Parcial actuación del poder judicial de Q. Roo, podría costar la vida de Yamilet

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  • Pese al miedo, ella sabe que se rescató a sí misma
  • Empresario se jacta de comprar a la justicia

Soledad Jarquín Edgar

SemMéxico, Mérida, Yuc., 12 de marzo, 2024.- Miedo es la palabra que conoce no por una definición de un diccionario. Miedo es lo que aprendió tras 20 años de matrimonio y que le produce una sensación de indefensión ante un sistema de justicia que no la defiende, es parcial, la victimiza y pone en riesgo.

A Yamilet N le cuesta trabajo pronunciar el nombre de su agresor con el que vivió violencia psicológica y emocional, física, económica y violación sexual, violencias a las que se suma el poder del dinero, que compra una parcial impartición de la justicia y que se llama violencia institucional, porque su agresor siempre tuvo claro que el sistema de justicia de Quintana Roo es corrupto, y él, lo podía comprar con dinero, le repitió varias veces.

Tras la agresión sexual en septiembre de 2022, decidió salir de su casa unos días después, estaba rota pero no muerta. Ese día cerró un capítulo de violencia de varios años. Era la muerte o su vida.

A las niñas las violentó infinidad de veces, porque dejaban algo mal puesto o porque no habían acabado la tarea cuando él volvía a casa. A golpes entiende la gente, soy su padre y me tienen que respetar, gritaba mientras las golpeaba.

Cuando se separaron, las niñas fueron advertidas: sí se van con su mamá lo perderán todo, la casa, el coche y el pago de las colegiaturas en la universidad. Ellas optaron por quedarse con su padre. Parece que olvidaron cómo es. Porque no sólo fue violento con ellas, también fueron testigos de las agresiones en mi contra.

El día de su cumpleaños, sus dos hijas, de 19 y 20 años de edad, fueron a felicitarla y le pidieron que retirara la denuncia contra su padre o la iban a enterrar viva, porque estaba rompiendo a la familia, que su papito la iba a perdonar y que la llevaría a un hospital psiquiátrico para que la atendieran. Cuenta ese momento y su voz suena como una tela que se desgarra.

Roque N. hijo de un prominente empresario hotelero en Quintana Roo, se vanagloria de su posición social y financiera. De su doble personalidad pocas personas saben. Con su familia, esposa e hijas, fue durante años violento, estricto, perfeccionista, obsesivo, molesto, inconforme, enojado a rabiar dentro de su casa; fuera de las cuatro paredes, era otro, siempre afable, de sonrisa fácil y “buena persona”.

Yami y Roque N. se conocían desde la infancia. Ambos pertenecen familias acomodadas, él asistía a las fiestas infantiles de ella, se dejaron de ver por mucho tiempo. Cuando le pidió matrimonio, se acordó de su abuela, quien le dijo que se casaría con un hombre que encontraría en la iglesia, eso había pasado con Roque N. Ambos estudiaban en años diferentes en la universidad, el noviazgo duró tres años. Cuando se casaron, ella dejó la carrera a petición de él. Así fue educada, como muñequita de sala, una expresión que utilizan entre la sociedad yucateca para referirse a una mujer educada para ser buena esposa. Cuidó de la casa y de las hijas, porque ese era el lugar que le correspondía, le dijo Roque N.

Una vez fue a parar a un hospital. Después de una violenta agresión no pudo caminar por tres meses, le había provocado una hernia lumbar, asestándole un fuerte golpe en la espalda, intentó ahorcarla y la golpeó hasta que le sacó el aire. En la Cruz Roja no se atrevió a delatarlo. Años después, como resultado de aquella agresión, tuvo que ser operada de emergencia, tomó fisioterapia durante largo tiempo para empezar a caminar sin dolor de nuevo. Cuando estuvo mejor, le pidió a Roque N. la separación, su respuesta fue lárgate de la casa, lárgate como la muerta de hambre que eres.

El 26 de octubre de 2022, presentó una denuncia penal por violencia familiar y violación sexual en la Fiscalía Especializada en Delitos contra la Mujer y por Razones de Género, en Playa del Carmen, el lugar donde habían fincado su residencia. Tuvo que pasar por los exámenes periciales médicas y psicológicas. No fue fácil, recuerda.

Unos meses después, agosto del 2023 en el municipio de Solidaridad, el juez de control Luis Ernesto Gabourel García inició a proceso a Roque N. por el delito de violación y fijó prisión preventiva, además, le dió 24 horas para que se presentara en el penal de Playa del Carmen, obviamente eso nunca ocurrió. Sus abogados presentaron un amparo para que no ir a prisión.

A su vez, el magistrado de la Novena Sala Especializada en Materia Penal Oral, Carlos Alejandro Lima Carvajal, revocó el auto de vinculación a proceso y revocó la medida cautelar de prisión preventiva. Además, ordenó a la agente del Ministerio Público, suspender de inmediato las gestiones que estuviera haciendo para lograr que el acusado fuera aprendido y conducido al penal, como lo ordenó el juez Luis Ernesto Gabourel García en su momento, «…con el fin de no vulnerar los derechos del imputado». Yamilet también apeló contra esta medida. En junio próximo la justicia de Quintana Roo dará su respuesta por los delitos de violencia familiar y violación sexual.

Mientras tanto, Roque.N. denunció a Yamilet por un robo que ocurrió en la casa familiar antes de la separación, en 2022. Ella se encontraba de viaje y cuando volvió, interpuso la denuncia, ahora es la acusada de ese robo.

Yamilet enfrenta también difamación y calumnias por parte de Roque N., y amenazas en contra de su familia.

En espera del curso legal de la demanda presentada contra su ex esposo y contra ella por robo, Yamilet se siente en una prisión, tiene miedo, pero, al mismo tiempo, reconoce que en su historia ella misma se rescató.

Este lunes, el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) se pronunció por las acciones y resoluciones discriminatorias en contra de las mujeres y por resolver sin perspectiva de género y debida diligencia por parte de instancias del Poder Judicial del Estado de Quintana Roo.

Graciela Machuca

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