«Puerta al Mar», un desarrollo turístico que pone en riesgo la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an en Quintana Roo

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EL HATSA HA DE MAYA SIN FRONTERAS

En el corazón de la paradisíaca Riviera Maya, donde las aguas turquesas del Caribe Mexicano acarician las blancas playas de arena, un conflicto de dimensiones ambientales y sociales ha surgido. Se trata del proyecto «Puerta al Mar», una ambiciosa iniciativa de desarrollo turístico que amenaza con alterar drásticamente el equilibrio ecológico de la región y afectar la vida de sus habitantes, así como el futuro de la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an.

Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an (origen del cielo)

El camino hacia el Puerto de Vigía Chico tiene inicios desde la época del general Porfirio Díaz, cuando en 1905 mandó a instalar la vía de ferrocarril que comunicó Santa Cruz de Bravo hoy Felipe Carrillo Puerto con el puerto de Vigía Chico en la Bahía de la Ascensión, para transportar militares, presos políticos y también despojar a los nativos de materias primas como maderas preciosas.

La Reserva de la Biosfera de Sian Ka´an se delimitó en 1982, con un proyecto del Centro de Investigaciones de Quintana Roo para la creación de un área protegida que ayudara a la conservación de su enorme riqueza natural.

Fue declarada Área Natural Protegida el 20 de enero de 1986, mediante Decreto Presidencial publicado en el Diario Oficial de la Federación; en diciembre de 1987 fue declarada Patrimonio Mundial Natural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas Para la Ciencia, la Educación y la Cultura (UNESCO).

Alberga una diversidad única de flora y fauna, incluyendo especies en peligro de extinción como el jaguar y el manatí. Ahora, el proyecto “Puerta al Mar” es cuestionado porque existe el riesgo de un grave impacto a esta riqueza natural, porque comprometerá la sustentabilidad de la región a largo plazo.

Un debate polémico

La principal voz de la oposición es la comunidad local de Felipe Carrillo Puerto, junto con grupos ambientalistas y científicos que han estudiado durante años la riqueza natural de la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an. Argumentan que la construcción de «Puerta al Mar» conlleva graves consecuencias, como la destrucción de humedales, la contaminación del agua y la alteración de ecosistemas vitales para la biodiversidad.

El debate en torno a «Puerta al Mar» ha dividido a la sociedad ya que, mientras algunos ven en el proyecto una oportunidad de desarrollo económico y empleo, otros consideran que los costos ambientales son demasiado altos.

De igual manera, los ciudadanos, más que un beneficio, ven una desventaja, ya que opinan que este proyecto solo encarecerá los servicios básicos como está pasando con el proyecto del Tren Maya que vino a aumentar los costos de alimentos, vivienda, costos que los mayas no podemos pagar.

¿Qué será de nosotros?», se preguntan

Los tribunales entran en escena, y comités de evaluación ambiental juegan su partida. El veredicto final determinará el camino de Quintana Roo.

El dilema se prolonga, una verdad se aclara: «Puerta al Mar» no solo enfrenta a una comunidad, sino que nos obliga a todos a sopesar los frutos efímeros del desarrollo frente al legado inmutable de la naturaleza.

Mientras tanto, el 29 de agosto pasado, el gobierno de Quintana Roo dio banderazo al proyecto Puerta al Mar en Felipe Carrillo Puerto.

La encrucijada entre progreso y conservación persiste, a nosotros como sociedad y en las autoridades nos queda hacer lo correcto.

La Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an, desde hace años ha sido objeto de invasiones, apropiaciones, de manera ilegal se ha venido privatizando, se ha fraccionado, se están vendiendo predios, todo bajo el consentimiento de las autoridades ambientales del gobierno federal y ante el silencio cómplice de las autoridades locales, que en cada inversión como la de “Puerta al Mar” les brillan los ojos porque se acoplan las circunstancias para enriquecerse al otorgar diversos permisos fuera de la normatividad.

De acuerdo a información institucional esta reserva posee un sistema de ríos subterráneos de agua dulce que interconectan los cenotes y los Petenes, único en la Península de Yucatán y el mundo.

Para la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, se trata de “uno de los casos de éxito en la conservación de sus ecosistemas”, porque se ha logrado conservar los nueve ecosistemas que existen en la Reserva como selva, humedales, manglares y arrecifes de corales, además de impulsar proyectos con las comunidades que habitan en ellas.

Sin embargo, en la reserva la situación es otra, se encuentra merced de los incendios, muchos provocados por los mismos invasores; es depósito de basura que es arrastrada por el mar de al menos 58 países, según estudios recientes.

Lo que aún queda de la reserva no le interesa ni al gobierno, ni a los dueños del capital, quienes prefieren cobrar impuestos y derechos a la iniciativa privada, la cual ve las utilidades, pero no la conservación de los recursos naturales del pueblo maya.

Graciela Machuca

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