El trabajo ciudadano y político de Mauricio Góngora en Playa del Carmen
Necesariamente Incómoda
Graciela Machuca Martínez
En la búsqueda de información para elaborar y fundamentar mis análisis y opiniones sobre el quehacer político-electoral en Quintana Roo, me he encontrado con diversos escenarios y personajes de la política que están ocultos por la vorágine propagandística de las dos grandes coaliciones partidistas que se disputan el poder durante el proceso electoral 2024, pero que representan intereses de la sociedad quintanarroense, los cuales, para la mayoría de la clase política no se encuentran dentro de sus prioridades, mucho menos dentro de sus planes de gobierno, cuando obtienen el triunfo en las urnas.
Por ello, me ha llamado la atención un movimiento ciudadano que se ha venido fortaleciendo desde ya hace tiempo en el municipio de Solidaridad, mejor conocido como Playa del Carmen, por ser su cabecera municipal y por los antecedentes históricos de este emblemático destino turístico quintanarroense.
Me refiero al trabajo con la ciudadanía que se desarrolla y crece en torno de Mauricio Góngora Escalante, el expresidente municipal de Solidaridad y excandidato a la gubernatura de Quintana Roo, quien después de varios años de estar sujeto a proceso por supuestos desvíos de fondos públicos, demostró su inocencia y quedó absuelto.
Como observadora del quehacer político estatal y nacional encontré al político Mauricio Góngora inmiscuido en la problemática que aqueja actualmente al municipio que un día gobernó.
Luego de dejar atrás los procesos judiciales a los que fue llamado, retomó el trabajo de cercanía con la gente de Playa del Carmen y los diversos asentamientos humanos que conforman el municipio; realiza un trabajo a ras de tierra para estar en contacto con la ciudadanía y así conocer y actualizarse de las necesidades que agobian a la población solidarícense.
Recorre el municipio y en sus oficinas atiende a diario a la ciudadanía en general y a líderes naturales que acuden a él para que los oriente en la gestoría ante los tres niveles de gobierno.
En los proyectos políticos de la 4T y de la Coalición PAN y PRI, la soberbia impide que hasta el momento puedan hacer una alianza con este personaje, cuyo interés sigue siendo el desarrollo de Solidaridad en particular, y el de Quintana Roo, en general.
Como ya lo dije en este espacio periodístico, recordemos que Góngora Escalante, a su paso por la presidencia municipal de Solidaridad, recibió diversos reconocimientos: en 2014 obtuvo el Premio Nacional de Agenda para el Desarrollo Municipal “Avance de la Transformación”, otorgado por el Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (INAFED), a los ayuntamientos mexicanos que satisfacen los criterios utilizados por el programa que evalúa la gestión del municipio.
El mismo año recibió un premio en la categoría de Finanzas Sanas-Recaudación, por parte de la Revista Alcaldes de México, por los resultados de los reportes y bases de datos de cámaras empresariales, dependencias públicas y calificadoras con prestigio internacional, como Standard and Poor’s (S&P), Moody’s y Fitch Ratings, el Banco Mundial (BM) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Se destacó su programa Vigilante Ciudadano, que se puso en marcha el 20 de enero de 2014. Su objetivo fue apoyar a los adultos mayores y para garantizar la seguridad de los niños y jóvenes a la entrada y salida de las escuelas y los parques. Inició su funcionamiento con un grupo de 41 personas de la tercera edad, luego de recibir capacitación durante tres meses sobre vialidad y proximidad social. Fueron ubicados en las escuelas donde se había problemas de caos en la vialidad.
También se destacó la puesta en marcha de una Unidad Móvil de Salud y la mejora de los centros de salud municipales, lo que le valió al municipio la certificación de “Municipio Saludable”, por el programa federal “Entornos y Comunidades Saludables”.
Hace falta que en Solidaridad se escuche a la gente.
Graciela Machuca
