Jorge Humberto Hau Uex y sus actos de corrupción como servidor público de la Fiscalía, ahora en Mahahual  

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Necesariamente Incomoda

Graciela Machuca Martínez 

El recién llegado fiscal de Quintana Roo, Raciel López Salazar, debe emprender una serie de acciones para que la institución a su cargo realmente funcione en beneficio de la sociedad quintanarroense y como lo hacemos permanentemente en este espacio periodístico iremos reseñando aquellos casos que evidencian la corrupción y negligencia de personas servidoras públicas como el actual fiscal en Mahahual, Jorge Humberto Hau Uex, quien a su paso por Felipe Carrillo Puerto dejó una estela de actos de corrupción que documenté en su momento.

Fue removido a Mahahual donde encontró nuevamente su mina de oro extorsionando, defraudando y robando a personas que se acercan a la institución en busca de ayuda, lo que aprovecha Jorge Humberto Hau Uex para extorsionarlas o quitarles diversas propiedades, aprovechándose de personas adultas mayores, de inversionistas extranjeras y de toda persona que por necesidad de apoyo institucional llega a su ámbito de poder.

Presentaré el testimonio de la empresaria Amber Elaine Halkom, residente e inversionista en Quintana Roo, propietaria de hoteles, originaria de California, Estados Unidos, quien llegó a la oficina de la Fiscalía en Mahahual a realizar un acto jurídico, pero con la información y documentos que le hizo llegar a este funcionario público ahora la quiere despojar de bienes, por el simple hecho de ser una mujer extranjera.

Amber Elaine Halkom, de 56 años de edad, tiene 11 años de residir en Quintana Roo, principalmente en Mahahual. Ella es inversionista en bienes y raíces.

Llegó a la oficina de Jorge Humberto Hau Uex para llevarle unos papeles y  comunicarle a la Fiscalía del fallecimiento, en enero, de un amigo, quien le dejó una carta poder para administrar sus bienes en tanto sus familiares se hacen cargo. 

Para el primer encuentro con este servidor público Amber llevó como interprete a una mujer a quien su amigo fallecido le alquilaba un espacio para su caravana. Cuando la referida mujer y el agente del Ministerio Público hablaron, todo cambió. “Dijo que quería el camión, el camión de mi amigo, y después le dije, no, necesito asegurar el camión, puedo enseñarte unos papeles, conseguir su trailer. Me dijo que no, que quería el camión para él, porque su coche estaba mal.  Y entonces él y la señora se fueron al otro lado de la habitación y estuvieron hablando y riéndose y celebrando.  Luego la mujer se volvió loca.  Me dijo que le había dicho que era funcionario consular y que le había enseñado mi placa.  Dijo que había llamado a alguien de la oficina consular.  Tomó el teléfono y marcó.  Un hombre mexicano contestó enseguida y ella dijo, aquí, habla con este hombre del consulado. Apenas hablaba inglés.  Y yo le dije, ¿es usted realmente del consulado?  Porque no estaba en espera.  No tuvo que esperar.  Él dijo, sí.  Dijo, estás cometiendo crímenes, bla, bla, bla.  No puedes hacer eso.  Y yo dije, bueno, no creo que estés realmente con el consulado.  Así que las cosas se ponían cada vez más extrañas.  Y realmente no parecía estar ayudando”. 

Como antecedente Amber narró que al fallecer su amigo, el consulado le indicó que podría ir al trailer de su amigo a “echar un vistazo a todo, hacer fotos, vídeos, recoger cualquier documento para ayudarles con su identificación y a procesar sus restos.  Cuando llegué, la mujer me había dado una carpeta de papeles.  Me dijo: Me alegro de que estés aquí.  Toma estos papeles. No quiero tener nada que ver con ellos.  También cogí algunos papeles y tarjetas de su trailer.

“Y también había papeles en el cubo de la basura.  Me dijo que ya había hecho fotos de todo.  Y yo dije, incluso los que estaban en la basura, ella dijo, sí, tengo fotos de todo.  Así que cuando estábamos en la oficina, le había preguntado al Ministerio Público, le dije, ¿necesita ver alguno de estos papeles del expediente?  Porque voy a guardarlos para la embajada.  Me dijo que no.  Bueno, después de que las cosas se estaban poniendo muy extrañas, tenía un amigo conmigo como testigo. Dijimos, vámonos.  Así que salimos por la puerta.  Estábamos en la acera fuera de la oficina del Ministerio Público.  Salió detrás de mí y dijo, oh, ¿puedo ver el expediente?  Y yo dije, bueno, ¿puede firmar algo de recibido?  Y él dijo, sólo lo necesito hasta el viernes.  Haré copias de lo que necesito.  Puedes volver para  darte el expediente. Y le dije, bueno, no quiero dejártelos.  Pero de acuerdo, si puedo recuperarlo el viernes.  Así que accedió.  Volvió a entrar por la puerta del despacho del Ministerio de Público.

“Y mientras entraba, la mujer que se llama Cecilia, salía. Entonces Cecilia dijo, oh, bien.  Tienes el expediente.  Y él le entregó el expediente.  Y yo dije, espera un minuto.  Dije que esos papeles son sólo para ti.  No son para ella.  Dije, ella no tiene nada que ver con esto.  Y entraron en el despacho del Ministerio Público y cerraron la puerta.  Y no pude volver a entrar.  Luego, una hora más tarde, ella dejó unos 12 mensajes en mi teléfono amenazándome, diciéndome que le había robado papeles, que eran sus papeles, que se los habían robado, que iba a poner una denuncia.  Y pensé que la mujer estaba loca.  Así que nunca le respondí.  Y como todo este tiempo ha pasado, cada vez que voy a la oficina del Ministerio Público, estoy tratando de procesar los restos de mi amigo.

“Sigo preguntando, ¿dónde está el remolque?  ¿Dónde está el camión?  ¿Dónde están sus pertenencias?  Y cuando estuve allí el lunes, algunos hombres no dejaban de mirar su teléfono y no dejaban de mirarme a mí, a los policías que estaban allí. Y cuando terminé, se me acercaron y me dijeron, tienes una denuncia y un delito en tu contra. Y yo dije, no, no tengo.  Y me dijeron, sí, la tienes desde enero.  Y yo dije, ¿por qué?  Y ellos dijeron, por robo.  Y yo dije, ¿robo de qué?  Y ellos dijeron, por los papeles de Cecilia.  Y yo dije, esos no eran los papeles de Cecilia.  Esos eran mis papeles porque yo tenía algunos papeles en el archivo también que tenía de mi poder para la misma persona.  Dije, esos son mis papeles. Llevé los papeles a su oficina y se los entregué.  Y le dije, no hay nada en el archivo, no hay papeles que pertenezcan a ella.  Son mis papeles o eran los papeles de mi amigo.

Raciel López Salazar debe tomar cartas en el asunto, porque en la fiscalía de Mahahual se están cometiendo diversas arbitrariedades y no solo en contra de Amber, sino de otras personas inversionistas, así como de escasos recursos económicos. 

El fiscal General de Quintana Roo tiene mucho trabajo por hacer de acuerdo a la Constitución y la legislación en materia de procuración de justicia, en lugar de estar inmiscuyéndose en asuntos de la política interna de la entidad.

En este espacio seguiré desglosando los otros casos de corrupción en los que está involucrado Jorge Humberto Hau Uex, por que este caso no es el único.

NOTA: esta columna cuenta con la debida grabación como respaldo periodístico.

Graciela Machuca

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