Ana Yeli Pérez Garrido, Premio Ebru Timtik 2023 

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Necesariamente Incómoda 

Foto: observatoriofeminicidiomexico.org

Graciela Machuca Martínez 

**El reconocimiento fue otorgado por el Comité Directivo del “Día Internacional del Juicio Justo» (IFTD por sus siglas en inglés), conmemorado el 14 de junio de cada año.

Su profesionalismo como abogada y su convicción por la defensa de los derechos de las mujeres la han llevado a obtener resultados a favor de las víctimas, ahora le ha tocado a ella recibir un reconocimiento más a nivel internacional al recibir el Premio Ebru Timtik 2023, me refiero a Ana Yeli Pérez Garrido, quien desde el año 2008 se ha desempeñado como asesora jurídica del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) y actual directora de la organización Justicia Pro Persona A.C.

Recordemos que este premio es otorgado por el Comité Directivo del “Día Internacional del Juicio Justo» (IFTD por sus siglas en inglés), conmemorado el 14 de junio de cada año.

Este organismo de profesionales del derecho y la defensa de los derechos fundamentales estableció el premio Ebru Timtik en honor a la abogada y defensora de derechos humanos de Turquía, quien fue condenada a 13 años de prisión por supuestamente pertenecer a una organización terrorista. Timtik falleció a los 42 años tras 238 días de huelga de hambre reclamando un juicio justo.

Tener la oportunidad de leer y escuchar el discurso de Ana Yeli Pérez Garrido, al recibir el reconocimiento en las instalaciones de las Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) nos permite reafirmar su compromiso con los derechos de las mujeres.

Para Ana Yeli, recibir un premio que se da en memoria de una mujer que dio su vida por visibilizar las injusticias y luchar por el derecho a un juicio justo como lo hizo Ebru Timtik en Turquía, “representa para mí una gran responsabilidad”.

Recuerda que desde niña “quise ser abogada, en mi familia no había muchos profesionistas, pero gracias a los esfuerzos de mi familia, a esta casa de estudios pública y gratuita, y a mis circunstancias geográficas privilegiadas, tuve la oportunidad de poder serlo”.

“Recuerdo una noticia en 2001 y el comentario de preocupación de mi papá ante el asesinato de Digna Ochoa, con la certeza de que yo sería abogada y el presagio de que también sería defensora de derechos humanos. Esto último yo no lo tenía tan claro, pero tampoco se equivocó”.

En la vida profesional de Ana Yeli hay muchas mujeres referentes, pero al recibir  el premio rememoró a algunas de sus maestras en esta lucha. “En primer lugar (aunque no sea abogada de profesión) quiero agradecer a María de la Luz Estrada, quien ha sido una de las principales responsables de lo que ahora soy, porque ha sido maestra, compañera y amiga, coautora de muchos logros importantes en la defensa de los derechos de las mujeres, por los que hoy estoy aquí; a Lucha Castro, de quien había escuchado antes de conocerla, después puedo decir que coincidimos y que la había tratado por varios años en el OCNF, pero que realmente la conocí años más tarde, cuando estuve algunos días en Chihuahua: ella no había llegado a una reunión matutina y es que estaba tratando de buscar refugio a un centenar de familias indígenas desplazadas, venían de la sierra porque el narco había quemado sus casas, por la tarde estaba interpelando a las autoridades por uno de los casos de desaparición forzada en el que la Fiscalía trataba de encubrir la participación de policías municipales, al día siguiente tendría una audiencia por un feminicidio”. 

También mencionó a otra de sus maestras, Martha Figueroa, “cuidando siempre a sus pares, a otras mujeres, indígenas o mestizas, ya sea regalándonos amorosamente café de Chiapas o encarando al patriarcado con uniforme de policía o militar. Son mujeres fuertes de las que me constan algunas de sus batallas, de quienes he aprendido a no tener miedo y a convertirlo en inteligencia, en valentía, en persistencia, en estrategia, en una voz fuerte y contundente ante las injusticias, ya sea el ejército, un Fiscal o algún gobernador (así, en masculino)”.

Este reconocimiento lo comparte con todas las mujeres de México, “porque a pesar de las violencias estructurales que vivimos en mayor o menor medida, nos quedan fuerzas para defender a los demás, y así podemos ver el rostro de las madres de las víctimas de feminicidio y a las madres buscadoras; pero también a un gran número de defensoras de derechos humanos, quienes sin vivir una pérdida, comparten la indignación y pese al tiempo, a la familia, a su salud o a su propia vida, luchan por la dignidad, exigiendo justicia, el respeto al debido proceso, un juicio justo donde también las víctimas son parte y tienen derechos”.

En otra parte de su discurso expuso que a veces pensamos “que son pocos los logros, sobre todo cuando los comparamos con la grave realidad que persiste en nuestro país. No solo hay un colapso en la capacidad y calidad del servicio de las instituciones en el sistema de justicia mexicano; sino que, cada vez, vamos documentando y acumulando casos que representan las graves violaciones a los derechos humanos que se producen día con día, y que permanecen en la impunidad”.

Manifestó que hoy más que nunca, “como profesionistas del derecho, (tenemos) una gran responsabilidad, que el Derecho, como herramienta de orden y transformación social, debe ser la vía para hacer valer el Estado de Derecho en todos los ámbitos.

“Pero no desde una visión imperativa y positivista de la Ley, sino que, coincidiendo con Dworkin y las corrientes (del) neoconstitucionalismo, desde el razonamiento basado en principios, como el de legalidad, la justicia con perspectiva de género, el enfoque diferencial y especializado, los principios del juicio justo y del debido proceso”.

Para Ana Yeli Pérez Garrido, “…el gran reto no se queda en este medio, pues tenemos el reto no solo de reconocer y respetar, sino también hacer valer las normas de los pueblos originarios y, sobre todo, que el Derecho sea popular, para que, ante la violencia, la sociedad clame justicia y no violencia institucional, para que la convicción de que el fortalecimiento de las instituciones, del Estado de Derecho sea una demanda social y no de élites”. 

La legitimidad profesional y ética de este reconocimiento viene de quienes integran el comité organizador de este premio. integrado por: el Comité de Derechos Humanos del Colegio de Abogados de Inglaterra y Gales (BHRC); el Colegio de Abogados de Berlín (RAK); el Colegio de Abogados de Bolonia; Défense Sans Frontière Avocats Solidaires (DSF- AS); la Asociación Europea de Abogados por la Democracia y los Derechos Humanos en el Mundo (ELDH); la Federación Europea de Abogados (FBE); Abogados Demócratas Europeos (EDL-AED); Juicios Justos; el Consejo Nacional de la Abogacía Francesa (CNB); la Asociación Internacional de Abogados Demócratas (IADL). 

Además, la Unión Internacional de Abogados (UIA); el Instituto de Derechos Humanos de la Asociación Internacional de Abogados (IBAHRI); la Comisión Internacional de Juristas (CIJ); el Consejo Nacional de la Abogacía Italiana (CNF); Law Society of England and Wales, Lawyers for Lawyers (L4L); Lawyers for Liberty (ÖHD); el Colegio de Abogados de Palermo; el Colegio de Abogados de París; la Asociación de Abogados Progresistas (ÇHD); y Republikanischer Anwältinnen- und Anwälteverein e. V.

La estatuilla conmemorativa de este premio en su edición 2023  fue entregada a Ana Yeli durante la ceremonia de clausura de la Conferencia sobre el Juicio Justo por parte de Diego García Sayán, ex Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la independencia de magistrados y abogados (2016-2022) y ex Presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (2009-2013) el pasado 14 de junio en la UNAM.

Graciela Machuca

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