DORA VILLALOBOS MENDOZA

La pregunta se repite una y otra vez: ¿Por qué votaste por Maru Campos si sabes que está vinculada a proceso penal?

Y la respuesta es contundente: ”No quiero que Morena llegue a Chihuahua».

En efecto. Miles de chihuahuenses, particularmente de Chihuahua capital, ponderaron más el miedo que le tienen a Morena, que su recato a votar por una candidata acusada de recibir cerca de diez millones de pesos de la ”Nómina Secreta» del exgobernador César Duarte.

Cuando ahondan en su respuesta, muchas de esas personas aclaran que ”por supuesto» están en contra de la corrupción. Incluso alaban la ”Operación Justicia para Chihuahua» que ha sostenido el gobernador Javier Corral en contra de personas involucradas en peculado, tráfico de influencias, cohecho y enriquecimiento ilí­cito.

No hablamos de cualquier cosa. El desví­o de recursos públicos involucra a más de cuarenta personas y alcanza cerca de los tres mil millones de pesos. Todo bien documentado por la Fiscalí­a de la Función Pública.

Nadie en Chihuahua puede decir que ignora la dimensión de la corrupción que promovió César Duarte, detenido en Estados Unidos desde julio del 2020.

Tampoco pueden decir que ignoran que Maru Campos se convirtió en una pieza importante de la corrupción en Chihuahua porque se atrevió a convertirse en candidata a gobernadora, a pesar de estar acusada de ser parte de la ”Nómina Secreta» del exgobernador.

En estas condiciones, entonces, vale la pena analizar una y otra vez la respuesta de miles de chihuahuenses que prefirieron votar por una candidata acusada de corrupción que arriesgarse a que la 4T llegue a Chihuahua.

Es importante desentraí±ar la ”justificación» que esgrimen muchas personas que votaron por Maru Campos. Nadie argumenta inocencia. No hay manera. El Juez de Control vinculó a proceso penal a Maru Campos, gobernadora electa de Chihuahua desde el lunes 14 de junio, porque encontró elementos suficientes para suponer que recibió cerca de diez millones de pesos de la ”Nómina Secreta», delito tipificado como cohecho. Incluso le fijaron fianza. Para no ir a la cárcel tuvo que depositar un millón de pesos y, como medida cautelar para que no huya del paí­s, le retuvieron el pasaporte.

Como nadie puede negar que está implicada en la corrupción, proliferan los ”argumentos»: Todas las personas que andan en la polí­tica roban, robó poquito, fue buena alcaldesa, tiene buenas intenciones, vamos a ver qué pasa, mejor mala por conocida y muchos más rayan abiertamente en el cinismo.

Se ha dicho en varios análisis, pero tenemos que reiterarlo. Esa ”justificación» se llama miedo. Miedo a Morena. Miedo a la 4T. La pregunta es por qué. ¿Por qué el miedo es tan grande que, antes de permitir que Morena llegue a Chihuahua, miles de personas prefieren votar por una candidata acusada de corrupción?

La respuesta también puede ser simple, pero no lo es y vale la pena desenmaraí±arla.

Lo primero que queda claro es que el Frente Nacional Ciudadano (FRENA) ha hecho bien su trabajo. Tiene tres aí±os repitiendo que si no combatimos a la 4T, México se convertirá en otra Venezuela y caerá en el comunismo.

Es obvio que no somos Venezuela, ni nos hemos convertido en comunistas, pero no importa, la amenaza surte efecto.

No es que en Chihuahua seamos más ignorantes que en el resto del paí­s. Al contrario, el norte de México siempre ha presumido más desarrollo. Quizá esa es una de las explicaciones. Aquí­ sobra el dinero para frenar a Morena. El sector empresarial no escatimó recursos. Gastó mucho dinero en la elección.

También las iglesias hicieron su parte, la católica y las protestantes: Cadenas de oraciones, sacerdotes haciendo proselitismo desde el púlpito y la advertencia de que puede llegar un Gobierno ateo que promueve el aborto, el matrimonio homosexual y la ”ideologí­a de género».

Muchos medios de comunicación no se quedaron atrás. Es cierto que están molestos porque el gobernador Javier Corral no les pagó publicidad y, en cambio, Maru Campos les llenó los bolsillos desde la Presidencia Municipal, pero su motivación no es sólo el dinero. Muchos de sus dueí±os realmente son conservadores, siempre lo han sido. También están en contra de la 4T.

Esta triada Sector Empresarial-Iglesias-Medios de Comunicación y por supuesto la suma del PAN, PRD y PRI fue muy efectiva en Chihuahua.

Lo paradójico es que Morena está a aí±os luz de promover el comunismo. Ni siquiera el socialismo. No tiene posibilidades. Como no la tiene ningún paí­s del mundo, particularmente de Latinoamérica. Cuando mucho, intenta restarle fuerza al capitalismo, o neoliberalismo como mejor se le conoce.

La mayorí­a de las personas que hacen proselitismo con el petate del muerto no tienen idea de qué es el comunismo, ni el socialismo. Asustan a la gente con advertencias tan ilusas que sólo el miedo las hace creí­bles: Que si tienes dos viviendas te quitan una, que si tienes dos autos te quitan uno. Como si el reparto de la riqueza fuera tan fácil.

Todos los sistemas socioeconómicos tienen que ver con el reparto de la riqueza. Es la mejor manera de identificarlos. Por supuesto el socialismo aspira a un reparto de la riqueza más igualitario. Pero no quitándole una vivienda a quien tiene dos. La mejor manera de caminar a un buen reparto de la riqueza es con polí­ticas públicas que saquen de la pobreza a las personas. Con educación gratuita de manera universal, de kí­nder a universidad, por ejemplo. Ni en sueí±os tenemos esta polí­tica pública en México, así­ que la aspiración al socialismo, quienes la tenemos, tendrá que esperar mucho tiempo. Del servicio médico universal ni hablamos.

Pero estas polí­ticas públicas son posibles. En algunos paí­ses de Europa están avanzando con buenos resultados. Están logrando que el reparto de la riqueza sea menos desigual. El ingreso percápita aumenta de manera natural conforme se eleva el número de profesionistas en un paí­s. Y también se incrementa la auditorí­a social a los Gobiernos. Por lo tanto disminuye la corrupción. No son fórmulas mágicas. Son esquemas socioeconómicos muy probados.

Y en cuanto a la amenaza de que se fortalezca la ”ideologí­a de género», lo único que demuestran es una ignorancia atroz. No es ”ideologí­a». Se llama perspectiva de género y es la preparación multidisciplinaria que nos permite entender de manera metodológica el sistema polí­tico, económico, religioso, gubernamental, familiar y social que genera desigualdad y discriminación en contra de las mujeres.

Y no sólo eso, tener perspectiva de género implica impulsar leyes y polí­ticas públicas que cambien este sistema por otro más igualitario entre hombres y mujeres. Eso hacemos las feministas hace bastante tiempo en todos los paí­ses del mundo, en unos con más avances que en otros.

Tampoco es un asunto de magia. La perspectiva de género ha implicado un proceso lento, difí­cil y tortuoso, pero efectivo y gratificante para las personas que hemos tenido la oportunidad de prepararnos de manera multidisciplinaria para tener una visión que nos motive a luchar para garantizar nuestros derechos, incluido el derecho a la no violencia.

La perspectiva de género no sólo beneficia a las mujeres, también a los hombres, pero la sociedad tardará en entenderlo, así­ que tergiversar esta visión todaví­a surte efecto porque genera miedo.

La propaganda del miedo siempre surte efecto. Lo grave en esta ocasión es que el miedo que se propagó atenta flagrantemente en contra de los derechos humanos, particularmente de las mujeres y de las personas de la diversidad sexual.

Preocupa sobremanera escuchar a una candidata que se convirtió en gobernadora electa decir que no atenderá los derechos humanos de las personas de la diversidad sexual porque esa población ”no llega ni al uno por ciento». Por donde la veamos, es un mensaje que discrimina. Ya no deberí­amos tener gobernantes con estas posturas medievales.

Y preocupa también que Maru Campos pretenda crear una Secretarí­a de la Familia que contravenga las polí­ticas públicas con perspectiva de género que hemos impulsado desde el activismo feminista. Instituciones como la Fiscalí­a Especializada en Atención a Mujeres Ví­ctimas del Delito por Razones de Género (FEM), el Centro de Justicia para Mujeres (CEJUM), el Instituto Chihuahuense de las Mujeres y la Comisión Ejecutiva de Atención a Ví­ctimas (CEAVE), no sólo deben permanecer, sino que se deben fortalecer.

Definitivamente esta sociedad tiene mucho que discutir y mucho que avanzar. Quienes le apostamos a los derechos humanos sin ninguna discriminación, ni por raza, género, orientación sexual, edad, religión, discapacidad y cualquier otra diferencia que podamos tener las personas, tenemos mucho trabajo por delante. A darle, pues!!!!

Graciela Machuca

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