El pueblo que creó su propia empresa de telecomunicaciones

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La localidad de Noh Bec pudo conectarse al ciberespacio cuando nació el Centro de Capacitación de ese ejido gracias a la Fundación del Empresariado en México (Fundemex) y el apoyo financiero de Microsoft. Los habitantes crearon así­ su propia empresa comunitaria de telecomunicaciones.

í“scar González Escárcega | FORBES

El aserradero del ejido Noh Bec en Chetumal, Quintana Roo, México, utiliza la georreferenciación con el fin de ubicar cuáles y cuántos árboles pueden aprovecharse para la tala controlada y cuántos deben replantarse para no acabar con el recurso limitado de la madera.

La conectividad e internet introducidos a esta comunidad permiten a los ejidatarios ser más productivos y eficientes, además de preservar el medio ambiente a través de la planeación y mapeo de la selva con información de GPS.

Con esta tecnologí­a, por ejemplo, por 800 árboles de Caoba que se talan, se reforestan 40,000 plantas anuales que podrán aprovecharse en unos 30 aí±os aproximadamente. Hablamos de especies que van desde Caoba, Chicozapote y Ciricote. Sólo en 2015 se reforestaron 280,000 plantas.

La visión de Javier Blanco fue siempre la de ayudar a su pueblo, primero aplicando sus conocimientos de contabilidad y después impulsando proyectos que coadyuvaran a acortar la brecha digital y tecnológica que hasta hace tres aí±os existí­a en Noh Bec.

Desde muy pequeí±o quiso ser contador porque en su ejido no habí­a, ”y tení­an que traer gente de fuera». Javier se convirtió en el contador del ejido, la necesidad principal fue entonces conectarse a internet para cumplir con los requerimientos de las autoridades hacendarias de México. ”El ejido fiscalmente opera bajo el régimen de persona moral con un apartado especial para el sector agropecuario», aclara Blanco.

La tenacidad y el empeí±o del mexicano lo llevaron a investigar opciones y alternativas para conectar a Noh Bec al ciberespacio, fue cuando nació el Centro de Capacitación de ese ejido gracias a la Fundación del Empresariado en México (Fundemex) y el apoyo financiero de Microsoft.

Luego de haber ganado la convocatoria, el gigante tecnológico aportó los recursos necesarios para la creación del centro y la compra de equipo computacional, de internet, torres, antenas, software y capacitación.

Con el centro instalado la comunidad comenzó a utilizarlo, el aserradero contó con una computadora y eso le permitió competir en un mercado más grande; muchos nií±os, jóvenes y adultos comenzaron a comunicarse en el pueblo a través de dispositivos electrónicos.

”Contar con internet ayudó a los pequeí±os negocios con sus inventarios, pagos a proveedores y pedidos de mercancí­as; en general, los beneficios se tradujeron en la disminución de costos y de tiempo», dice orgulloso Javier.

Con 2,500 habitantes, 80% de la actividad económica del pueblo es forestal y comprende todos los eslabones de la cadena de producción y aprovechamiento de la madera, el 20% restante está compuesta por pequeí±os negocios, ecoturismo y empleos (como el de maestros de escuela).

En breve, el Instituto Tecnológico de la Zona Maya ofrecerá educación superior a distancia, ”serán tres carreras: Ingenierí­a Forestal, Ingenierí­a en Agronomí­a y Licenciatura en Gestión Empresarial. Entre semana los estudiantes acudirán al Centro de Capacitación a tomar clases en lí­nea y una vez a la semana vendrá gente del instituto a impartirlas de manera presencial», detalla Javier.

Licenciado en Contadurí­a por el Instituto Tecnológico de Chetumal, Javier decidió continuar con sus estudios y cursó becado una maestrí­a en Gestión de Empresas de Economí­a Social por la Universidad Iberoamericana de Puebla, México, la cual incluyó ir a estudiar a la Ciudad de Mondragón, Espaí±a, para conocer su modelo de cooperativas.

”Ahí­ me di cuenta de que coincidimos mucho entre lo que se utiliza allá y lo que aplicamos en el ejido, tengo muchas ideas que pueden desarrollarse. Por lo pronto, mi ideal es ampliar la cobertura a toda la comunidad», dice el emprendedor social.

Javier no descarta replicar su modelo en otras comunidades mexicanas, inclusive de otros paí­ses vecinos como Belice y Guatemala. ”Podrí­amos expandirnos a comunidades que tienen las mismas necesidades y no tienen internet; hemos comprobado que éste nos cambió la vida para bien en Noh Bec».

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Graciela Machuca

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