Futuras generaciones, víctimas de la destrucción medioambiental de la 4T por el Tren Maya 

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Necesariamente Incómoda

Graciela Machuca Martínez 

Foto: cuenta @cris_n0 de la red social X

Los distractores de una campaña presidencial, aunado a la intervención de un supuesto grupo delincuencial para intentar limpiar la imagen del presidente de la república, incidentes como derribar la famosa e histórica puerta Mariana del Palacio Nacional, ubicada sobre la calle de Moneda, en la Ciudad de México, así como los “dimes y diretes” que surgen todos los días durante la conferencia mañanera de Andrés Manuel López Obrador, dejan en segundo término lo que está pasando a lo largo de la construcción del Tramo 5 Sur del Tren Maya en Quintana Roo, donde las empresas constructoras están destruyendo los milenarios cenotes y cuevas que conforman el subsuelo y la riqueza natural del Pueblo Maya, pero que además,  son recursos propiedad de toda la humanidad, por el gran servicio medioambiental que brindan al planeta. 

Mientras los medios de comunicación nacionales e internacionales están atentos a lo que dice o al silencio de López Obrador, en Quintana Roo se están destruyendo recursos que la naturaleza se llevó miles y millones de años en construir, pero que ha llegado el momento de acabar con ellos porque al presidente de la república, que termina su gestión el primero de octubre de 2024, decidió construir sobre selvas y aguas, la infraestructura para el denominado Tren Maya. 

En la tercera década del Siglo XXI, la movilidad humana, así como el transporte de todo tipo de mercancías, es fundamental para el desarrollo todas las regiones del planeta, pero en una era en que el llamado cambio climático ya está demostrando sus efectos negativos, desde los gobiernos, capitales privados y organismos multilaterales se deben analizar las consecuencias de obras de esta naturaleza, como el Tren Maya. 

Es una obligación de todo gobierno ponderar los beneficios y los daños de cualquier obra de infraestructura con la que se intervengan recursos naturales en riesgo y para ello existen las políticas públicas y las instituciones encargadas de preservar el medio ambiente, pero como para construir el Tren Maya sólo imperó la voluntad y el capricho del presidente de la república, no se hizo una investigación científica previa, los estudios de impacto ambiental que exige la ley se han ido haciendo sobre la marcha, a pesar de los cuestionamientos científicos y técnicos sobre la obra al intervenir sobre los suelos por los que pasa. 

Actualmente, ya existe una suspensión definitiva del Tramo 5 Sur otorgada por un juez federal, quien está exigiendo que se realicen los estudios de impacto ambiental necesarios y no solo para cumplir un requisito burocrático, sino para acatarlos en las modificaciones que requiera la obra y si es necesario suspenderla.

Desde luego que al presidente de la república y a sus subalternos no les interesa respetar a la naturaleza, sino terminar la obra para que se convierta en un legado al país del gobierno de la 4T y seguirla utilizando como elemento propagandístico durante la presente campaña electoral rumbo a las elecciones del próximo 2 de junio.

El gobierno federal se niega a acatar la suspensión del Poder Judicial de la Federación y realizar conforme a la ley los estudios de impacto ambiental y prueba de ello es que diversos grupos de ambientalistas están documentando con videos la destrucción de cuevas y cenotes por la maquinaria de las empresas constructoras contratadas por la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), instancia gubernamental a la que le dio el presidente la tarea de convertirse en empresa constructora, mientras el crimen organizado se sigue apoderando del país y se pone en riesgo la seguridad nacional. 

En la cuenta @cris_n0 de la red social X, uno de los ambientalistas aclara que en uno de los videos grabados en una cueva cerrada se observa que “…la están perforando para colocar algunas de las miles de pilas ilegales. LO QUE CAE ES EL TECHO DE LA CUEVA. Esto sin Manifestación de Impacto ambiental para «sostener» el tren sobre 122 cuevas y cenotes en el Tramo 5 Sur, que tiene una suspensión vigente”. 

La Federación Mexicana de Colegios de Biólogos se solidarizó con ambientalistas de Quintana Roo y en especial con el biólogo Roberto Rojo. “Esto se convertirá en la evidencia más sólida y trascendente de la historia de la justicia ambiental de nuestro país.” Refiriéndose a los videos en que se observa que enormes perforadoras están destruyendo la frágil capa del suelo de la selva para asentar pilotes de concreto para sostener las vías del Tren Maya. 

Quienes tenemos la oportunidad de testificar la destrucción de las cuevas, los cenotes y la contaminación del agua del subsuelo de la Península de Yucatán, tenemos que ser proactivos para que este ecocidio termine, porque las futuras generaciones se preguntarán ¿qué hicimos en el 2024 para que el gobierno rectificara? Las generaciones que vienen serán las víctimas directas de esta destrucción de la 4T.

Graciela Machuca

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