El hombre que mutiplicó el trigo

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elpais.com

 

Dice el embajador Kenneth M. Quinn, presidente de WFP, que recibir el Premio Mundial de Alimentación es como ganar una medalla de oro olí­mpica por combatir el hambre. Cuando el doctor Sanjaya Rajaram llegó a México con su esposa a finales de los aí±os sesenta ninguno de los dos sabí­a ni una pizca de espaí±ol. ”Me pareció un paí­s extraí±o, pero me gustó la vida, la gente, la amabilidad».

Cinco décadas después, tras haber desarrollado a este lado del mundo más de 480 variedades de trigo, su trabajo ha sido premiado con el que es considerado el Nobel de la Agricultura y la Alimentación, un galardón que se concede anualmente en Iowa (Estados Unidos) desde hace 28 aí±os.

Sanjaya Rajaram nació en India, cursó un doctorado en Australia y aterrizó en México para trabajar en el Centro Internacional del Mejoramiento del Maí­z y el Trigo (CIMMYT), donde conoció al cientí­fico agrí­cola norteamericano Norman E. Borlaug. Con él llevó a cabo el desarrollo de nuevas variedades de trigo, lo que sirvió para acercar la Revolución Verde -incremento de la producción agrí­cola- al sur de Asia. Por su contribución a la lucha contra el hambre, la inanición y, consecuentemente, la muerte de millones de personas, Borlaug ganó el Nobel de la Paz en 1970.

A lo largo de su carrera, que siguió en México, Rajaram continuó las labores de Borlaug y desarrolló 480 variedades de trigo de alto rendimiento resistentes a enfermedades y la las malas condiciones climáticas sobre 58 millones de hectáreas en 51 paí­ses distintos. En palabras del propio presidente del Premio Mundial de Alimentación, Kenneth M. Quinn, gracias a este trabajo la producción global de este cereal se incrementó en más de 200 millones de toneladas en las últimas décadas, lo que aumentó la calidad, cantidad y disponibilidad de alimentos en el planeta.

”Hoy 4.500 personas en el mundo tienen el trigo como base de la alimentación», recordaba este martes en conferencia de prensa Nuria Urquí­a, representante de la FAO en México. En este sentido los trabajos de Rajaram ”fueron visionarios, pioneros y fundamentales para el desarrollo genético del trigo».

Hoy, aquel cientí­fico que llegó a México solo por dos aí±os ”más extranjero que nadie» advierte de que el campo mexicano necesita soldados. ”El doctorado está bien, pero con ello no vamos a resolver los problemas en el terreno, debemos entrenar a jóvenes no solo en la alta ciencia, sino en llevar la ayuda técnica a los agricultores». El doctor, además, aboga por cambiar las prácticas de suelo para abaratar los costes de producción y alerta de las consecuencias del cambio climático: la sequí­a, las inundacioens y el aumento de la temperatura en los próximos 20 aí±os deteriorarán las cosechas.

Según la Secretarí­a de Agricultura federal, Mexico ocupa el puesto número 13 dentro de los exportadores de alimento en el mundo y es también uno de los 20 primeros productores de alimentos en general. El éxito en el cultivo de frutas y vegetales, la carne de res y de cerdo contribuyen a los buenos resultados del paí­s en esta industria.

Graciela Machuca

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