Crisis de gobernanza en Othón P. Blanco 

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Necesariamente Incómoda

Graciela Machuca Martínez 

Los resultados electorales, el comportamiento ciudadano después del proceso electoral, así como la puesta en marcha de políticas públicas y acciones gubernamentales después del 2 de junio, ubican a Quintana Roo en un escenario confuso respecto a la gobernanza, porque el poder del discurso ya tuvo su efecto que pudo alcanzar y ahora las autoridades de los tres niveles de gobierno deben actuar para demostrar que estamos viviendo en ese país lleno de maravillas que pintaron durante las campañas en busca del voto popular. 

Según Hoberman (2017) la gobernanza es el conjunto de instrumentos a través de los cuales las personas que viven en un Estado creen en valores comunes fundamentales, se gobiernan a sí mismos por medio de leyes, normas y regulaciones impuestas por el aparato estatal. También se refiere a aquellos procesos e instituciones a través de los cuales los ciudadanos y los grupos articulan sus intereses, ejercen sus derechos legales, cumplen sus obligaciones y median sus diferencias.

Si partimos de este concepto teórico veremos que en Quintana Roo la gobernanza quedó abollada, golpeada, estropeada después de las elecciones, principalmente en municipios como Othón P. Blanco, Felipe Carrillo Puerto, Benito Juárez y Solidaridad. 

Llama la atención Othón P. Blanco, porque en ese municipio se encuentran asentadas las sedes de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial del estado de Quintana Roo y quizás para la 4T no represente una atractiva fuente de votos para el 2027 y una jugosa generadora de ingresos para la hacienda pública estatal, porque su economía está colapsada, resultado de las estrategias fallidas de los gobiernos morenistas, pero al fin de cuentas, Chetumal es la capital política del estado, aunque la clase política quintanarroense prefiera gobernar desde Cancún.

La articulación de intereses entre la clase política que ha gobernado Othón P. Blanco durante los últimos años y los de la ciudadanía no se ha logrado, prueba de ello es el reducido porcentaje de integrantes de la lista nominal que votaron por MORENA y si hasta el cómputo final aún tiene el triunfo, eso se lo debe a sus aliados los partidos del Trabajo y Verde Ecologista de México, dos grupos de poder, que irán carcomiendo el poder de MORENA desde sus entrañas, si es que desde las bases y liderazgos naturales de MORENA se reconfigura esa coalición, en la que el PT y PVEM están pasando de ser los partidos parásitos a ubicarse como el huésped.

Desde la cúpula del poder político en Quintana Roo deben poner atención a lo que está pasando en Othón P. Blanco y Felipe Carrillo Puerto, donde quienes encabezan los gobiernos morenistas han asumido el roll de caciques, utilizando todo tipo de recursos, hasta el de la deslealtad para lograr la reelección en las presidencias municipales.

Recordemos que Yensunni Idalia Martínez Hernández no estaba contemplada para la reelección por MORENA, pero viajó hasta Canadá para lograr la intervención del embajador de México en aquel país para que fuera contemplada en la candidatura para la reelección, aunque ello significó romper un proyecto político en el cual ella no estaba contemplada, por eso, ahora que los números no le cuadran, prefieren dejarla sola y solo defender los votos de la persona que integrará la VXIII Legislatura de Quintana Roo por ese Distrito Electoral.

En un abrir y cerrar de ojos, la naturaleza se encargó de recordarle al pueblo de Chetumal y al gobierno municipal morenista que por alguna razón no llegaron los recursos necesarios para rehabilitarla red de drenaje pluvial y construir los miles de metros que aun faltan. 

Así como las lluvias de las últimas horas colapsaron las vialidades por la falta de una eficiente red de desagüe pluvial, la ciudad de Chetumal cuenta con una serie de necesidades en los demás servicios públicos básicos que las administraciones municipales pasadas y la actual, no han podido resolver.

A Yensunni Idalia Martínez Hernández no le falta conocimiento sobre las necesidades del municipio, porque ha estado en la administración pública municipal el tiempo suficiente para enterarse de ellas y lo que le sobra es soberbia y capacidad para allegarse de un equipo técnico que le resuelvan los problemas cruciales que tiene toda capital de un estado en este país.

Yensunni Martínez del 2018 al 2021 se desempeñó como sindica municipal durante las administraciones morenistas del desaparecido Hernán Pastrana Pastrana (2018-2019) y Othoniel Segovia Martínez (2019-2021). 

Del 2021 al 2024 es presidenta municipal y de acuerdo al cómputo final de las elecciones del pasado 2 de junio ganó la reelección.

En el proceso electoral 2021, participaba como candidata a una regiduría en la planilla de MORENA encabezada por Luis Gamero, a quien acusó de violencia política de género, el Tribunal lo consideró culpable, lo retiraron de la contienda y a ella su partido le entregó prácticamente la presidencia municipal de Othón P. Blanco en charola de plata, debido a que no hizo campaña, e incluso no apareció como candidata a la presidencia municipal en la boleta.

Ahora que sí tuvo que hacer campaña se encontró con la realidad del pueblo, con el rechazo y el cuestionamiento por su deficiente administración municipal. Este es un ejemplo de que la gobernanza en Othón P. Blanco, está en crisis

Graciela Machuca

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