Inconsistencias presupuestales en la construcción del Tren Maya y el discurso contra la corrupción de la 4T

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Necesariamente Incómoda

Graciela Machuca Martínez

Los principios de máxima publicidad, transparencia y rendición de cuentas son fundamentales para construir y fortalecer a una democracia, por lo que México, si lo quiere la nación es una democracia, tanto sociedad como gobierno deben cumplir las reglas, porque de lo contrario seguiremos por el rumbo del autoritarismo y la dictadura que nos caracterizó durante los gobiernos de los partidos Revolucionario Institucional y Acción Nacional, circunstancias que deben cambiar, a pesar que el líder moral de MORENA y presidente de la República tenga otra forma de gobernar dando pasos hacia atrás en el fortalecimiento de las instituciones.

La respuesta que las instituciones daban a la sociedad mexicana antes del primero de julio de 2018 no era la esperada, por lo que un electorado ávido de cambios voto porque al Poder Ejecutivo Federal y al Congreso de la Unión llegara un movimiento social y político que planteó cambios para mejorar las condiciones sociales y erradicar la miseria del pueblo de México y no para acrecentarla.

Acciones de corrupción de los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón, así como el del priista Enrique Peña Nieto, la puesta en marcha de estrategias erróneas en el combate al narcotráfico, como sacar al Ejército a la Calle, fueron los pilares que permitieron el triunfo de Andrés Manuel López Obrador, quien a los pocos días de haber asumido el gobierno se lo entregó a las fuerzas armadas con su proyecto de Guardia Nacional, bajo un mando militar, así como auspiciar que la Secretaría de la Defensa Nacional creara empresas para construirle al mismo gobierno obras de infraestructura.

Si el actual gobierno federal quiere que su proyecto político sobreviva más allá del 2024 debe transparentar sus acciones, aclarar las irregularidades, reconocer los errores y castigar a las personas responsables de la corrupción que existe en la administración pública, porque la corrupción no desaparecerá con que el presidente de la república diga todos los días que no existe o quizás quiera aplicar el principio de que lo que se repite mil veces se convierte en verdad.

Lo anterior lo expongo porque recientemente la Auditoria Superior de la Federación (ASF) dio a conocer un informe preliminar de los ejercicios 2019 y 2020, en el que vuelve a señalar serias irregularidades en el ejercicio presupuestal y de inmediato el presidente de la República sale a descalificar en el informe y sostiene que en su gobierno ya no hay corrupción, como sin con su solo dicho las prácticas de un sistema al cual siempre ha pertenecido fueran a desaparecer como arte de magia.

Su insistencia de proteger a su hijo mayor ante los señalamiento de Carlos Loret de Mola y la organización Mexicanos contra la Corrupción de presunto tráfico de influencias y del uso de una mansión en Texas, así como las descalificaciones a las declaraciones del senador estadounidense Ted Cruz y del mismo Secretario de Estado de los EEUU sobre la violencia contra periodistas de México, han opacado el informe de la ASF, en el que se detalla que los recursos públicos no se han ejercido con eficiencia.

En este espacio se han planteado diversos asuntos relacionados con las licitaciones y construcción del Tren Maya, así como las inconformidades sociales y políticas en los cinco estados por donde atravesará la línea férrea, sin embargo, para las autoridades solo les basta negar los hechos, pero la realidad no desaparece con cerrar los ojos y dejar de oír a la gente, tarde o temprano tienen que despertar y darse cuenta que la construcción de una obra con la magnitud del Tren Maya ha traído severos conflictos a las localidades por donde pasará, pero también, una inversión presupuestal tan elevada sale del control del mismo gobierno y las fallas administrativas, por no decir, acciones de corrupción aparecen. Negarlas no será suficiente para que pasen desapercibidas para la historia.

Ya habrá tiempo para que se aclaren las irregularidades, siempre y cuando esas aclaraciones o correcciones sean de acuerdo a la normatividad, si solo se piensa en negarlas, además de construir una agenda para que pierdan interés público, a mediano y largo plazo será contraproducente para el gobierno de la Cuarta Transformación.

Publicaciones especialidades en economía y Finanzas como El Economista, Forbes, Expansión, El Financiero, entre otras, han resaltado las inconsistencias financieras en la aplicación del presupuesto para la obra del Tren Maya, lo que obliga, a que el Congreso de la Unión tome cartas en el asunto, ya que se trata de una inversión pública que le está costando a todo el país.

Por ejemplo, El Economista sostiene que los ajustes de trazo, estaciones o sumar doble vía electrificada en el proyecto del Tren Maya, además de la pandemia del Covid-19 y la falta de información técnica (como los proyectos ejecutivos terminados) ocasionaron que, durante el 2020, el avance de la obra fuera menor al esperado y la inversión prevista subiera el 26.9% del 2019 al 2021, de acuerdo a la ASF.

El costo actual del tren referido es de 178,984.4 millones de pesos. Una de las recomendaciones tras la revisión de la cuenta pública del 2020 destaca la necesidad de que el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), por conducto de la Gerencia de Seguimiento de Obras, diseñe e implemente una estrategia enfocada a acelerar los trabajos de construcción en el tramo 1 (Palenque-Escárcega), tramo 2 (Escárcega-Calkiní) y tramo 3 (Calkiní-Izamal), “a fin de concluir la etapa de inversión en el tiempo previsto y evite retrasar la entrada en operación del proyecto”, en diciembre del 2023.

El diario mexicano especializado en economía y finanzas, cita a la ASF, instancia que precisó que “si bien a la fecha no existe un trazo definitivo, la solución propuesta consiste en aproximadamente 1,554.0 km de vía con alrededor de 21 estaciones localizadas en grandes ciudades y poblados de la región, además de contar con señalización y sistemas de telecomunicaciones; y el material rodante que incluye 30 locomotoras y 180 carros de pasajeros, patios de encierro y talleres” y en ella se trabaja.

El periodista Alejandro de la Rosa, recordó que durante el 2020, el Fonatur licitó la construcción de los primeros tres tramos y el cuarto se adjudicó directamente. De acuerdo con las bases de los concursos, las empresas ganadoras debieron elaborar los proyectos ejecutivos en un periodo de entre cuatro y seis meses (a la Secretaría de la Defensa Nacional, que construirá los tramos 5 norte, le dieron un plazo de ocho meses).

Sin embargo, en ningún caso estuvieron concluidos en ese periodo.

La falta de información y de recursos (técnicos y económicos) limitó el avance de los proyectos, los cuales son fundamentales porque guían, a detalle, los trabajos a construir. En este caso, debido a que en los tramos referidos ya existía vía, se optó porque se adjudicaran los contratos sin contar con esa información para avanzar en tareas de remoción de vía y preparación de terreno.

Forbes luego de conocer el informe considera que ASF determinó irregularidades en la construcción del Tren Maya por 86 millones 458 mil pesos en pagos “indebidos” y duplicados, así como obras que no se comprobaron su ejecución.

El informe que el organismo envío a la Cámara de Diputados se menciona que en la revisión del contrato de prestación de servicios C-TM-008/2019, que tiene por objeto la “Ingeniería Básica para el Tren Maya”, se observó que el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR) autorizó pagos indebidos por 38 millones 792 miles de pesos por “la incorrecta integración de los precios unitarios del contrato, toda vez que en las matrices de éstos se contemplaron tiempos superiores del personal considerado en la mano de obra con respecto a los tiempos establecidos en los programas de trabajo de la propuesta económica”. Lo anterior significa que los precios fueron más altos a lo que se había pactado en el Plan de Trabajo, de acuerdo al análisis de Forbes.

Desde luego que para nadie es un secreto que la falta de capacidad técnica y experiencia para conducir la realización de una obra de esta naturaleza, como lo es el Tren Maya, representa un acto de corrupción. Las irregularidades presupuestales, los pagos incrementados y la falta de planeación, evidencias prácticas de corrupción.

Graciela Machuca

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