OPINIí“N: Por qué EE. UU. necesita el visto bueno de la ONU para intervenir en Siria

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Por Mary Ellen O’Connell, especial para CNN

Nota del editor: Mary Ellen O’Connell ocupa el puesto «Robert and Marion Short» en Derecho, y es profesora dedicada a la investigación de resolución de conflictos internacionales en el Instituto Kroc de Estudios para la Paz Internacional en la Universidad de Notre Dame. También es especialista en el derecho internacional de conflictos armados y es editora de What Is War? An Investigation in the Wake of 9/11.

(CNN) — Funcionarios del gobierno de Estados Unidos han dicho que ni el Consejo de Seguridad de la ONU ni las acciones de los aliados afectarí­an su decisión sobre la acción en Siria.  Aparentemente, puede ser que tampoco importe producir pruebas concluyentes que vinculen al régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, con el uso de armas quí­micas en contra de la población.

Pero incluso hasta un breve análisis de 25 aí±os de acciones militares de Estados Unidos muestra la tragedia de ignorar la ley y los hechos.

Hace sólo dos aí±os, el presidente Barack Obama reconoció la necesidad de que una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU permitiera emprender acciones militares en Libia.  La resolución 1973 autorizó las «medidas necesarias» para proteger a los civiles.  La resolución fue necesaria porque la Carta de las Naciones Unidas prohí­be el uso de la fuerza militar a no ser que sea en defensa propia a un ataque armado, que se tenga autorización del Consejo de Seguridad, o tal vez que se lleve a cabo con el consentimiento de un gobierno que esté luchando contra una insurgencia, como en Afganistán.

Incluso funcionarios del gobierno de George W. Bush reconocieron la necesidad de tener una resolución del Consejo de Seguridad cuando Estados Unidos y el Reino Unido invadieron Irak en el 2003.  Las dos naciones trataron de reciclar resoluciones de la Guerra del Golfo de 1990 a 1991, cuando se evidenció que los miembros del Consejo de Seguridad no votarí­an por una nueva resolución para atacar Irak.  Los argumentos en favor de la guerra en Irak no eran suficientes; los miembros del Consejo de Seguridad querí­an darles más tiempo a los inspectores de armas de la ONU.

Colin Powell, el secretario de Estado, también trató de justificar la invasión en Irak al hacer referencia a la intervención de la OTAN en Kosovo, ocurrida en 1999, la cual también se llevó a cabo sin la autorización requerida del Consejo de Seguridad.  La autorización habí­a sido retenida porque el Consejo de Seguridad dudaba que los bombardeos harí­an que los serbios reconocieran la independencia de Kosovo, y no estaban seguros de quién era el responsable de algunos de los asesinatos en masa del conflicto.  De hecho, a los rebeldes les interesa mostrar que ellos son las ví­ctimas, para atraer ayuda.

Apenas unos aí±os antes de la intervención en Kosovo, el Presidente George H.W. Bush habí­a declarado una nueva orden mundial bajo el régimen de derecho.  í‰l podí­a seí±alar, con merecido orgullo, cómo en la Guerra del Golfo, Estados Unidos habí­a liderado una coalición mundial, autorizados por la Resolución 678 del Consejo de Seguridad, para liberar a Kuwait, en 100 horas de combate.  Estados Unidos recibió ayuda generosa como apoyo para llevar a cabo sus acciones militares, manifestada en que los aliados enviaban tropas, materiales o apoyo financiero.

Esa guerra fue peleada en contra de Saddam Hussein, el último lí­der conocido por haber usado armas quí­micas en la guerra.  í‰l las uso para reprimir a los iraquí­es kurdos y en contra de soldados iraní­es durante la Guerra Irán-Irak.

Luego, probablemente las usó en contra de sus propios soldados para cubrir el uso en contra de tropas iraní­es cuando los inspectores de armas de la ONU llegaron a investigar las afirmaciones de los iraní­es en cuanto al uso de armas quí­micas.

Obama tiene razón al mostrar su oposición contra el uso de armas quí­micas de manera rotunda.  Sin embargo, el derecho internacional prohí­be el uso de dichas armas.  Responder violando la prohibición del derecho internacional en cuanto a recurrir a la fuerza sólo debilitará la posición de Estados Unidos respecto a condenar los crí­menes de otros.

Los funcionarios de Washington deberí­an darle buen uso a sus prodigiosos talentos y recursos con el propósito de encontrar una forma legí­tima y efectiva de responder al uso de armas quí­micas en Siria y ayudar así­ a ponerle fin a una trágica guerra sin crear aún más tragedia.

Graciela Machuca

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