Los impactos ambientales del Aeropuerto de Tulum y la incertidumbre presupuestal

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Necesariamente Incómoda

Graciela Machuca Martínez

Otra costosa obra, cubierta con el velo de la opacidad, es el Aeropuerto Internacional de Tulum, bajo la administración y usufructo de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), que como el Tren Maya, corresponde al pueblo de México pagar, pero que por falta de planeación y estudios técnicos previos se decidió desde la Presidencia de la República construir en una zona donde solamente podrá tener una vida útil de 30 años, pero para ello se tendrán que cortar miles de árboles, destruir ecosistemas, contaminar e invertir miles de millones de pesos de la Hacienda Pública.

El impacto medioambiental por la construcción de este aeropuerto no solo tiene que ver con las instalaciones del mismo y las áreas de amortiguamiento que toda infraestructura de esta naturaleza debe tener, sino, además, la sociedad quintanarroense tendrá que enfrentarse y sufrir las consecuencias de los desarrollos inmobiliarios que se construirán en su entorno, así como los diseñados para cada una de las estaciones del Tren Maya.

Para poder elaborar una radiografía del aeropuerto, ya en operaciones que se prevé para el 2024 se deben tomar en cuenta diversos factores que inciden en los impacto ambientales, sociales, antropológicos, políticos, económicos y financieros, mismos que están sujetos a la opacidad gubernamental al entregársele la obra y operación de esta terminal aérea al Ejército Mexicano.

IMPACTOS AMBIENTALES

De acuerdo a la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), la construcción de esta obra aeroportuaria tendrá como resultado la tala “de al menos 1.3 millones de árboles de más de 60 distintas especies”, clasificadas como maderables y corresponden a todos los elementos arbóreos y arbustivos que tienen un uso maderable (aserrío, postes, leña, entre otras).

«Si se consideran el uso o tipo de aprovechamiento, se pueden clasificar en comercial maderable (aserrío), palizada (construcción), biomasa y tropicales comunes. Del volumen total estimado a remover, 52.0% se concentra en 13 especies con potencial para comercialización para aserrío, en 103,231.94 metros cúbicos (m3), para palizada 22 especies que concentran 44.6% (94,482.41 m3), para biomasa 10 especies que concentran solo 4.5% (9,537.52 m3) y de especies tropicales 17 especies con un volumen de 2,286.48 m3 que representan 1.1% del total». Se lee en la MIA respectiva.

Además, el documento precisa que se anticipan 43 impactos ambientales, como perturbaciones a la fauna por contaminación auditiva, contaminación y destrucción del hábitat y del medio abiótico.

Otro dato que es pertinente anotar es el relacionado a el área total donde se construirá el aeropuerto y una base militar, que es de 12,000 kilómetros cuadrados (km2).

El documento público también indica qué a los 30 años de su entrada en operación, esas obras tendrán que modernizarse o desmantelar la terminal aérea para ampliar las instalaciones de la base militar.

Los planes del presidente de la república eran que el Aeropuerto Internacional de Tulum, que llevará el nombre de Felipe Carrillo Puerto, iniciara operaciones en 2023, pero de acuerdo al Programa de Trabajo de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), a finales de 2023 aún no concluirá el proceso de certificación ante la Agencia Federal de Aviación Civil.

INICIO DE OPERACIONES HASTA MEDIADOS DE 2024

Otro documento público es un Estudio Técnico Unificado que la SEDENA solicitó al Instituto de Ingeniería de la UNAM, establece que de enero a marzo de 2024, la terminal aérea de referencia será sometida a ensayos y pruebas operacionales, además, las verificaciones que requieran practicas las fuerzas armadas, por lo que se prevé que el nuevo aeropuerto llevará a cabo los ensayos y pruebas operacionales, así como las verificaciones o certificaciones que requieran practicar las Fuerzas Armadas, por lo que será en el segundo trimestre cuando la obra sea entregada.

Los frentes de trabajo diseñados por la SEDENA para entregar la obra en los nuevos tiempos establecidos son los siguientes: pista, plataformas y calle de rodaje; torre de control; edificio terminal de pasajeros; estacionamiento; terminal del Tren Maya; estación meteorológica; eje troncal de circulación y obras complementarias; red eléctrica, voz y datos; redes sanitarias y planta de tratamiento; hangares y talleres de mantenimiento; zona de helipuerto y aeronáutica general; instalación de limpieza de aeronaves; instalación de avituallamiento; gasolinera; terminal de aeronáutica; vialidad de acceso y tranvía de interconexión; adquisición de predios y estudios de ejecución.

INCERTIDUMBRE PRESUPUESTAL

Recientemente se dio a conocer que de acuerdo a la base del presupuesto federal para 2023 que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) presentó al Congreso de la Unión, la SEDENA no solicitó recursos para el Aeropuerto Internacional de Tulum para el ejercicio 2023, lo que causó preocupación en círculos financieros nacionales e internacionales.

La solicitud de presupuesto de la SESENA aparece sin asignaciones en 2023 el referido proyecto aeroportuario, sin embargo, la SHCP indicó en su cartera de inversión que recibiría 3.000 millones de pesos el próximo año. Será cuando se apruebe el presupuesto general para el próximo año, cuando se conozca el futuro de esta obra que impactará tanto positiva como negativamente a Quintana Roo.

Graciela Machuca

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