Lizeth Mejorada el amor romántico, un instrumento del patriarcado, asienta, esta joven defensora de los DDHH de las mujeres en Puebla

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Necesariamente Incómoda

Foto: poderdelanoticia.com

**La lucha por los derechos de las mujeres debe ser intergeneracional, señala la también directora ejecutiva de Puebla Vigila A.C. 

Graciela Machuca Martínez 

Lizeth Mejorada Barrios, defensora de Derechos Humanos, consejera social del Instituto Nacional (Inmujeres), activista por los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres desde diversas organizaciones civiles en el estado de Puebla.

A sus 25 años de edad, tiene estudios de licenciatura en Literatura y Filosofía por la Universidad Iberoamericana Puebla, gracias a la Beca Pedro Arrupe, además, de contar con diversos diplomados y cursos especializados en derechos humanos, movilidad urbana sustentable, acceso a la información e impartición de justicia.

Originaria de Chignahuapan, en la Sierra Norte de Puebla, directora Ejecutiva de la organización civil Puebla Vigila, considera que defender derechos humanos de las mujeres, “es la actividad que más me gratifica de todas, pues, es una vocación que he logrado desarrollar desde muy joven, incluso desde niña y que, en este momento forma parte fundamental de mi vida y sobre todo, que ya la tengo destinada como mi vocación en todo lo que hago”.

–¿Cuáles son los casos relevantes a los que les has dado acompañamiento o les has dado seguimiento?

–Lo dividiría como en dos partes. Primero me he involucrado en el acompañamiento de familias de mujeres víctimas de feminicidio. Entonces creo que es una parte en la que nos hemos especializado desde Pueblo a Vigila que es la organización de la cual soy directora ejecutiva, porque nos hemos profesionalizado en nuestras habilidades, en hacer comunicación social para víctimas, entonces desarrollamos las estrategias, les acompañamos, logramos posicionar en los medios de comunicación los casos, por supuesto, pero también preparamos las ruedas de prensa, preparamos a las familiares de las víctimas, para poder enfrentarse a los medios y también construimos narrativas.

Des Puebla Vigila se orienta a la familia sobre funciones de las diferentes instancias de procuración y administración de justicia, “les damos acompañamiento a las familias para que no sufran revictimización, que puedan tener encuentros con reporteros o reporteras que están especializados en derechos humanos, que tienen cierta formación, que no los van a atacar, que no los van a revictimizar y creo que eso es parte y como muy importante e integral del acceso a la justicia”.

–¿Qué marcó tu vida, por lo qué llegaste a este punto de interesarte por los derechos humanos?

–Pues yo soy una mujer que nació en la Sierra Norte de Puebla, en un lugar, en donde hasta la actualidad, pues sí, reina un machismo y un patriarcado muy, muy fuerte. Por ejemplo, Olimpia Coral Melo (Ley Olimpia), es de de Huauchinango, prácticamente a una hora y media de donde yo soy, tanto Olimpia como yo conocemos muy bien, cuál es la situación, de cómo opera el machismo en esos lugares y creo que el haber nacido en la Sierra, pero, sobre todo, el haber conocido otros espacios, el haberme formado en la ciudad creo que sí es algo que a mí me marca mucho, porque yo digo, si no hubiera sido por la movilidad social, por las becas que he obtenido, por los lugares a donde me he movido, muy seguramente, a esta edad, ya estaría casada y con varios hijos, sin tener un proyecto de vida o sin haber estudiado algo y creo que gracias a muchas circunstancias que se juntaron, es que logré salir adelante, pero sobre todo, también es el sueño que yo quisiera que tuvieran otras mujeres y otras mujeres jóvenes y para eso es fundamental, pues tener tus derechos sexuales y reproductivos y conocer justamente que puedes decidir sobre tu cuerpo, que puedes amar de otras formas”.

Lizeth Mejorada Barrios, reconoce que lo que la ayudó “muchísimo, fue ir a espacios con mujeres feministas, a hablar del amor romántico, porque el amor romántico es algo qué a las más chavas, a las más jóvenes les logra determinar, incluso, su vida. Creo que reflexionar sobre el amor romántico es fundamental y que hoy miro a mi alrededor y veo que muchas mujeres viven, de mi edad, que fueron mis compañeras en la Secundaria Técnica y que vivíamos en las mismas condiciones, pues tienen vidas muy diferentes y están haciendo otras cosas y también hoy, justamente me doy cuenta del valor y de la fortaleza que tienen las mujeres de la Sierra, porque justamente, el primero de octubre de 2020, en plena pandemia, las mujeres organizaron la primera movilización feminista en Chignahuapan, también en Zacatlán y en otros lugares de la Sierra Norte de Puebla. Me ha dado mucho gusto, pues fundar, también ahí, junto con varias compañeras la colectiva feminista de Chignahuapan, pero sobre todo, ver cómo las más jóvenes, las que tienen 14, las que tienen 13, las que tienen 16, son las que organizaban la primera movilización y las que ya están rompiendo el silencio”.

–¿Cuál es el siguiente reto para Lizeth Mejorada Barrios?

–Pues para mí, seguirme formando, creo que nunca una se termina de formar y creo que es parte importante de mi vida profesional. Me gustaría mucho también estudiar una maestría, todavía no defino si en estudios de género o si estudio política pública, pero sí quiero hacer una maestría y lo otro que viene para mí, antes pensaba que cuando yo fuera grande y cuando yo estuviera, fuera adulta mayor, que iba a regresar a mi pueblo y quería una asociación civil o algo así como ya casi, casi de retiro.

–¿Y por qué esperar tanto?

–Exacto, es lo que yo ahora digo. Con el levantamiento de las mujeres y las movilizaciones en la zona, a mí me encantaría tener una asociación civil que tuviera un despacho de mujeres abogadas, que hicieran litigio estratégico, que defendieran, porque creo que es una de las ausencias que yo más me doy cuenta en el feminismo. Somos muchas mujeres que sabemos las vías jurídicas, pero hay pocas abogadas profesionales que sepan, que estén formadas y, sobre todo, hay que lograr los financiamientos para que estas actividades se den gratuitas, que se den en condiciones óptimas, dignas que sean alcanzables para las mujeres y se puedan buscar financiamientos para pagarle a las abogadas y a las activistas”.

Entrevistada después de un encuentro en Casa La Serena, en Oaxaca, resaltó la importancia del autocuidado. Creo que, normalmente, las mujeres que luchamos somos mujeres muy fuertes, muy entregadas, muy responsables, me doy cuenta de que en este encuentro, “todas las mujeres dieron todo por sus causas, por acompañar, por sus propias familias, por sus comunidades, pero que también tenemos este derecho a rescatarnos, este derecho a cuidarnos, este derecho a apapacharnos y que al fin y al cabo eso es lo que va a garantizar nuestro bienestar y que vayamos con mayor fuerza”.

–Te lo llevas muy claro.

–Sí, me lo llevo muy claro y la otra parte que me llevo, es el poder que tienen las mujeres para sanarnos entre nosotras, tuvimos a muchas mujeres que diseñaron este proyecto tan hermoso, que se preocuparon por el bienestar de las activistas, de las defensoras, pero también muchas mujeres que pusieron sus conocimientos, su tiempo para enseñarnos a curarnos, este valor, tan importante, que tiene que ver con atendernos, con escucharnos, con regresarnos a nosotras mismas. A mí algo que me marcó mucho, como feminista, fue entender que el patriarcado, lo que busca o lo que dice, por ejemplo Marcela Lagarde, es que atenta contra nosotras, el patriarcado no ve a las mujeres como seres humanos, las ve como personas incompletas o como personas que ni siquiera son seres humanos, por eso, desde el patriarcado hay feminicidios, hay violencia, creo que una parte de la que no nos damos cuenta, como defensoras, es que también nos perdemos nuestra identidad o perdemos también, muchas veces, nuestro Yo, nuestra persona, nuestra dignidad, nuestra presencia, desde, incluso, un punto de vista filosófico por no cuidarnos, porque toda nuestra vida es el otro, los otros y creo que el segundo valor que más me llevo de La Serena es decir y reafirmar otra vez, las mujeres somos personas y las mujeres necesitamos y merecemos y es nuestro derecho, parar, tomar descanso, cuidarnos, gozar de salud, ser felices, no estar todo el tiempo lidiando con cosas difíciles o dolorosas, tener momentos bonitos, tener momentos placenteros, esa colectividad y ese amor, que también nosotras merecemos para poder seguir adelante con la defensa.

Además, hizo referencia al trabajo intergeneracional, “yo no haría nada de lo que hago, si no lo hubiera aprendido a las mayores en Puebla, si no hubiera conocido la propia historia del feminismo en mi lugar. Yo sí, llamaría justamente a que las mujeres jóvenes no creamos que somos las pioneras o las que descubrieron el hilo en nuestros estados”.

Lizeth Mejorada Barrios, recordó que desde el Siglo XX “tenemos mujeres defensoras del territorio, qué ojo, no necesariamente se decían feministas, pero mujeres que se preocuparon por los derechos de las mujeres, por los derechos de las mujeres trabajadoras de la industria textil en Puebla o del nixtamal en Jalisco, tenemos una larga historia y necesitamos, como mujeres jóvenes, mujeres defensoras, mujeres feministas, nuevas feministas, feministas en construcción, conocer la historia de las mujeres que han luchado por los derechos de nosotras en nuestros municipios, en nuestros estados, porque yo creo, que no va a avanzar la lucha, si no se tiene conciencia histórica, de eso estoy completamente segura y hoy como mujer joven, a las primeras que agradezco es a mis ancestras, por haber luchado por mis derechos y también creo que la lucha tiene que ser intergeneracional, porque desde las diferentes generaciones nos tenemos que tejer para avanzar, porque solitas, desde una generación, no podemos avanzar, nos necesitamos a todas concluyó la que por 10 días fue para 5 mujeres adultas nuestra “niña prodigio” por su compromiso, claridad y conocimiento de la lucha feminista.

Graciela Machuca

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