Hay ley que impone ética a la prensa. Normar el ”Quién es quién»

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Miradas de reportero

Por Rogelio Hernández López

La bulla por el inicio de Quién es quién en las mentiras periodí­sticas en el Palacio Nacional, el jueves 30 de junio, alcanzó a este reportero con varias preguntas directas de colegas. Respondo con seis reflexiones, algunas preocupantes y planteo dos propuestas para disminuir choques: atender la ley que indica a los medios de prensa que apliquen códigos deontológicos y por el otro lado que las maí±aneras se ajusten a las leyes y a la ética, especialmente la nueva sección del ”Quién es quién». 

A mis colegas que preguntaron, más por saber mi posición personal como periodista confeso de izquierda, les respondo con franqueza cuál es mi ubicación frente a este debate. 

Sinceridad. En los 44 aí±os de ser reportero fui asumiendo, como propias, dos normas éticas de periodistas que son referentes históricos como Julius Fucí­k, Joseph Pulitzer, Ryszard KapuÅ›ciÅ„ski, Garcí­a Márquez, Javier Darí­o Restrepo y otros: 

Para el buen periodista su primer deber es informar y, como la objetividad no existe sí­ debe conducirse con sinceridad. En el periodismo no deberí­a haber lugar para los cí­nicos. Valores estos que deberí­amos aplicar todas y todos los que tenemos la responsabilidad profesional de procesar la información que necesita e interesa a la sociedad. 

Con ese ánimo reitero, para quien no me conoce, que simpatizo con el sentido general del gobierno de Andrés Manuel López Obrador por mi percepción de que, por él, se inició un ciclo para reducir excesos de pobreza, de corrupción pública y privada, de causas de violencia y propiciar más canales de participación social en decisiones de gobierno. Cuando termine su gestión, habrá dejado casi intacto el régimen económico capitalista (esencialmente injusto) pero habrá limpiado y mejorado un poco el régimen polí­tico y ampliado el bienestar social. 

En ese contexto y con la misma sinceridad celebro la nueva forma de comunicación polí­tica que son ”las maí±aneras». Creo que sí­ han ampliado los canales de información para mucha gente que no atendí­amos desde los medios ni públicos y privados; también porque así­ se difumina más el sistema de conveniencias mutuas entre gobiernos (incluidos los estatales) con los empresarios de la mayorí­a de medios convencionales, especialmente los corporativos, movidos por el mero interés de la ganancia; y porque esta forma de comunicar masifica el interés y participación en la polí­tica. 

Sobre la nueva sección de las maí±aneras llamada ”Quién es Quién» observo varios de sus efectos, algunos de ellos muy preocupantes: 

1. La bulla no llegó a ser Batahola, como en otros temas. Aunque esta sección sacudió otra vez a la atmósfera mediática, poco medios y comentaristas reaccionaron en defensa de los ahí­ seí±alados. Eso indica que son pocas las empresas de prensa con espí­ritu de cuerpo para defender colectivamente a sus similares cuando suponen agravios. Ese poco espí­ritu priva también entre las y los reporteros de calle cuando sí­ agreden verbal o fí­sicamente a sus pares. 

2. Seguirá el Quién es quién a pesar de resistencias y denuncias ante organismos internacionales porque focaliza más el objetivo presidencial de ”contrarrestar» crí­ticas que se consideran infundadas; esa práctica probablemente se extenderá a los estados que gobierne Morena e incluso más allá del sexenio. 

3. Se radicalizarán más algunos medios y comentaristas, especialmente los que el Presidente seí±ala insistentemente en las maí±aneras, porque ya tomaron la decisión de ser opositores desde la comunicación polí­tica y sin disimulos. Dos de varios ejemplos fueron Carlos Loret de Mola y Brozo el payaso que en automático respondieron que no los callarán y difundieron más de sus ”investigaciones» comentadas. 

4. Otros medios sí­ interiorizarán el tema de fondo. Sí­ hay y probablemente aumenten los empresarios y directivos de medios convencionales de prensa que revisan o iniciarán ajustes a sus procedimientos y estilos de informar. Muchos buscan formas de atajar las caí­das en la credibilidad porque derivan en falta de ingresos y más crisis financieras. 

5. Aumentarán agresiones contra periodistas. Es preocupante la queja de organismos internacionales y periodistas profesionales que prosiga, como se hace, la seí±alización de medios y comentaristas desde esa tribuna del Palacio Nacional, porque generaliza y amplí­a el mal ambiente social que propicia brotes de violencia en su contra. Ahora puede ser peor con el segmento de ”el pinocho de la semana», que personaliza la estigmatización. 

En particular me preocupa demasiado el periodista Raymundo Riva Palacio, seí±alado dos veces en la primera exhibición, porque desde 2018 ha registrado agresiones verbales más allá de las redes sociales y seguimientos fí­sicos muy notorios desde 2019; acoso que ha denunciado al Mecanismo federal de Protección a periodistas. Por la atmósfera de encono es muy previsible que aumenten las demandas de protección tanto en el mecanismo federal y en los mecanismos estatales que medio funcionan. 

6. Seguirán los despidos y maltrato a periodistas reporteros. El desempleo en la industria de las noticias ha ido creciendo cruelmente desde 2017, se aceleró en 2019 y empeorará en el futuro inmediato también por la confrontación mediática que deriva en desconfianza social y agresividad contra demasiados medios de prensa, que ya sufrí­an severas caí­das en la inversión privada y pública en publicidad. El aí±o 2020, fue el peor para las finanzas de la mayorí­a de los medios 

Propuesta: ética también en la maí±aneras. 

Más allá de posiciones polí­ticas, resalta una cuestión de fondo en estas batallas por la información de interés público: la í‰tica; esas normas de comportamiento para la convivencia que deberí­an evitar la mentiras, la exageración, el sesgo deliberado y los ambientes de violencia. 

En Palacio Nacional se insiste a los medios que tengan ética al difundir información y opiniones. Esto mismo deberí­a aplicar para las conferencias de prensa del Presidente, como lo demandan implí­citamente organismos internacionales, especialmente para quien presente el comparativo de Quién es quién, porque su primera exhibición fue sin método, con poco rigor, con ocurrencias que pretendí­an ser chistosillas pero que derivan en riesgos para la integridad de los seí±alados con nombre y apellido. Para analizar la información hay métodos rigurosos como los que aplican los defensores de las audiencias y de la información ¿No habrí­a sido mejor que comenzaran por investigar e informar cuántos medios tienen y cumplen códigos deontológicos y mostrar cuáles normas incumplen? 

Propuesta. Atender la ley que obliga a los medios ser éticos. 

Pocas personas conocen que existe una ley que obliga a la prensa a diseí±ar sus propios códigos deontológicos y velar por su aplicación. Es a Ley del Secreto Profesional y Cláusula de Conciencia para el Ejercicio Periodí­stico de la Ciudad de México, donde se asienta la mayorí­a de las empresas más grandes y centros de información digital. Se promulgó desde el 5 de diciembre de 2020 y ni el gobierno capitalino y muy pocos medios informan sobre su cumplimiento. 

Para los empresarios y directivos de medios que buscan poner un valladar contra la estigmatización no basta con denunciar lo negativo de las conferencias maí±aneras, también pueden evitar los seí±alamientos y el descrédito apegándose a la ética profesional del periodismo. Los que lo hacen saben que eso sirve también como factor de mercado. 

Si atendieran esa obligación y la difundieran tendrí­an prácticas que pocos acostumbran: revelar su orientación polí­tica y comprometerse a mantenerla; definir mejor sus polí­ticas editoriales y transparentarlas; ajustar sus métodos y técnicas para generar información; liberar la conciencia de sus trabajadores para que se nieguen a difundir mentiras, entre otras cosas. (Ver https://normas.cndh.org.mx/Documentos/Ciudad%20de%20M%C3%A9xico/Ley_SPCCEP_CdMex.pdf) 

Y para quienes no han creado esos códigos éticos o todaví­a no han revisado sus procedimientos se les propone que tomen como base la mejor guí­a general que en ese sentido haya realizado desde 2011 algún especialista mexicano en los medios de comunicación: Un código de ética para los medios mexicanos, elaborado por el doctor Raúl Trejo Delarbre. (https://raultrejo.tripod.com/Mediosensayos/Codigoetica.htm).

Graciela Machuca

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