**Pueblos mayas en Quintana Roo, objeto de fraudes por olvido gubernamental discriminación.
**Pobladores de Hondzonot ví­ctimas de fraude para gestión de proyectos productivos.
**Servicios Empresariales para el Desarrollo Rural SC, ofreció capacitación en lí­nea donde no hay internet ni las personas defraudadas saben usar una computadora.
Graciela Machuca Martí­nez
El olvido gubernamental y la discriminación asentada en la cultura regional y nacional han convertido a los pueblos indí­genas de la Pení­nsula de Yucatán en fáciles ví­ctimas del engaí±o y el fraude, tanto de autoridades de los tres niveles de gobierno como de aquellos particulares que ven en la ignorancia una forma fácil de delinquir, cobijados en la impunidad y en los complejos caminos para que la población indí­gena acceda al sistema de justicia del paí­s.
De acuerdo al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) las comunidades indí­genas enfrentan una situación de discriminación estructural. En principio, han sido históricamente relegadas en ámbitos tan diversos como la salud, la educación, la justicia y el empleo.
Además, los estereotipos que asocian a las comunidades indí­genas con la pobreza o con falta de disposición y capacidad para trabajar han reforzado esta exclusión, tanto en lo público como en lo privado. Así­, quienes pertenecen a una comunidad indí­gena tienen, por ejemplo, menor probabilidad de contar con suficientes recursos para su formación académica (o extracurricular) o menos facilidades para adquirir un crédito. Como resultado, los pueblos indí­genas enfrentan importantes obstáculos en el goce de sus derechos.
De acuerdo con la Encuesta Intercensal 2015, casi 25.7 millones de personas en México (21.5% de la población nacional) se autoidentifican como indí­genas. De ellas, 12.5 millones son hombres y 13.2 son mujeres (INEGI 2015).
DE ACUERDO AL INEGI-2015, EL 44.4% DE LA POBLACIí“N DE QUINTANA ROO SE CONSIDERA INDíGENA
Según el INEGI (2015), la población que se considera indí­gena es particularmente abundante en Oaxaca y Yucatán, donde representa 65.7 y 65.4% del total, respectivamente. También tiene presencia sustancial en Campeche (44.5% de la población) y en Quintana Roo (44.4%).
El Conapred, en una ficha técnica sostiene que sólo 27.6% de quienes se identifican como indí­genas habla una lengua indí­gena. En total, 7.2 millones de habitantes (6% del paí­s) hablan una de dichas lenguas—en uno de cada cuatro casos, el náhuatl (INEGI 2015).
Una de cada diez personas hablantes de una lengua indí­gena no habla espaí±ol (INEGI 2015). Más de 60% de quienes hablan alguna lengua indí­gena habita en localidades rurales (INEGI 2015).
Respecto a la educación, el Conapred documentó que la escolaridad promedio de las y los hablantes de una lengua indí­gena es de 5.7 aí±os, lo que equivale a una educación primaria inconclusa. El nivel es mayor entre hombres (6.2) que entre mujeres (5.1). A nivel nacional, la escolaridad es de 9.1 aí±os (INEGI 2015).
Mientras tres por ciento de la población total de personas de 15 a 59 aí±os en México no sabe leer ni escribir, el analfabetismo alcanza 13.3 por ciento entre hablantes de lengua indí­gena y 6.9 por ciento entre la población que se identifica como indí­gena.
Esta brecha afecta todaví­a más a las mujeres (16.1 y 8.4%, respectivamente) (Conapred 2018).
BAJO NIVEL DE ESCOLARIDAD Y DESINFORMACIí“N CAUSA DE FRAUDES CONTRA INDíGENAS MAYAS
En este panorama no se excluye a Quintana Roo, en el que no solo residen los pueblos originarios mayas, sino otros que se han asentado en la entidad como resultado de la migración con fines laborales.
A las personas indí­genas mayas y de otros pueblos, no solo las engaí±an, discriminan y explotan en los centros de trabajo en torno a la actividad turí­stica, sino, desde hace muchos aí±os, hemos venido dando cuenta de la forma en que son defraudadas personas y comunidades enteras por personas que se aprovechan de su buena voluntad y desinformación.
Mujeres y hombres han terminado en la cárcel por firmar documentos de los cuales ignoraban su contenido, simplemente porque no sabí­an leer ni escribir.
En la zona maya esta el caso de mujeres como Anastasia Bacab May, ”Me dijeron pon tu huella y la puse en unos papeles que me llevó una ingeniera» eso fue suficiente para que en 2009 fuera recluida injustamente en la cárcel, bajo la figura jurí­dica de Administración Fraudulenta, recobró su libertad después de aproximadamente 6 meses de prisión.
Esta se logro por un desistimiento del ejercicio de la acción penal en contra de ella, misma que hizo el procurador de justicia del estado a través de las instancias correspondientes, luego de la intervención de asociaciones civiles.
NOTA: nunca antes se habí­a dado un desistimiento de parte de la autoridad investigadora, durante varias décadas de procuración de justicia en la Zona Maya es decir Felipe Carrillo Puerto Quintana Roo.
El caso es que se escucharon las diferentes voces de reclamo por la libertad de ser una mujer maya/hablante, ser ndigena y ser pobre, que se encontraba encarcelada de manera por demás injusta en las mazmorras del estado.
Es una vergí¼enza para el paí­s que al terminar la segunda década del Siglo XXI haya personas que por su bajo grado de escolaridad y desinformación sean ví­ctimas de fraudes como está ocurriendo en Quintana Roo con varios casos documentados.
En esta ocasión me refiero a un grupo de hombres y mujeres de la comunidad de Hondzonot, perteneciente al municipio de Tulum, personas que fueron defraudadas por quien les ofreció gestionar proyectos productivos a cambio de tres mil pesos. Hasta el momento, los proyectos no llegaron, ni han podido recuperar su dinero.
Tanto en medios de comunicación estatales como en el sitio Web Safe Land Attorneys se ha conocido este caso, con antecedentes desde el mes de junio de 2017 y hasta el momento, la justicia para los mayas brilla por su ausencia.
Las ví­ctimas de este fraude están inmersas en un proceso judicial al cual nunca tuvieron la intención de entrar, ya que su única intención fue conseguir recursos para trabajar y mitigar las condiciones de pobreza en que viven, como la mayorí­a de los indí­genas mayas en Quintana Roo.
SERVICIOS EMPRESARIALES PARA EL DESARROLLO RURAL SC VENDIí“ SERVICIOS EN LíNEA A PERSONAS QUE NO SABEN USAR UNA COMPUTADORA
Su próximo encuentro con el sistema judicial de Quintana Roo será los dí­as 12 y 13 de enero en un juzgado civil en la ciudad de Chetumal, para lo cual tienen que reunir dinero para pagar los gastos de gastos de traslado, hospedaje y alimentación para asistir a la cita judicial que promovió quien se niega a reintegrarles su dinero, ya que la promesa de conseguirles proyectos productivos resultó un fraude.
El proceso judicial inició en el mes de enero de 2020. El 10 de julio de 2017 el ingeniero Carlos Martí­n Pérez Castillo, director de Servicios Empresariales para el Desarrollo Rural SC, hizo firmar a los indí­genas mayas un contrato para supuestamente incorporarlos a proyectos productivos del gobierno federal. Como pago por su ”gestorí­a», el referido Ingeniero cobró a cada poblador maya tres mil pesos; sin embargo, hasta el dí­a de hoy ninguno ha recibido apoyo o proyecto productivo alguno. El seí±or Carlos Martí­n Pérez Castillo tampoco regresó a la comunidad de Hondzonot, de acuerdo a la traducción publicada por Cambio 22 del original en inglés que se encuentra en la página Safe Land Attorneys.
El contrato firmado por los indí­genas mayas es un complejo documento redactado en espaí±ol mediante el que Pérez Castillo y su empresa se comprometió a brindar ”asesorí­a» y ”consultorí­a» a los indí­genas mayas para participar en la convocatoria 2.3 Programa de Incubación en Lí­nea, dependiente del Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM) de la Secretarí­a de Economí­a del gobierno federal.
Como parte del programa de incubación, los mayas debí­an tomar un curso en lí­nea para aprender cómo crear una empresa, hacer un plan de negocio y solicitar un crédito bancario, entre otros aspectos; sin embargo, los indí­genas mayas difí­cilmente hablan y entienden espaí±ol, y ninguno de ellos sabe manejar una computadora, además de que en la comunidad de Hondzonot no hay servicio de internet, por lo que en la práctica era imposible que los indí­genas mayas pudieran realizar el curso.
SE REQUIERE DINERO PARA QUE ACUDAN A UNA DILIGENCIA JUDICIAL A CHETUMAL
Entre las pruebas que el ingeniero Carlos Martí­n Pérez Castillo ofreció en juicio para defenderse y tratar de evitar devolver los tres mil pesos a cada uno de los indí­genas que defraudó, está la prueba confesional, consistente en un cuestionario de preguntas que cada uno de los mayas deberá responder los dí­as 12 y 13 de enero. Por procedimiento legal, los 20 demandantes deben presentarse ambos dí­as en el juzgado.
”Para acudir a la cita en el juzgado y que los indí­genas mayas tengan la posibilidad de ganar el juicio interpuesto, requerimos apoyo para trasladarlos desde la comunidad de Hondzonot a Chetumal el dí­a doce de enero en la madrugada, apoyo para las comidas, un dí­a de hospedaje y transporte para regresarlos de Chetumal a Hondzonot el 13 de enero», se lee en el comunicado de Safe Land Attorneys. Si deseas ayudar a los indí­genas mayas, contáctanos por whatsapp al teléfono 984 119 78 38″; seí±ala el portal.
Así­ como este caso existen otros que se han ido documentando durante los últimos aí±os, prueba de que a los mayas se les sigue considerando como personas con derechos humanos a medias.
Servicios Empresariales para el Desarrollo Rural S.C. se presenta como una empresa que desarrolla y fortalece proyectos empresariales del sector rural y urbanos, enfocada en la sustentabilidad. En temas de ecoturismo, conservación, restauración, agricultura, ganaderí­a.

Pero el caso de Hotzonot no es el unico caso en el que se explota y manipula a los indigenas mayas, de igual manera operan desde Tulum un grupo de abogados en su mayorí­a de la Ciudad de México que manipulan a los ejidos comprometiendo a los comisariados al cometer actos ilicitos e irregulares.

Graciela Machuca

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *