Incapacidad de la dirigencia de MORENA en Quintana Roo ante el reto del 24 

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Necesariamente Incómoda

Graciela Machuca Martínez 

El proceso electoral que se avecina y que culminará con los comicios federales, estatales y municipales del 2 de junio de 2024 es un compromiso de gran calado para la endeble dirigencia del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) en el estado de Quintana Roo, para el cual no está preparada, lo que pone en riesgo los resultados, principalmente la mayoría calificada en el Congreso de la Unión que requiere el presidente de la república para poder enviar iniciativas de ley que dejó de enviar al carecer de esa mayoría en la actual cámara federal de diputados y en el Senado de la República.

A un año que inició su gestión la dirigencia de MORENA en la entidad, encabezada por Jhoana Michell Acosta, como presidenta del Comité Ejecutivo Estatal, hasta la fecha no se ha consolidado la estructura partidista, pues siguen confiados en que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador sigue siendo el candidato, ya que la oposición, a él tiene que derrotar en las urnas y no a la persona que resulte electa candidata presidencial.

Si bien es cierto que la tendencias generadas por las encuestas indican que MORENA ganará la Presidencia de la República, en política no hay nada escrito y el comportamiento del electorado da sorpresas que podrían reflejarse en la integración del Congreso de la Unión y de los congresos estatales, porque la mayoría de calificada en estas instancias le permitirá consolidar su proyecto político, de lo contrario empezará a naufragar.

Sin embargo, para Jhoana Michell Acosta, como para el secretario general, Eduardo Basurto, de Finanzas, Jissel Castro; de Organización David Hernández Solís; de Comunicación, Difusión y Propaganda María Luisa Abad y de Formación Política, Bernardo García y  de Mujeres, Cristina Batún, no se han dado cuenta el gran compromiso que tienen para sacar adelante esta encomienda, tampoco dimensionan que lo que hagan o dejen de hacer en materia de consolidación partidista redundará en el proyecto político que comparten López Obrador y la gobernadora Mara Lezama Espinoza.

A pesar de los nulos resultados en materia de organización partidista y que el presidente de la república la calificó como “lacras de la política”, la actual dirigencia sigue en funciones cobrando sus nada despreciables salarios, poniendo en riesgo que salga aboyado un proyecto político, que des luego a ellas y ellos no les costó construir, como sí a las personas fundadoras de MORENA en Quintana Roo, quienes ahora se encuentran relegadas.

El calificativo de “lacras de la política” que les puso López Obrador, no fue gratis, sino como resultado de un informe que le entregó una persona de su confianza y que le narró las irregularidades que se cometieron durante el proceso para la elección de dicha dirigencia.

Desde un principio fue cuestionado el nepotismo, el amiguismo y la falta de congruencia política de diversos grupos políticos de MORENA en el estado, los cuales se engolosinaron con el poder y decidieron quedarse con el pastel completo.

Prueba de ello, es Jhoanna Acosta es pareja de la presidenta municipal de Felipe Carrillo Puerto, el secretario general es esposo de la presidente municipal de Cozumel, Juanita Alonso; el secretario de Organización es esposo de la alcaldesa de Othón P. Blanco, Yensunni Martínez, y presidente del DIF de ese municipio y hermano de la presidenta municipal de Felipe Carrillo Puerto, Maricarmen Hernández Solís; la secretaria de Mujeres, es hermana del diputado federal Alberto Batún. 

De esta manera la dirigencia de MORENA quedó en unas cuantas familias, igualito como sucedía durante los tiempos de esplendor del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Al revisar al menos dos redes sociales de MORENA en Quintana Roo nos damos cuenta que esa dirigencia no tienen idea de cual es su labor, poque al menos su página de Facebook y cuenta de lo que fue Twitter se convirtieron en vocerías de la presidencia de la república, del gobierno del estado y de la oficina del líder nacional, Mario Delgado, pero del trabajo que deben desarrollar, como partido, a nivel estatal no se ve nada.

Pero, además, su página oficial de Facebook tiene .6.7 mil seguidores; la cuenta de Twitter llega a 644 seguidores y la última publicación fue del 2 de octubre de 2022 para recordar el 11 aniversario de la fundación de MORENA.

¿Qué no se supone que hoy en día, el comportamiento de las redes sociales es un indicador para evaluar el trabajo electoral? Sí ese trabajo, tienen en redes sociales, como estarán en el verdadero territorio, qué tipo de cercanía tendrán con la militancia de carne y hueso.

Jorge Arturo Sanen Cervantes el presidente del Consejo Estatal de MORENA en Quintana Roo, órgano integrado por 40 personas consejeras, pero resulta que su relación con Jhoanna deja mucho que desear, ambos prefieren cada quien trabajar por su lado y con ese tipo de trabajo “en equipo”, pues, simplemente no se puede entregar un trabajo efectivo.

Una de las grandes beneficiarias de las circunstancias políticas al interior de MORENA es la presidenta Municipal de Othón. P. Blanco, Yensunni Martínez, quien por andar ocupando el tiempo y los recursos del ayuntamiento en su imagen personal se olvida de sus compromisos políticos y que en política hay pactos que se deben entender y respetar.

Pero ella, como aprendiz de política empezó a darle patadas al pesebre, cuando se le olvidó que Luis Gamero Barranco, a quien ella le quitó la candidatura a la presidencia municipal, es ahora subsecretario de Gobierno y que la misma gobernadora, Mara Lezama le dio el nombramiento.

Tanto Jhoanna Acosta, como Yensunni Martínez insisten en que recurrirán a la Sala Xalapa para pedir que Gamero siga inhabilitado para contender por un puesto de elección popular, ya que la instancia administrativa lo considero responsable de violencia de género en contra de la misma Yensunni.

Si Jhoanna y Yensunni logran que el Tribunal Federal Electoral vuelva a sancionar a Gamero, esto será un  duro golpe para MORENA en Chetumal, donde la militancia prefiere que Gamero vuelva a contender y no la reelección de Yensuni en la presidencia municipal.

Además, ya fueron dos administraciones municipales de seguidas de MORENA en Chetumal y la ciudadanía, si no le presentan una persona que garantice que cambiara la forma que se ha gobernado voltearán a las demás opciones, porque ahora que se está definiendo en la oposición que Xóchilt Gálvez es su candidata virtual, su arrastre puede meter en aprietos a las personas candidatas de MORENA que carezcan de la simpatía ciudadana.

Hay que recordar que en Quintana Roo el Partido Movimiento Ciudadano ya tiene trabajo e incluso un candidato para el Senado de la República, que lo están preparando para contender en las próximas elecciones para la gubernatura, tanto el partido como el ya declarado aspirante tiene recursos propagandísticos para dar sorpresas.

La responsabilidad de MORENA es mucha en Quintana Roo, el proyecto Político de López Obrador y Mara Lezama no puede estar en manos de una dirigencia negligente e incapaz.

Graciela Machuca

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