Palabra de Antí­gonaReguero de Injusticias Por Sara Lovera

Esta semana tengo acogotada la garganta. Hace muchas semanas que conocemos, entre periodistas, que en Quintana Roo reina un estado de cosas que atenta directa e indirectamente contra la garantí­a constitucional de la libertad de expresar, de decir, de contar las cosas que la profesión obliga para cumplir, también con el derecho que tiene cualquier persona de este paí­s a ser informada.Se sabe que existe en esa entidad la vieja tradición del poder que nos ha frustrado todas las iniciativas democráticas de los últimos decenios.Sabemos que no se trata de algo exclusivo de Quintana Roo, donde gobierna el priista Roberto Borge Angulo, y que la antidemocracia conspira todo el tiempo frente a intentos de avances legí­timos y necesarios.Esto porque mientras redacto, llegó al Congreso del Partido de la Revolución Democrática (PRD), la embestida clara y definida de un grupo de mujeres que buscaban un adelanto importante para democratizar los documentos de ese instituto polí­tico y ampliar las libertades y los derechos de las mujeres. Sin avance.Lo mismo sucede entre panistas que ya abrieron fuego para las elecciones de 2012 y se siente con desdoro cómo todaví­a no existe un gran movimiento para que nos expliquen cómo y en qué forma se aplicaron los recursos seis aí±os atrás en el gobierno de Coahuila, cuyo ex gobernador es ahora el vocero, la imagen y el discurso del PRI.Todo es parecido. La democracia se pospone, los derechos humanos consagrados en el artí­culo primero de la Constitución, y el sexto y séptimo de la libertad de expresión y el derecho del pueblo de México a ser informado, son violentados sistemáticamente por quienes ostentan el poder.No es nuevo que ello se sume a la negativa reiterada a reconocer los derechos de las mujeres, lo que conspira contra la democracia y el progreso, pero fundamentalmente contra las libertades que asustan a los magnates de toda clase.Es como vivir en medio de un sumidero profundo y largo, como el de Chiapas, donde nadie oye, nadie cumple y todos los de arriba, como decí­an las mujeres de los pueblos, hacen su juego, muerden, extorsionan, simulan y constantemente reprimen de muchas maneras a quien les dice que no.En Quintana Roo se controla a la prensa. Se usa para denostar a la oposición de cualquier nivel, de cualquier playa, ciudad o municipio. Estamos al alba porque ahí­ no queremos periodistas perseguidas ni manos duras contra quien simplemente opina, describe o incluso lee boletines tras la amenaza y el miedo.En Carrillo Puerto, municipio que lleva el nombre del insigne gobernador socialista que abrió causes a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres en los aí±os 20, Graciela Machuca, directora de la revista Maya sin Fronteras, sabe muy bien de estas cosas.Enfermera de profesión, avecindada a la tarea informativa, conductora de radio que trasmite en la estación La Estrella Maya de Habla, propiedad del presidente municipal perredista, Sebastián Uc Yam, la periodista es una mujer de las que contribuyen al crecimiento económico y desarrollo democrático por trabajadoras, luchonas, porque buscan por todos los medios ganarse la vida dignamente.Sabemos que un método recurrente para acallar voces es restringir la publicidad oficial, hasta ahogar una publicación o el programa de radio por falta de recursos para seguir informando y esto es siempre un hecho o una amenaza.Graciela Machuca, madre de tres jovencitas y un adolescente, para completar sus ingresos realiza diversas actividades; como periodista sufre ahora lo que no se puede imaginar, porque no sirve, de servir acrí­ticamente, al extremo grupo de poder estatal y tampoco al partido del presidente municipal el PRD, dueí±o de la radiodifusora está sujeta a pagar costos muy altos, por hacer periodismo imparcial y real.Hace semanas o meses que vive con miedo, porque no atina a saber de qué se trata, sufre una campaí±a personal en su contra, que cobró relieve hace más de una semana después de que experimentó un accidente de tránsito donde resultaron lesionados dos jovencitos, José de Jesús Landeta López, de 17 aí±os de edad, mismo que iba acompaí±ado por Saúl Rolando Buenfil Yam, de 18 aí±os, quien resultó con posible traumatismo craneoencefálico y fractura de tabique.La motocicleta que corrí­a sobre la avenida Santiago Pacheco Cruz, al llegar sobre la calle 66 se impactó con la parte frontal de la camioneta, la motocicleta era negra, tení­a la matrí­cula B-53-EH.Los jovencitos, alumnos del CONALEP, la directora, Cecilia Loria, informó que están fuera de peligro, pero están hospitalizados en Chetumal. El lamentable accidente del que la hacen responsable, aun cuando la subprocuradurí­a del Centro no ha emitido el peritaje, ha sido el pretexto para que las autoridades orquesten una marcha, notas a modo donde siempre la denominan como «seudoperiodista», además de otros escenarios de maltrato.La han hecho parecer como una mujer sin amigos, sin embargo, es parte de un grupo importante de periodistas que laboran en todo el paí­s, quienes se han solidarizado con ella tras el lamentable suceso que sirve a interés de otros, como decí­a antes, para recrudecer el hostigamiento y las amenazas.Ella relata que la empresa aseguradora de su automóvil cubre los gastos médicos, que para eso son los seguros, también se encarga de las gestiones legales.No obstante, ahora resulta que lo que se escribe en la prensa controlada por la sub procuraduria, es que huyó de toda responsabilidad, porque no estaba cuando los agentes de tránsito llegaron. Las notas periodí­sticas, que no el dictamen judicial, ya la condenaron. Lo que es más importante y no se dice es que con su experiencia de enfermera, ella misma dio a los accidentados los primeros auxilios.Pero ahora, una semana después, no hay peritaje, cuya responsabilidad es de la subprocuradora Marí­a de Jesús Loeza Chacón.Este lamentabilí­simo accidente no debiera, pienso, conectarse con la tarea profesional de Graciela Machuca, pero se deduce que es por el hostigamiento que existen a la tarea de las y los verdaderos periodistas de la región.Maya sin Fronteras, órgano identificado con las luchas de las mujeres hace tiempo que investiga casos y cosas que sufre la población femenina.De ahí­ que Graciela Machuca, la directora, simplemente ha dado seguimiento a hechos lamentables que han tenido como ví­ctimas a tres mujeres indí­genas mayas que fueron acusadas de horribles delitos y que por una mala, malí­sima investigación judicial y construcción de errónea de los expedientes, provocaron que estas mujeres estuvieran injustamente en la cárcel, para luego decirles «perdone usted» y sin reparación de daí±os obtuvieron su libertad.Se trata de Basilia Ucan Nah, quien fue detenida en marzo de 2008, acusándola de corrupción de menores y lenocinio. El caso fue atendido por la organización de derechos humanos Miguel Agustí­n Pro y el centro de Merida Yuc, «Indignacion». Ella ahora está libre. A Anastasia May Pacab la acusaron de administración fraudulenta de una asociación artesanal de mujeres. Estuvo ocho meses en la cárcel y fue detenida también en 2008, cuando el caso circulo en Maya Sin Fronteras, el entonces Procurador Bello Melchor retiro los cargos y Anastasia salió libre.De igual forma fue detenida Marina Vega, de 29 aí±os, madre de cuatro hijos e hijas pequeí±as.(una de ellas discapacitada) Estuvo privada de su libertad 13 meses en la cárcel municipal de Felipe Carrillo Puerto (del 17 de noviembre de 2009 al 14 de diciembre 2010). Se la acusó igualmente de corrupción de menores. Fue el Instituto Quintanoarrense de las Mujeres quien intervino para lograr su libertad.Graciela Machuca conecta lo que está viviendo con estas denuncias. Aunque en general Maya sin Fronteras realmente publica lo que no se lee en otros sitios y medios. Teme por estos casos porque ahí­ se mostró la incompetencia del Ministerio Público, incompetencia exponencial y nacional, según todas nuestras crónicas. Solamente se logran juicios, y no se sabe si justos, en el tres por ciento de los casos.Hay desde luego focos rojos en Quintana Roo, muchas y muchos periodistas han decidido callar ante el miedo, no han hecho denuncias ni han publicitado lo que ahí­ sucede. Por algo será. Los temores de Graciela Machuca son la evidencia de lo que se teme en Quintana Roo, por la falta de justicia, donde el debido proceso no existe y donde hablar puede tener consecuencias.

Graciela Machuca

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *