Otra mirada sobre quiénes son los auténticos beneficiarios del Tren Maya

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Necesariamente Incómoda

Graciela Machuca Martí­nez
Escribir y difundir sobre lo que sucede en torno al proyecto del Tren Maya se ha convertido en una tarea permanente para llevar a la práctica la tarea social que tengo como periodista que es la de coadyuvar para que el Estado mexicano garantice el Derecho a la Información, por ello es de vital importancia destacar los productos informativos que generan tanto instituciones gubernamentales, académicas y de investigación, así­ como organizaciones civiles y de la iniciativa privada que tienen interés en que se conozca su versión sobre los acontecimientos que acompaí±an el desarrollo de esta mega obra que significará un antes y un después para los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, por donde cruzará este transporte ferroviario.
En esta ocasión retomo el análisis que realizó la organización civil Proyecto sobre Organización, Desarrollo, Educación e Investigación (PODER), denominado El Negocio del Tren Maya, una investigación periodí­stica, cuyo objetivo ”es aportar información, desde una mirada crí­tica, que ayude a los pueblos y comunidades a tomar decisiones ante un proyecto que puede afectar su futuro», dice Julieta Lamberti, directora de investigación de la organización.
Según la hipótesis de este estudio, PODER considera que el Tren Maya beneficia los intereses empresariales por encima de la protección y la garantí­a de los derechos de las comunidades y el medio ambiente.
INDUSTRIA ENERGí‰TICA Y TURISMO, GRANDES BENEFICIARIAS CON LA OBRA FERROVIARIA
Se explica que el proyecto, ”que convertirá a la ruta por donde pasa el tren en un centro para promover la industria energética y el turismo, ignora las necesidades de la población, acelera la deforestación de la selva y pone en riesgo la sustentabilidad hí­drica de la región».
Dentro del proyecto periodí­stico se presenta el micrositio Tren Maya | PODER (poderlatam.org) que agrupa visualización de contrataciones, documentos de investigación, reportajes, infografí­as y mapas.
Para el equipo de PODER ”el proyecto es un ejemplo claro de captura del Estado, un fenómeno que se produce cuando una élite económica influye en las decisiones en materia de polí­tica pública para beneficio privado, por encima del bienestar común».
En el caso del Tren Maya, ”las principales beneficiarias continúan siendo las élites empresariales activas en diversos sectores de la economí­a mexicana y participantes de otros grandes proyectos impulsados por el gobierno: Carlos Slim, Bernardo Quintana y Manuel Muí±ozcano son dueí±os de las empresas que construirán el Tren Maya y fueron también de los principales contratistas del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM)», menciona Lamberti.
í‰LITES DEL PODER, LAS GRANDES BENEFICIARIAS CON EL TREN MAYA
Asimismo, varias de las empresas más beneficiadas con contratos tienen antecedentes de corrupción, fraude y opacidad. BlackRock, el gigante de las administradoras de fondos, también se perfila como el gran ganador del proyecto. Si bien no obtuvo la adjudicación para la construcción del tramo 5 del Tren Maya, la empresa de Larry Fink, de acuerdo a la investigación, tiene inversiones en 12 proyectos energéticos de la pení­nsula, que se verán beneficiados porque el Tren Maya abaratará costos de movilidad, logí­stica y transporte de personas y materia prima para la industria; además de su relación con Pemex, y sus acciones en China Communications Construction Company, Ltd., que ganó la licitación del tramo 1 del Tren Maya.
”Recordemos que el Tren Maya no es un proyecto meramente turí­stico’, como se quiere vender. El proyecto forma parte de la infraestructura básica para la industria energética en el sureste. Un tercio del transporte de carga del tren se destinará al transporte de combustibles fósiles. Esto quiere decir que la infraestructura de transporte público se destinará a beneficio, otra vez, de las empresas privadas y de proyectos que han tenido graves impactos ambientales, sociales y de afectaciones a derechos humanos», seí±ala Lamberti.
La pieza de investigación periodí­stica El negocio del Tren Maya documenta que que entre 2019 y 2020 se han gastado casi 67,000 mdp en 150 contratos para la planeación, preparación, construcción, manejo de comunidades, difusión o divulgación del Tren Maya, según información de Compranet en la plataforma QuiénEsQuién.wiki.
De estos, 105 contratos (el 70%) fueron dados en adjudicación directa; 23 (el 15.33%) por invitación a cuando menos 3 empresas; 14 (el 9.33%) en contratos entre entes públicos; y sólo 8 (el 5.33%) fueron por licitación pública. También hay cuestionamientos sobre la transparencia del proceso de contrataciones.
”El proyecto carece de claridad en cuanto a todos los contratos involucrados. Así­ como se hicieron contratos antes de que éste fuera dado a Fonatur Tren Maya, S.A. de C.V., en Compranet no hay una categorí­a especí­fica para encontrarlos. Además, en los nombres de proveedores, cuando se trata de consorcios, no aparecen todos los participantes», aí±ade Claudia Ocaranza, coordinadora de Periodismo de PODER.
Según el comunicado, por medio del cual Poder dio a conocer la presentación de El Negocio del Tren Maya, dice que este reportaje pone la lupa sobre los mecanismos de supuesta participación de pueblos y comunidades afectadas y el impacto ambiental que tendrá el proyecto en el sureste de México.
CONSULTA INDíGENA FUE UNA MONEDA DE CAMBIO
”Encontramos que el proceso de consulta indí­gena no fue un ejercicio de participación efectiva sino un espacio de transacción, una moneda de cambio: te otorgo derechos, como salud, educación, vivienda y trabajo, pero tú me garantizas la aceptación del proyecto», sostiene Daniel Castrejón, investigador de PODER.
”El Tren Maya careció, desde el inicio, de un mecanismo para la integración legí­tima de los pueblos. El proceso de aprobación terminó por ser igual a cualquier megaproyecto de las administraciones pasadas». El especial también está integrado por varios reportajes, como el de la reserva Cuxtal, en Yucatán, donde la especulación inmobiliaria se suma a los megaproyectos turí­sticos y hoteleros relacionados con el Tren Maya para generar un escenario de destrucción ecológica y del tejido social de las comunidades.
Otro documento que presenta PODER es el Informe con el tí­tulo El Tren de las í‰lites, en el que se documenta de qué manera, este megaproyecto de la actual administración federal ”ha levantado fuertes cuestionamientos por las afectaciones que tendrí­a en el medio ambiente, en el patrimonio histórico de la región y en los derechos de los pueblos y comunidades indí­genas. Este informe de investigación analiza el papel que juega este proyecto en el modelo de desarrollo que se quiere imponer en la región sureste del paí­s y cuáles son los actores realmente beneficiados con su construcción».
La manera en que ha sido diseí±ado el proyecto del Tren Maya indica que la infraestructura de transporte público se pondrá al servicio de la inversión privada por sobre la protección y garantí­a de los derechos humanos de los pueblos indí­genas y el medio ambiente.
La investigación concluye que el proyecto beneficiará a grandes empresas, carece de transparencia, ha afectado el derecho a la libre determinación de los pueblos y las comunidades y no ha cumplido con los estándares internacionales en materia de consulta indí­gena.
Todas las afirmaciones realizadas en este informe se fundamentan en información pública de Fonatur, la Secretarí­a de Hacienda y Crédito Público, la Presidencia de la República, el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados y la Secretarí­a de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Para conocer el contexto actual de las asignaciones de proyectos de energí­a en la región sureste se usó información entregada por la Secretarí­a de Energí­a y la Semarnat ví­a la Pataforma Nacional de Transparencia. También se consultaron la Manifestación de Impacto Ambiental del proyecto y los documentos publicados por el Instituto Nacional de los Pueblos Indí­genas y la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México. Tren Maya | PODER (poderlatam.org)

Graciela Machuca

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