Alcaldesa de Aldama, Chiapas, restituye sus derechos como presidenta municipal en el marco de 8 de marzo

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Con valor de mujer

Ni más ni menos

Candelaria Rodríguez Sosa/corresponsal

Tuxtla Gutiérrez, Chis.- Eran las 11:30 de la mañana del 8 de marzo. Fui testiga de la reinstalación de los derechos humanos constitucionales a la Presidenta Municipal indígena, Angelina Díaz Méndez, para continuar en el cargo como alcaldesa en el municipio de Aldama, en el periodo 2021- 2024. Díaz Méndez es la segunda alcaldesa que dirige el municipio, después de Verónica Ruíz Pérez, del periodo 2018-2021. Con Angelina, suman únicamente tres mujeres gobernando los 14 municipios indígenas de Chiapas. Sebastiana Rodríguez Gómez en Santiago el Pinar y Maruca Méndez Méndez en Mitontic.

 

Desde el 2015 que en Chiapas inicia la paridad, la reinstalación de una alcaldesa indígena en la presidencia sin que haya mayores problemas, es el primero. El caso de María Gloria Sánchez y Rosa Pérez Pérez, en Oxchuc y Chenalhó, que defendieron y ganaron sus derechos en los tribunales federales, gobernaron adentro y fuera del municipio.

 

El pasado 5 de febrero, la presidenta municipal de Aldama, Angelina Díaz Méndez, renunció al cargo ante un grupo de personas, incluido su cabildo que la amenazaron con quemarla si no renunciaba, como ella misma denuncio.  El motivo, por ser mujer, porque los hombres de su comunidad no reciben ordenes de mujeres.

 

Justo el 8 marzo regreso a sus funciones. Luego de intensas negociaciones con los grupos inconformes, con la intervención de la Secretaria General de Gobierno, que encabeza Cecilia Flores Pérez desde donde se le apoyo, asesoró y acompañó en la defensa de sus derechos humanos.

 

Ahí estaba parada, con su vestimenta indígena, cerca del sindico que escuchaba atento y muy serio,  la posición del coordinador de asesores de la Secretaria General de Gobierno, Leone Reyes, que desmenuzó  los derechos que protegen y tutelan a la presidenta y agradeciendo a sindico y regidores la voluntad de hacer valer los derechos de las mujeres.

 

El 8 de marzo, una fecha de reflexión para analizar el avance y/o retroceso, pero siendo optimista, reconozco el gran avance de los derechos humano de las mujeres en México, porque donde avanzan unas, se benefician todas, las que se movilizan y las que no lo hacen por muchos motivos, por que no creen, por que no las dejan, porque están privadas de su libertad, porque están en el hospital, o secuestradas en todos los sentidos, por el patriarcado.

 

Las mujeres luchamos por todos los frentes. Es hora, es hoy y es ¡ya! De cerrar filas. Las mujeres de los diversos femeninos.

 

Aunque hoy, en este momento a muchas se les califican del feminismo institucional, como su servidora que antes de estar en la parte institucional,  cuenta no se si grata, pero si con experiencia del feminismo de la calle, de ese feminismo que he recogido las injusticias cometidas contra las mujeres, las niñas, las adolescentes, desde lo más recóndito de los lugares de este México, de Chiapas, desde donde escribí y sigo escribiendo las historias cargadas de injusticias con un blindaje legislativo que no acaba de aterrizar para revertir las injusticias. Y desde la institucionalidad avanzar, sin aplausos y reconocimientos, solo servir con la estructura donde nos encontremos.

 

Es así, como el 8 de marzo, envuelta en la vorágine de las actividades programadas para reflexionar, protestar, proponer, bailar, escribir, ¡gritar!, me tomo de sorpresa la invitación provocadora para mi misma. Digo yo.

 

Con días intensos y previos al 8 de marzo y agotada de subir y bajar de la gélida San Cristóbal de las Casas a la capital  chiapaneca, Tuxtla Gutiérrez, en cumplimiento del deber,  regrese unos kilómetros más a la zona indígena, llegue a Aldama, que colinda con Chalchihuitán, Chenalhó, San Juan Chamula, San Andrés Larrainzar y Santiago el Pinar.

 

Para mi fue diferente. Totalmente diferente. Viví emocionada el gran acontecimiento.  Una presidenta municipal indígena regresa a su gobernanza donde en usos y costumbres el marido, a la sazón segundo regidor venia fungiendo como presidente municipal por usos y costumbres.

 

En este municipio que se funda en 1998, con una población de 8,480 y con el 52 % de mujeres, en el 2010 fue clasificado con un grado muy alto de vulnerabilidad social, población de pobreza extrema, es gobernado por la segunda mujer como presidenta municipal en 25 años de su fundación, y hablante tsotsil.

 

Reunida, solo ella, porque las mujeres regidoras no acudieron a la reinstalación, se mantenían alejadas, y ante una asamblea con una asistencia de unos 80 hombres que integraban los comisariados ejidales y agentes municipales, solo Angelina y yo en el presídium integrado por hombres, escuchamos la restitución de sus derechos constitucionales.

 

Regresó Angelina, no sin antes expresar su temor a que regresen las amenazas. Ahí presentes las autoridades y comunidades sellaron el compromiso de dejar que ella gobierne, y se expusieron ante la presidenta y autoridades de la Secretaria General de Gobierno un sinnúmeros de pendientes que resolver en el municipio, y estar en paz.

Graciela Machuca

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