Urgen a atender la marginación indigena

0

Ciudad de México, 13 de octubre (SinEmbargo).— México es un paí­s que desde el extranjero se concibe como una sociedad autista, enfrascada en sus ”grillas» polí­ticas y a la que sólo le interesa lo que sucede al interior. En este contexto, en el México que se abstrae de lo que sucede en el resto del mundo existen, internamente, grandes brechas de desigualdad en la sociedad que se quedan al margen de ”los grandes temas» de la lucha por el poder entre las diversas fuerzas polí­ticas, dice Fernando Rey Martí­nez, presidente del Consejo para la Promoción de la Igualdad de Trato y No Discriminación de las Personas por su Origen Racial o í‰tnico del Gobierno de Espaí±a.

Para el especialista es impensable que un indí­gena carezca de un traductor en un proceso penal, como denuncian organizaciones de derechos humanos en el paí­s, o que una mujer para a su hijo a unos pasos del hospital, ante la indolencia de los prestadores de salud. Sin embargo, existen casos de éxito que vale la pena resaltar, dice Fernando Rey —en el marco del Tercer Curso Internacional de Alta Formación 2013 del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred)—, como los avances del Distrito Federal, una ciudad que abordó el tema de la igualdad, pero que dejó atrás al resto de las entidades y localidades del paí­s.

—¿Cómo se concibe México en el ámbito internacional en materia de igualdad? —Es un paí­s con una gran riqueza cultural y evidentemente México tiene grandes problemas de discriminación. Es bien conocido el problema de los migrantes centroamericanos y los feminicidios, el problema de las comunidades indí­genas y otro tipo de discriminación de género, homosexualidad. En general el problema de América no es un problema de riqueza, el problema es que está muy mal distribuida. Cuanta más desigualdad, mayor es la brecha en educación, salud, en este sentido México es un paí­s de claroscuros.

El paí­s tiene problemas como todos los paí­ses, también Europa. En Espaí±a tenemos la alarmante cifra de mujeres que mueren a manos de sus parejas, cientos de miles denuncian ante juzgados. Pocos paí­ses pueden sacar pecho y exhibir mejores resultados, en México tenemos casos interesantes como el Distrito Federal.

—¿Qué opina de casos como el del maestro Alberto Patishtán preso en Chiapas? ¿En México hay dos tipos de justicia, uno para los indí­genas y otra para la gente que no pertenece a una etnia? —Hay que insistir para impulsar los mecanismos del estado de derecho.

Hay que reforzar el sistema de acceso a la justicia con programas y polí­ticas de apoyo a ello. Las personas tienen que conocer sus derechos, tiene que haber asistencia gratuita para las personas que no tienen recursos, hay que hacer campaí±as para que las personas confí­en en la justicia, hay que brindarles capacitación a los jueces. Por desgracia no sólo en México se producen violaciones de las normas, a veces hay buenas normas establecidas pero no se aplican, estamos dentro de la patologí­a del sistema.

Es evidente que el paí­s tiene un problema de números y de extensión, hay problemas para hacer llegar el acceso a la justicia. En todo el territorio se requiere de mucho esfuerzo sostenido en el tiempo. —¿Qué tiene que hacer el Estado para garantizar el acceso igualitario a la justicia? Los indí­genas en México se quejan de que ni siquiera tienen traductores en sus procesos penales. No, es que no, sin traductores no puede haber justicia.

Tienen derecho a la asistencia jurí­dica gratuita y de intérprete por supuesto, supongo que algunas personas deben ser mediadores culturales. En Espaí±a por ejemplo, hay mediadores de salud con los gitanos porque es importante que sean ellos mismos protagonistas de cambios, es importante en materia de salud, alimentación, medicina preventiva. México está muy encerrado sobre sí­ mismo, es muy autista, le interesa lo de aquí­, lo mexicano.

A partir de la transición mexicana emerge lo polí­tico y eso hace que mucha polí­tica se vaya en el debate partidista y eso evita que se una en grandes objetivos comunes. Evita que asuma ese papel de liderazgo por tamaí±o, por historia y por proyección. El paí­s está muy ocupado en la rií±a consigo mismo como para liderar. —Usted hablaba que la Ciudad de México tiene avances en polí­ticas públicas… —El DF tiene muchos avances en materia de sexualidad, embarazo, es un contrapunto en el paí­s. Está abierta a lo que pasa en otros paí­ses; muchas de las polí­ticas públicas están influidas por Espaí±a.

Como extranjero a veces cuando estás en México, ves el DF y ves el resto del paí­s y te cuesta pensar que es lo mismo, son muchos paí­ses, siempre ha sido así­. El DF es una especie de agujero negro que capta toda la luz del paí­s pero bueno, hay avances en los estados como el tener tienen presupuestos importantes. —¿Usted cree que esta grilla polí­tica está dejando de lado otros problemas como la desigualdad? —Hay esfuerzos, pero debe ser cuestión de Estado.

Se deberí­an de poner de acuerdo las fuerzas polí­ticas de que gobierne quien gobierne va haber continuidad. Aquí­ no hay reelecciones, los gobiernos son de poco tiempo. Cada tanto tiempo hay otra fuerza polí­tica que llega al poder y hay una especie de bing bang nuevo, la nueva creación y se extingue todo lo anterior y a empezar de cero. Esto genera problemas que deben ser cuestiones de Estado. —¿Deberí­an de ser los temas de igualdad los que tengan continuidad? —Deben ser temas centrales, porque con ellos tendremos una sociedad más justa. Se deben abordar con una mirada nueva y buscar espacios de encuentro.

Todo mexicano y espaí±ol debe tener el mismo a ceso a las oportunidades. —¿Cómo puede presionar la comunidad internacional a un paí­s para que avance en tema de igualdad? —Hay muchas maneras. México está en la discusión sobre el valor de los tratados internaciones, muy importante; de la Corte Interamericana, sistemas de protección de derechos, México está atento a los sistemas europeos de derechos humanos

. —Sin embargo aunque México ha firmado tratados de derechos humanos internacionales, se siguen violando los derechos en el paí­s; como en el caso de Patishtán o el de la seí±ora indí­gena que parió afuera de un hospital… —Sí­, se violan derechos todos los dí­as en todos los paí­ses, en unos más que en otros. —¿Cómo puede México terminar con este doble discurso? —Reforzando el sistema de justicia, trabajo con los legisladores. El Estado tiene que mejorar todo, la cultura de los derechos humanos, es todo un ecosistema. Los anglosajones siempre han tenido el poder judicial fuerte independiente y aun así­ tenemos Guantánamo. Aquí­ hay sombras y luces, hay que ir progresando, el más importante es la educación, que todos tengamos acceso a niveles educativos de más calidad.

Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/13-10-2013/781730. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX

Graciela Machuca

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *