50 años de prisión a feminicida de Reina Corazón

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Necesariamente Incómoda

Graciela machuca Martínez

Cifras oficiales de la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo indican que durante el año 2021 se iniciaron 25 carpetas de investigación por igual número de feminicidios en la entidad, entre los que se encuentra el caso de Reina Corazón, de 27 años de edad, asesinada por Ariel Alejandro Silva López el día jueves 28 de enero en la Supermanzana 250 de Cancún, fue hasta este 21 de diciembre de 2023 cuando concluyó el juicio y se obtuvo una sentencia de 50 años contra el feminicida.

La abogada Teresa Paredes, quien asesoró a la familia de la víctima durante todo el proceso de manera Pro bono nos compartió las siguientes líneas por medio de las cuales nos relata parte de los logros alcanzados en este juicio, una experiencia motivante para seguir combatiendo la violencia feminicida en Quintana Roo, desde diferentes trincheras.

El 21 de diciembre concluyó el juicio en contra de Ariel Alejandro Silva Lopez, por su participación en el feminicidio de RCPM, la Jueza Landy Rosalía Pamplona Pérez,  encontró que más allá de toda duda razonable, el 28 de enero de 2021, el condenado, estuvo en el lugar de los hechos haciendo jardinería, y posteriormente fue a sus casa ensangrentado, por lo que su madre lo ayudó a curarse, a quien le refirió que también la vecina lo había ayudado, sin embargo, cuando el esposo de la víctima llegó a su domicilio, la encontró tirada en el suelo, pensó que era debido a su embarazo de 8 meses, pero al voltearla le encontró una herida en el abdomen, a lado estaba un tarrito de vidrio y llamó al 911.

Posteriormente, se dirigió al domicilio de su vecino, el jardinero ya que él le había pedido que fuera a chapearle el patio y su esposa le aviso cuando llegó a trabajar, al confrontarlo, él le dijo que no sabía lo que pasó, que su esposa le había dado un jarrito de agua y cuando le pregunto que a quien le devolvió el jarrito, no dijo nada, sólo se metió a su casa, lo anterior fue informado a los policías de investigación, quienes se trasladaron a la casa del vecino, pero ya no estaba.

Los policías entrevistaron a la madre, quien refirió que cuando llegó su hijo de trabajar en el jardín del vecino estaba lesionado y sangraba de una mano por lo que lo curo y se amarró un pedazo de tela, aunado a ello,  les permitió la entrada al domicilio, en donde en compañía de la perito en criminalística  recogieron el trapo ensangrentado con el que se había curado Ariel y  luego les indicó el cuarto de su hijo, en donde encontraron las botas, el pantalón y la playera azul con las que ese día salió, a trabajar,  las cuales tenían manchas hemáticas, mismas que dieron positivo al perfil genético de la víctima. 

Mientras que en el lugar del feminicidio se encontró un cuchillo, el cual aunque fue lavado, aún tenía sangre de dos perfiles genéticos que correspondían a la fémina sin vida y a un masculino, el cual era igual a la sangre encontrada en unas llaves en la puerta de dicho domicilio y ambos coincidían con el perfil encontrado en el trapo con el que se curó la herida Ariel frente a su mamá.

De las pruebas periciales se concluyó que hubo una huella de una bota en la casa de la víctima, la cual al realizar la comparativa resultó ser igual en número y características a las encontradas en el cuarto de Ariel, no se omite mencionar que el lugar probablemente fue limpiado, por eso sólo estaba esa huella y un trapo de limpiar.

Se determinó que el cuerpo tenía 28 heridas, 5 profundas y mortales, las demás en brazos y manos, de las que se producen al defenderse y tratar de cubrir a la bebé que llevaba en su vientre, pues está no sufrió ninguna herida, sin embargo, falleció por falta de oxígeno y sangre que debiendo de recibir cuando su madre murió.

La pena es 50 años de prisión, lo que no inmutó al sentenciado, pues estaba más preocupado porque en la cárcel lo tenían castigado y llevaba tres días sin comer.

Esta historia aún no termina, por los recursos legales que tiene a su favor el sentenciado en primera instancia, pero el trabajo profesional, con vocación de servicio y voluntario que ha prestado la abogada Tere Paredes se continuará adelante, porque también aún falta definir el tema de la tutela de la hija e hijo de la víctima, trámites que por criterios encontrados del Poder Judicial no se han concluido, en perjuicio de los menores, porque hasta el momento la abuela materna no puede ejercer la patria potestad sobre ellos para que se beneficien con programas gubernamentales, como becas.

Por otra parte, recordemos que la lista de víctimas de feminicidio sigue creciendo en Quintana Roo, por lo que las autoridades de procuración y administración de justicia tienen mucho que hacer, en lugar de sumarse a la vorágine electoral del 2024 que está arrastrando a instituciones como la Fiscalía General como al Poder Judicial de la entidad.

Solo por mencionar, otro caso, recordemos que desde abril de 2023, familiares y amistades de Angie Almazán exigen justicia luego de que su cuerpo fue encontrado con múltiples heridas de arma blanca en una vivienda de la colonia Taxistas, el martes 25 de abril en Cozumel.

Graciela Machuca

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