de los indí­genas que habitan y requieren la reparación de sus 21 kilómetros de su camino.

LA PRESIDENTA MUNICIPAL REPRIME A LOS CIUDADANOS

En La Esperanza, la población no se manifiesta por gusto, ni tampoco porque sean manipulados por dos regidores del Ayuntamiento de José Marí­a Morelos, como lo han manifestado los voceros de Sofí­a Alcocer, quien trata a los habitantes de esta localidad con falta de respeto, al considerar que son incapaces de exigir por cuenta propia sus derechos.
Esta comunidad del sur de Quintana Roo está organizada desde hace meses, entre otras razones, para exigir que el gobierno municipal le de mantenimiento al tramo carretero de 21 kilómetros que los comunica con el exterior. Después de múltiples gestiones, en marzo de 2020, se logró licitar la obra y hay una constructora ganadora, pero después se seis meses la rehabilitación de la carretera no inicia. La gente se cansó de promesas y ahora lo que exige son acciones.
Los argumentos del gobierno de Sofí­a Alcocer es que no hay dinero por la pandemia y por ello no se ha iniciado la obra, pero si esta se licito en marzo, es porque ese presupuesto ya estaba definido desde finales de 2019, cuando el Ayuntamiento tuvo aprobado su presupuesto.
Ahora se echan la bolita entre instancias municipales y estales. Es hora que se pongan de acuerdo e inicien de inmediato la rehabilitación de esa ví­a de acceso a La Esperanza.

MALOS MANEJOS, MISOGINIA Y OPACIDAD DE SOFIA ALCOCER

A Sofí­a Alcocer, (Quien agredió a un periodista de esa demarcación por cuestionarla, Se seí±ala a la presidenta municipal Sofí­a Alcocer de defender a Gilberto Avilés Tax, pese a que el 12 de agosto de 2020 a través de diversas páginas y perfiles de Facebook se realizó una denuncia anónima por acoso y hostigamiento sexual Gilberto Aviléz Tax, actualmente profesor investigador de la Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo, en el que se mencionan que tiene al menos 10 ví­ctimas, seí±alando que tiene un perfil de ví­ctima de mujeres jóvenes, fuertes y cercanas al feminismo. Siendo docente universitario y con esa magnitud, es probable que sean muchas más las ví­ctimas a su paso. En respuesta, Gilberto Aviléz emite un comunicado desde su perfil en donde insulta a Cristina Montejo Briceí±o, Marta Verónica Kú Martí­nez y José Guillermo Talavera Lucero, acusándolos de esta denuncia anónima y que dado sus antecedentes de violencia, pueden trascender y poner en riesgo su integridad, ya que en su intento infructuoso de politizar la denuncia emite una amenaza velada.) durante su gobierno de Sofí­a Alcocer se le han ido acumulando una serie de inconformidades sociales, denuncias por malos manejos del presupuesto y corrupción y hasta el momento, también por culpa de la pandemia.

EL CONGRESO SE HACE DE ”LA VISTA GORDA»

El Congreso se ha hecho de la vista gorda y se ha negado a realizar las investigaciones correspondientes.
Durante la primera semana de octubre, elementos de la Policí­a Municipal de José Marí­a Morelos bloquearon los accesos al palacio municipal para exigirle a Sofí­a Alcocer que le pague al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) el Impuesto Sobre la Renta que les ha retenido y que hasta el momento adeuda a dicha institución, lo que repercute en el servicio que deben recibir los agentes policiales de ese municipio.
La presidenta municipal suscribió un acuerdo con los elementos de la Policí­a Municipal para otorgarle becas para sus hijos, pero hasta el momento no ha cumplido.
El amotinamiento inició en las instalaciones de Seguridad Pública, donde una semana antes, los uniformados pidieron la salida del director de la corporación por malos tratos e incapacidad para atender su encargo.
Hasta esas instalaciones llegó Alcocer (donde agredió a una mujer policí­a por que la estaba grabando aunque luego en su desquiciamiento emocional trato de victimizarse culpando a la policí­a de haberla agredido, cuando fue todo lo contrario) a prometer a los inconformes que estaba tramitando los recursos para atender sus demandas, pero la mitad de los inconformes decidieron no escuchar sus promesas y mentiras y optaron por trasladarse al palacio municipal donde bloquearon durante todo el dí­a, impidiendo el acceso a los funcionarios municipales.
La represión de La Esperanza ha sido una advertencia, quien se inconforme no solo en Quintana Roo, sino en toda la pení­nsula, por incumplimiento gubernamental, corren el mismo riesgo.

Graciela Machuca

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